Cuando el pasto se torna 'combustible'

El intenso calor, que desde la semana pasada azota ya Andaluc¨ªa, est¨¢ cambiando el color del campo. Del verde frondoso se pasa al dorado peligro. La primavera ha sido generosa en lluvias y los montes de la regi¨®n se han llenado de pastos. Pero, cuando aprieta el calor, ese tipo de vegetaci¨®n se convierte en "combustible fino" para las llamas.

"El problema reside en la velocidad de propagaci¨®n tan alta que tiene este combustible fino", detalla Jos¨¦ Guirado, director general de gesti¨®n del medio natural de Andaluc¨ªa y uno de los responsables del plan Infoca. Cuando salta una chispa en esos pastos secos las llamas se extienden a gran velocidad. "Tienen una velocidad de combusti¨®n muy r¨¢pida, mucho m¨¢s que, por ejemplo, un ¨¢rbol", a?ade Guirado. "La mejor forma de combatir este tipo de incendios es intentar frenar en origen para que el incendio se quede en simple conato", a?ade.

"Lo m¨¢s duro llegar¨¢ cuando se sequen los matorrales altos y ¨¢rboles", avisa Guirado

Desde el mes de mayo est¨¢ activado el Plan de Prevenci¨®n y Extinci¨®n de Incendios Forestales de la Junta de Andaluc¨ªa. Pero a mediados de este mes de junio es cuando la Consejer¨ªa de Medio Ambiente se pone en alerta. El plan cuenta este a?o con un presupuesto de 194 millones de euros y con una plantilla de 4.100 hombres y mujeres que tratar¨¢n de evitar que las llamas no se coman el campo andaluz.

Las previsiones climatol¨®gicas, de momento, no son demasiado alentadoras. Seg¨²n detalla Guirado, este verano habr¨¢ "un incremento de temperaturas" respecto al anterior. Adem¨¢s, por el momento, las previsiones cient¨ªficas no contemplan la posibilidad de que se produzcan precipitaciones como las del a?o pasado, cuando en pleno agosto llovi¨® copiosamente. "Hay un nivel de riesgo superior a 2005 y 2006", anuncia Guirado. Aunque siempre hay que contar con cambios climatol¨®gicos inesperados. Por ejemplo, una tormenta estival. Pero tampoco habr¨ªa que confiarse ante este fen¨®meno meteorol¨®gico. Porque si la tormenta es seca, s¨®lo de aparato el¨¦ctrico, los rayos pueden ser la chispa que encienda el campo.

A la espera de que unas posibles precipitaciones rebajen "el nivel de estr¨¦s" del campo andaluz, lo peor est¨¢ por llegar. El momento de m¨¢s riesgo de incendios no es ahora, cuando el peligro est¨¢ a ras de suelo, en los pastos. Lo m¨¢s duro llegar¨¢ cuando se sequen tambi¨¦n los matorrales altos y los ¨¢rboles. "Hist¨®ricamente hay dos picos complicados", asegura Guirado. El primero se produce a finales de junio, "cuando se registran golpes de calor muy intensos". En los ¨²ltimos a?os este "pico" se ha desplazado hasta principios de julio.

El segundo momento cr¨ªtico es a finales de julio, cuando hay otro incremento de las temperaturas que se prolonga hasta agosto. Guirado se?ala que, "si en septiembre hay lluvias, ah¨ª se pone fin al riesgo elevado, si no, en la segunda quincena hay otro pico".

?sta es la teor¨ªa del itinerario que marcan las series hist¨®ricas que maneja la Consejer¨ªa de Medio Ambiente. Luego hay que tener en cuenta las circunstancias concretas y locales que puedan desencadenar, por ejemplo, un desastre como el del incendio de Riotinto (Huelva), que arras¨® 27.000 hect¨¢reas de vegetaci¨®n en el verano de 2004.

En aquella ocasi¨®n, recuerda Guirado, se unieron varios factores adversos: el campo estaba seco, hubo un incremento de las temperaturas, la humedad en el ambiente era muy reducida, se registraron fuertes rachas de viento... El resultado fue una velocidad de propagaci¨®n de las llamas asombrosa. Lo normal es entre 0,4 y 0,5 kil¨®metros a la hora, mientras que en aquel incendio el fuego se extendi¨® a 4,5.

Otro de los factores determinantes de aquella cat¨¢strofe fue el despoblamiento paulatino del medio rural. El monte ya no es tan rentable y los agricultores no lo trabajan. Los pastos y el ramaje que antes serv¨ªan para alimentar al ganado y para hacer le?a se amontonan en los alrededor de 4,4 millones de hect¨¢reas de monte de Andaluc¨ªa.

"Este a?o se han habilitado 5.000 kil¨®metros de l¨ªneas de defensa", sostiene Guirado. Adem¨¢s, "el 67% de los 194 millones del plan Infoca se ha gastado en la limpieza de los montes". Pero Guirado reconoce que, debido a las copiosas lluvias de la primavera, es posible que la limpieza realizada en diciembre y enero no "valga de nada en algunas zonas", porque el pasto "se regenera perfectamente".

Es un problema m¨¢s de fondo, de cambio de mentalidad. Seg¨²n Guirado, se necesita que la sociedad vuelva a considerar apetecible el monte. Y las administraciones deben ayudar a que sea rentable de nuevo. Mientras tanto la mejor arma es la concienciaci¨®n, asegura Guirado.

Y las restricciones, como las sanciones que se imponen por tirar una colilla por la ventanilla de un coche o la reciente prohibici¨®n de realizar barbacoas en Andaluc¨ªa hasta el mes de octubre.