"Este puesto es como estar en la silla el¨¦ctrica"
Es un pol¨ªtico risue?o, extravertido, aunque en p¨²blico tiene fama de serio e incluso de soso. "Yo realmente por las ma?anas siempre me levanto contento, feliz, aunque ¨²ltimamente menos", confiesa Manuel Ameijeiras (A Coru?a, 1949). Las manifestaciones y los conflictos sociales se han disparado y han puesto al representante del Estado en Galicia en primera l¨ªnea de la actualidad. Y es lo que menos le gusta de su cargo, la p¨¦rdida de privacidad, la falta de libertad de movimientos. Huye todo lo que puede del protagonismo. Pero es inevitable, admite. Defensor firme de utilizar la fuerza s¨®lo "cuando no queda m¨¢s remedio", clama por introducir m¨¢s di¨¢logo en la pol¨ªtica. "Para afrontar los problemas, hay que negociar, negociar y negociar. Y cuando la negociaci¨®n es imposible, hay que seguir negociando", afirma.
"A nadie le gusta repartir le?a. En el caso Reganosa, s¨®lo se hizo cuando se saltaron a la torera la orden judicial"
"Tengo que dar un margen a los manifestantes, pero no puedo consentir que bloqueen una ciudad"
"El objetivo de Resistencia Galega no son las personas. Est¨¢ claro: siempre avisan de la presencia de un artefacto"
"En Vigo, con la huelga del naval, no quer¨ªamos interferir y contribuir a que las negociaciones fracasaran"
Pregunta. ?ste era hasta ahora un mandato tranquilo, pero en el ¨²ltimo mes se han recrudecido los conflictos.
Respuesta. La verdad es que se han acumulado unos cuantos, todos concentrados en el tiempo. Dicen que este puesto es de suerte, y la he tenido. Pero si te vienen mal dadas, no hay salida. Aunque tambi¨¦n estuve entretenido. En realidad tuve dos etapas, la primera con Fraga en la Xunta, "cohabitando". Fue bastante tranquilo, pero un poco la tranquilidad de los cementerios, porque la participaci¨®n era escasa.
P. ?Le han ninguneado?
R. Se dice as¨ª, realmente, aunque nunca me sent¨ª maltratado, pero de alguna manera, no contaban conmigo, salvo cuando lo exig¨ªa el protocolo. Desde que entr¨® en la Xunta Emilio P¨¦rez Touri?o, el trabajo se multiplic¨® por tres. Para bien, para una mayor coordinaci¨®n entre el Estado y la Xunta. Es diaria con todas las conseller¨ªas y la Presidencia de la Xunta.
P. ?Tanto influye el color pol¨ªtico de los gobiernos en Madrid y en Santiago?
R. Influyen las personas. Me siento mucho m¨¢s realizado como delegado del Gobierno ahora que antes. Mi papel es asegurar la coordinaci¨®n y colaboraci¨®n entre las instituciones, y en eso estoy a pleno rendimiento. Me satisface enormemente sentirme ¨²til, en el mejor de los sentidos.
P. Pero por primera vez se han intensificado las cr¨ªticas a su actuaci¨®n, le han acusado de no garantizar el orden cuando los gaseros no entran en la r¨ªa, se cortan v¨ªas de tren o Vigo es tomada por trabajadores del naval.
R. Algunas veces son cr¨ªticas por no actuar con contundencia y otras veces es por exceso de ella. En Vigo, han dicho que no hab¨ªa polic¨ªa, cuando su presencia era masiva desde el primer d¨ªa, con m¨¢s de 550 efectivos. Cubrimos los objetivos estrat¨¦gicos: Citro?n, el puerto o la autopista.
P. Le reprocharon que no evitase el asalto a la sede administrativa de la Xunta.
R. La vigilancia de los edificios de la Xunta no es competencia de las fuerzas de seguridad del Estado. Pero tengo que subrayar que tampoco nadie pod¨ªa sospechar que el edificio donde se desarrollaba la negociaci¨®n iba a ser asaltado, nadie preve¨ªa ese riesgo. Las negociaciones del naval son siempre muy duras, y nos las tomamos muy en serio pero no quer¨ªamos interferir y contribuir a que fracasaran. Le puedo asegurar que la presencia de la polic¨ªa tanto uniformada como de los servicios de informaci¨®n fue intensa aquellos d¨ªas en Vigo.
