Todo por las armas

Blair lo niega; la empresa constructora, tambi¨¦n; el fiscal general lord Goldsmith, igualmente, y por supuesto el presunto beneficiario, el todopoderoso pr¨ªncipe saud¨ª Bandar Bin Sult¨¢n, ex embajador en EE UU e ¨ªntimo de los Bush. Nada de nada, seg¨²n ellos, ante las revelaciones que The Guardian y la BBC han difundido sobre el supuesto pago de al menos 1.800 millones de euros que la firma brit¨¢nica de armas y aviones BAE Systems habr¨ªa liquidado al pr¨ªncipe durante por lo menos 10 a?os con el consentimiento del Ministerio de Defensa brit¨¢nico.

Los ment¨ªs oficiales no disipan, sin embargo, las sospechas de que ha habido una pol¨ªtica de reiterados sobornos del Reino Unido a Arabia Saud¨ª para lograr operaciones millonarias de venta militar. El premier brit¨¢nico decidi¨® el pasado diciembre paralizar la investigaci¨®n que la oficina antifraude ven¨ªa efectuando desde hac¨ªa tres a?os. Blair hizo un alarde m¨¢s que discutible de estadista que antepone los intereses y la seguridad nacionales por encima de todo, y sentenci¨® entonces, sin pesta?ear, que continuar con la investigaci¨®n significar¨ªa poner en peligro puestos de trabajo y la cooperaci¨®n con Riad en materia de terrorismo.

El caso es probable que se remonte a los tiempos de Thatcher. Ahora bien, resulta clave saber si el presunto soborno continu¨® m¨¢s all¨¢ de 2002, cuando entr¨® en vigor una ley que proh¨ªbe expresamente esta clase de pagos corruptos a funcionarios extranjeros. No deja de ser un ejercicio de cinismo por parte de Blair instar al presidente ruso Putin en la cumbre del G-8 a que cumpla con las normas de un Estado de derecho cuando los gobernantes de una naci¨®n de larga tradici¨®n democr¨¢tica como el Reino Unido act¨²an con doble moral y no lo hacen.