La sabidur¨ªa del silencio
Contemplaci¨®n de los frescos de Piero della Francesca en Arezzo
A media tarde, la piazza grande de Arezzo estaba vac¨ªa. Iba con la familia y nos sentamos en silencio frente a las arcadas de la logia de Vasari. Mis hijos a¨²n no saben que en ocasiones el silencio contiene tanta sabidur¨ªa como puede ense?ar el mejor libro o el mejor monumento; por ejemplo, aunque ten¨ªamos encima la iglesia de Santa Maria, con su ¨¢bside porticado y su torre de 59 metros, ahora no ten¨ªa mayor importancia; mis hijos todav¨ªa no saben que, a veces, las palabras no dichas son las que resuenan con m¨¢s intensidad en la memoria; tampoco son conscientes de que, despu¨¦s de ver u o¨ªr algunas cosas, la mejor opci¨®n es refugiarse en el interior del silencio.
Ven¨ªamos de visitar los frescos de Piero della Francesca y quer¨ªamos seguir saboreando aquel ambiente. Se trata de algo especial, no s¨¦ si sabr¨¦ explicarlo. Con estas pinturas pasa como con el magnetismo de algunas personas, de algunos paisajes o de algunos edificios, que s¨®lo se percibe cara a cara, a su lado, dentro de ellos. Es necesario estar inmerso. El interior de la iglesia donde se exponen los frescos, San Francisco, est¨¢ muy poco iluminado, y la penumbra te lleva de la mano al ¨²nico espacio con luz, la capilla mayor. Delante hay una cruz suspendida en el aire con un Cristo pintado, y detr¨¢s, una narraci¨®n en cap¨ªtulos que se desarrolla a trav¨¦s de mil a?os.
Ad¨¢n, Eva y el olivo
Es la leyenda de la Vera Cruz, una historia fascinante que merece resumirse. Se inicia con Ad¨¢n y Eva ya muy ancianos, con 900 a?os, recibiendo del arc¨¢ngel San Miguel una rama de olivo de la que brota el ¨®leo de la salvaci¨®n (muerte de Ad¨¢n). Pasa el tiempo y Salom¨®n decide emplear el ¨¢rbol que hab¨ªa crecido de esa rama para edificar su templo en Jerusal¨¦n. Lo intenta de todas las formas y la madera se niega a encajar, por lo que la utiliza para construir un puente ante el que se detiene el caballo de la reina de Saba cuando va a visitarle, predici¨¦ndole que esos tablones ser¨¢n los culpables de la desaparici¨®n del reino de los jud¨ªos (Salom¨®n y la reina de Saba). Salom¨®n intenta ocultar el madero, pero no puede impedir que se emplee para el montaje de la cruz con la que crucifican a Cristo (traslado del Sagrado Madero). Para evitar que el lugar se convierta en un centro de peregrinaci¨®n, construyen un templo a Venus sobre el G¨®lgota. Transcurren otros 312 a?os hasta la noche previa a la batalla de Puente Milvio, cuando el emperador Constantino sue?a que un ¨¢ngel le muestra una cruz con cuyo signo obtendr¨¢ la victoria (sue?o de Constantino; por cierto, uno de los primeros nocturnos de la historia del arte). Hace caso y, sin otra arma que la peque?a cruz, consigue expulsar a su rival hasta las fronteras del imperio (victoria de Constantino sobre Magencio). Como es natural, se convierte al cristianismo, y su madre, santa Elena, inicia la b¨²squeda de la Sagrada Reliquia en Palestina, llegando a torturar a Judas, que acaba se?alando su emplazamiento (tortura del jud¨ªo). El emperador manda destruir el templo pagano; excavan y aparecen tres cruces iguales. Para descubrir cu¨¢l es la de la crucifixi¨®n de Jes¨²s, las disponen sobre el cuerpo de un muchacho reci¨¦n fallecido y la aut¨¦ntica realiza el milagro de resucitarlo (descubrimiento y milagro de la Vera Cruz). Se suceden otros 300 a?os, hasta que un rey persa se apodera de la reliquia y se hace adorar como un dios, lo que provoca la ira del emperador bizantino Heraclio, que le derrota y decapita (batalla de Heraclio y Cosroes). Finalmente, la Sagrada Cruz es devuelta a Jerusal¨¦n (exaltaci¨®n de la Cruz), concluyendo la historia.
Y despu¨¦s, el art¨ªfice, Piero della Francesca, la manera de hacer de este pintor exquisito del que resulta dif¨ªcil discriminar en qu¨¦ fue m¨¢s grande, si por su poder de realizaci¨®n o por su impulso a la abstracci¨®n. Sus cuadros tienen una iluminaci¨®n tan sutil que, al mismo tiempo que resalta la volumetr¨ªa de las figuras, consigue que parezcan congeladas, suspensas en sus propios movimientos.
La impasibilidad
Vasari escribi¨® que Piero hac¨ªa modelos de arcilla para copiarlos en la superficie pintada y que utilizaba buj¨ªas para crear efectos de luz artificial. Berenson lo describi¨® as¨ª: "La impasibilidad es el don con el que Piero nos encanta, es su virtud m¨¢s t¨ªpica y la comparte con otros dos artistas: el an¨®nimo escultor de los frontones del Parten¨®n y Vel¨¢zquez. Piero jam¨¢s se pregunta qu¨¦ sienten sus personajes, sus emociones no le afectan. Y, sin embargo, no existe Flagelaci¨®n m¨¢s emocionante que la suya".