P. ?Se trat¨® entonces de primar que llegasen a un acuerdo?
R. Claro, actuamos de dique de contenci¨®n. Ocupaban las calles, cortaban el tr¨¢fico, eso forma parte del gui¨®n de las manifestaciones. Tambi¨¦n se quemaron contenedores y hay diligencias policiales y detenidos por esos hechos. Cuando intervienen los antidisturbios, no lo hacen de broma, lo vimos con la reuni¨®n del G8. Hay que buscar un equilibrio y se controlaron mucho la seguridad ciudadana y los riesgos. Al final hemos contribuido a que hubiera un acuerdo, y tengo la conciencia de que por lo menos no lo hemos perjudicado.
P. En el caso de Reganosa, se dieron las dos circunstancias: primero hubo cr¨ªticas o peticiones oficiales de la propia Xunta para que se garantizase la entrada del gasero a la planta y dos semanas despu¨¦s, hubo una carga policial muy cuestionada.
R. Desarrollamos un operativo por tierra, mar y aire con gran despliegue de efectivos y perfectamente dise?ado, perdone que presuma, para evitar una tragedia, porque hab¨ªa en el mar 70 u 80 barcas bloqueando la r¨ªa. Ante el riesgo que supon¨ªa una actuaci¨®n de la polic¨ªa, no quedaba m¨¢s remedio que esperar hasta poder evitar que los barcos saliesen a la mar. Hemos conseguido que entrara el primer gasero, sin muchas cr¨ªticas. Con el segundo, se repiti¨® el mismo operativo y el uso de la fuerza fue muy comedido hasta que fue detenido el patr¨®n mayor. No hubo que lamentar tragedias, ni hubo heridos. El problema ocurri¨® cuando se trat¨® de impedir que se cumpliera la orden del juez para que el detenido fuese llevado a prisi¨®n. Yo no puedo entrar en el debate de legitimidad sobre si debe estar ah¨ª o no la planta. Como ciudadano gallego, a m¨ª tampoco me gusta donde est¨¢, pero no me replanteo la realidad, no hay opci¨®n. Como delegado del Gobierno, debo hacer que se respete la legalidad y hasta ahora la planta tiene todos los permisos necesarios para estar en per¨ªodo de pruebas. Si no actuase, me acusar¨ªan de dejaci¨®n de funciones. No me defiendo de nada y entiendo que esto se tiene que arreglar hablando. A nadie le gusta repartir le?a, recurrir a los medios policiales, pero s¨®lo se hizo cuando se saltaron a la torera una decisi¨®n judicial.
P. ?Se ha sentido incomprendido por las dem¨¢s instituciones?
R. No, aunque se haya pensado lo contrario. Las cr¨ªticas son esperadas, nunca te van a echar flores por una actuaci¨®n policial, y no hacerlo, tambi¨¦n es criticable. Intervenir nunca es perfecto, hay que tomar decisiones sobre la marcha y dar instrucciones muy claras a las fuerzas de seguridad. Si la decisi¨®n es tarde, fracasas, si es muy precipitada, tambi¨¦n. Con las manifestaciones contra los despidos en Atento en A Coru?a, hubo carga policial cuando se incumpli¨® el compromiso de que se les dejar¨ªa hacerse la foto cortando el tr¨¢fico pero sin bloquear la ciudad. Lo mismo con los trabajadores de la mina de Serrabal afectada por el AVE, a los que ped¨ª que dejasen de cortar el tr¨¢fico para sentarse a hablar. Yo respeto el derecho constitucional a manifestarse y tengo que dar un margen porque la gente, si no para el tr¨¢fico, no se manifiesta. Pero tambi¨¦n tengo que amparar la legalidad y mantener el orden p¨²blico. No se puede consentir el bloqueo de toda una ciudad.
P. Su actuaci¨®n en Valga tambi¨¦n le vali¨® cr¨ªticas.
R. En Valga no era indicado usar la fuerza, no me lo perdonar¨ªa, porque acaba de ocurrir una tragedia tremenda. La gente tiene derecho a manifestarse y a reivindicar, pero tendr¨¦ tambi¨¦n que recordarle los derechos de libertad de las dem¨¢s personas. No me van a decir, por ejemplo, que no tuve paciencia con las mariscadoras de la r¨ªa de A Coru?a, que se manifestaron durante semanas y negoci¨¦ con ellas para que s¨®lo cortasen el tr¨¢fico en un carril. Intentamos siempre negociar, s¨®lo interviene la polic¨ªa cuando no queda m¨¢s remedio. Estoy totalmente tranquilo, creo que hemos actuado bien. Este puesto de delegado del Gobierno es como estar en la silla el¨¦ctrica. Yo no reparto subvenciones, s¨®lo tengo porras y la facultad de mediar y hablar con las administraciones, los manifestantes, la Fiscal¨ªa. A m¨ª s¨®lo me llaman para exigir.
P. Llega el verano y el riesgo de incendios. ?Qu¨¦ medidas se han tomado?
R. Se ha trabajado intensamente en la prevenci¨®n y el desarrollo de un operativo de lucha contra el fuego que sea eficaz. No podemos permitirnos el lujo de que se repita una situaci¨®n como la del a?o pasado.
P. ?Hay avances en la investigaci¨®n de las causas de la ola de incendios de 2006?
R. Se ha trabajado mucho desde la Fiscal¨ªa y la polic¨ªa judicial, pero es muy complicado. Yo creo que el a?o pasado hubo intencionalidad, y mucha gente est¨¢ convencida de que no fue fruto de la casualidad, pero hay que ponerle nombre y apellidos. Se est¨¢ intentando determinar todas las posibles causas de esos incendios y reunir elementos judiciales y diligencias de calidad que sean probatorias.
P. Pero es dif¨ªcil. ?La clave est¨¢ en aumentar los efectivos?
R. Es muy dif¨ªcil encontrar pruebas de calidad para que un juez pueda enviar a prisi¨®n a un incendiario. Realmente a¨²n van pocos. Hay que ver la relaci¨®n adem¨¢s entre todos los detenidos para saber si hay una trama detr¨¢s. Requiere mucho trabajo. Es cierto que nadie est¨¢ a¨²n en condiciones de decir que esto responde a una trama organizada, pero tampoco est¨¢ descartado. Independientemente de que el fiscal est¨¢ actuando, se desplegar¨¢n medios y efectivos tanto para la prevenci¨®n como para la investigaci¨®n porque esto es una lacra, un problema mayor para Galicia.
P. Ha habido un recrudecimiento en la colocaci¨®n de artefactos explosivos y apareci¨® un grupo llamado Resistencia Galega. ?Hay riesgo de que se asiente una organizaci¨®n terrorista?
R. En los ¨²ltimos a?os, es cierto, hubo un incremento de las actividades violentas de los independentistas. En Internet, apareci¨® un manifiesto por la resistencia galega y un manual de t¨¦cnicas de guerrilla urbana y violencia callejera. Han realizado sabotajes, no los reivindican nunca pero dejan panfletos y pegatinas suficientes para que se les identifique. Tambi¨¦n en Portugal apareci¨® material pirot¨¦cnico destinado a la confecci¨®n de este tipo de artefactos. El objetivo de este grupo no son las personas, est¨¢ claro, siempre avisan de la presencia de un artefacto. Resistencia Galega defiende un ideario del independentismo radical gallego. No est¨¢n constituidos como una organizaci¨®n pero pertenecen a distintos grupos radicales, y los m¨¢s representativos encuentran eco. Hay un promotor de todo esto, Antonio Garc¨ªa Matos, que est¨¢ en busca y captura por la Operaci¨®n Casti?eiras. Nosotros no lo tomamos a broma.
P. ?Tienen posibilidad de implantarse?
R. No. Son muy minoritarios y no tienen apoyo social. Han cometido una serie de hechos llamativos y reforzamos la investigaci¨®n porque se consideran actividades terroristas. Galicia, ya antes de la ruptura de la tregua de ETA, est¨¢ en el nivel 2 de alerta terrorista y no hemos bajado la guardia nunca, aunque sea un territorio tranquilo. Galicia tiene un nivel de delincuencia com¨²n baj¨ªsimo. Pero hay lucha contra la posible aparici¨®n de actividades terroristas y tratamos de combatir los g¨¦rmenes.
P. ?Puede ser el refugio ideal para que un grupo terrorista se organice?
R. El hecho de que no arraiguen, no quiere decir que la actividad antiterrorista sea peque?a. Al contrario: es importante, con fuertes efectivos. Tomamos nuestras precauciones, sin crear alarma, porque estamos razonablemente tranquilos, pero la amenaza terrorista existe en general.
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