Ya se insinuaba antes: hay pintores que muestran su manera de percibir en cada cuadro, a los que entiendes desde el primer vistazo; otros, en cambio, te exigen paciencia y s¨®lo puedes atisbar su punto de vista cuando los has visto con calma, cara a cara. En general, los primeros son f¨¢cilmente fotografiables; los segundos, en cambio, son irreproducibles por medios t¨¦cnicos y s¨®lo pueden contemplarse cuando sus obras est¨¢n delante de los ojos. Pero el mercado no premia la excelencia art¨ªstica, sino la popularidad de una obra.
Quiz¨¢ por eso en Arezzo haya pocos visitantes, mientras que unos kil¨®metros m¨¢s all¨¢, en la ciudad de Cortona, apenas se consigue puesto en un caf¨¦ y debes caminar entre masas de turistas seducidas por el encanto banal de Bajo el cielo de Toscana. En Roma ocurre mucho esta contradicci¨®n, el gent¨ªo invade las estancias del Vaticano de Rafael cuando a 10 minutos se pueden disfrutar casi en soledad otros frescos suyos en la preciosa Farnesina.
Y como las autoridades aretinas no comprenden que su ciudad tenga menos ¨¦xito que otras de Toscana, como ellos tambi¨¦n tuvieron una pel¨ªcula de ¨¦xito en sus calles sin que sirviera de mucho (La vida es bella), han organizado una exposici¨®n mod¨¦lica para las posibilidades de la provincia sobre su mayor tesoro. Se titula Piero della Francesca y las Cortes italianas, y alrededor de la obra del pintor recrea la actividad art¨ªstica en Perugia, Arezzo, Rimini, Urbino y la corte pontificia de Roma a mediados del siglo XV.
Arezzo tiene mucho de la belleza distra¨ªda de los cuadros de Piero; quiz¨¢ por eso alg¨²n visitante, como el pintor franc¨¦s Balthus, llegara para quedarse. Hoy, lejos de cualquier asomo buc¨®lico, se extiende fuera del impecable centro hist¨®rico derrochando prosperidad, como si quisiera honrar a alguno de sus ciudadanos ilustres, el adinerado Mecenas, a quien tanto deben los artistas, el poeta Petrarca o Guido d'Arezzo, el inventor de la escritura musical.
La exposici¨®n contin¨²a en otros dos pueblos. En la peque?a localidad de Monterchi, una antigua escuela p¨²blica alberga el prodigioso fresco de la Virgen del Parto: dos ¨¢ngeles abren teatralmente unas cortinas para descubrirnos una muchacha embarazada de nueve meses cuyo brazo derecho circunda su enorme barriga mientras el izquierdo hace cu?a en la cintura para sujetar la cadera. La otra sede est¨¢ en el Museo C¨ªvico de Borgo Sansepolcro, una villa amurallada, conservada tal cual era hace 400 a?os. Piero della Francesca naci¨® en esta ciudad hacia 1420 y a ella regres¨® en 1478, cuando una enfermedad ocular le oblig¨® a abandonar la pintura y dedicarse a dictar tratados: Sobre la perspectiva en la pintura, Sobre los cinco cuerpos regulares y el Tratado del ¨¢baco, revelando su deseo de plasmar la realidad a trav¨¦s del orden matem¨¢tico. Aqu¨ª se custodia un espectral fresco de la Resurrecci¨®n, en el que ves un Dios cuyo rostro es igual al de los campesinos del lugar, mientras los soldados dormitan a sus pies. Abandonamos la sala en silencio, con la hermosa quietud que te envuelve cuando resuenan en tu cabeza ciertas im¨¢genes memorables.
Pedro Jes¨²s Fern¨¢ndez (Albacete, 1956) es autor de las novelas Pe¨®n de rey y Tela de juicio (Alfaguara)
GU?A PR?CTICA
Informaci¨®n- Arezzo se encuentra a unos 70 kil¨®metros en coche de Florencia.- Exposici¨®n Piero della Francescae le Corti Italiane (0039 0575 18 40 000; www.mostrapierodellafrancesca.it). Hasta el 22 de julio, en el Museo Statale d'Arte Medievale e Moderna.- www.apt.arezzo.itDormir y comer- Hoteles con encanto en la provincia: www.coloritoscani.com.- La Corte del Re (0039 05 75 40 16 03; www.lacortedelre.com). Via Borgunto, 5. Arezzo. Delicioso b&b en el centro de Arezzo. Precio: 90 euros.- Palazzo Luglio Relais (0039 05 75 75 00 26). Fraz. Cingano, 35. Sansepolcro. Hotel en una antigua villa del siglo XVIII. Precio: 90 euros.- Antica Osteria l'Agania (0039 05 75 29 53 81). Via Mazzini, 10. Arezzo. Comida toscana. Unos 20 euros.- Trattoria Il Saraceno (0039 05 75 27 6 44). Via Mazzini, 6. Arezzo; 25 euros.
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