Satisfecho se le vio a Zaplana
Lo cierto es que la propensi¨®n de los populares de responsabilizar a Zapatero de las decisiones de ETA indica que estamos precisamente ante una cuesti¨®n pol¨ªtica, algo que casi todos quer¨ªan evitar
De oreja a oreja
Se recuerda la recriminaci¨®n de Pilar Manj¨®n a algunos diputados por sus risotadas. Esa desvergonzada afici¨®n a lo risue?o se ha repetido en la imagen de un exultante Zaplana, portavoz de s¨ª mismo, que no ha ocultado su satisfacci¨®n al pedir cuentas a los socialistas por la decisi¨®n etarra de proseguir sus atrocidades, sin que le tiemble el pulso desde?ando atribuir a la banda la responsabilidad de su enloquecida decisi¨®n. No es de extra?ar, ya que previamente Rajoy hab¨ªa exigido a Rodr¨ªguez Zapatero que rectifique, sin molestarse en extender a la misma ETA esa exigencia. El recurso al "ya lo dec¨ªa yo" no sirve para nada en un momento tan desdichado como ¨¦ste. ?De qu¨¦ se alegran ahora? Y Savater sugiriendo que el presidente del Gobierno debe dimitir, como si Zapatero hubiera decretado y roto a su antojo la tregua de esa siniestra pandilla de bandidos doblemente armados.
Por otro lado
Se ve que Zapatero es tan resueltamente est¨²pido que comienza por preparar con ETA y con un centenar de altos cargos policiales bajo el mando de Aznar, Rajoy, Acebes y sus confidentes la masacre de los trenes de Atocha para alzarse con el poder, que a cambio se vende a la banda terrorista asegur¨¢ndole la almoneda de Espa?a mediante su parcelaci¨®n como de quesito en porciones, y que para todo ello va limando asperezas con los de Batasuna a fin de que los terroristas consigan sus objetivos declarados mediante los buenos oficios de Arnaldo Otegi, ese chuleta correveidile en la acepci¨®n inglesa del t¨¦rmino (the go beetween). Esa f¨¢bula de parvulario paranoide salta en pedazos junto con la terminal de Barajas, pero ese detalle carece de importancia para los propaladores de una conspiraci¨®n sin la cual no entienden nada, de ah¨ª su alegr¨ªa contenida ante el anuncio de que ETA se dispone sin tapujos a actuar como sol¨ªa. Ya lo dijo Rajoy, aunque en gallego: Zapatero tiene la culpa de que ETA mate y de que no lo haga.
A hostia sucia
El esc¨¢ndalo de los Mossos d'Esquadra al menos en la comisaria barcelonesa de Les Corts es de los que ponen los pelos de punta, aunque en el ¨²ltimo de ellas hasta ahora, el de esa detenida maltratada por dos mujeres polic¨ªas el gracioso de turno (en esta ocasi¨®n, Arcadi Espada) se ha permitido bromear sobre las ventajas que nos esperan en un mundo gobernado por mujeres. Pese a todo, no hay de qu¨¦ extra?arse, ya que el escrupuloso respeto por la ley pende de un hilo o de una porra cuando son chicarrones o chicarronas de edad joven y atormentada por el estr¨¦s y por la exigencia de resultados los que deben velar por la integridad de los ciudadanos detenidos en comisar¨ªa. En Roquetas de Mar no se sabe del todo lo que pas¨® porque fueron borradas algunas im¨¢genes del v¨ªdeo que grab¨® los hechos, pero bastaba con ver las risotadas y la compincher¨ªa de los supuestos autores del atropello camino del furg¨®n policial para saber a qu¨¦ atenerse. A lo de siempre, tambi¨¦n en democracia.
El d¨ªa de la bestia
All¨¢ Aznar si est¨¢ dispuesto a parecerse cada vez m¨¢s al protagonista de aquella cancioncilla de Julio Capillas que alardeaba de ser un truhan y un se?or, amante de la vida y del amor, catador de vino y mujeres al cincuenta por ciento, aunque m¨¢s bien se parece al Manolo Escobar del viva el vino y las mujeres y las tierras que calienta nuestro sol, que vivan los cuatro puntos cardinales de mi Espa?a, que vivan los cuatro juntos. ?As¨ª de lerdo es el personaje? As¨ª de lerdo. D¨ªas atr¨¢s, acus¨® a Zapatero, el pobre, de llevarnos hacia una nueva Guerra Civil. ?l, que nos meti¨® con un par de bigotes en lo de Irak.
Pies, para qu¨¦ os quiero
Todos conocemos a algunos padres terribles que m¨¢s o menos seriamente conf¨ªan en que la temprana habilidad de su hijo (suele darse con los ni?os varones) con el bal¨®n, la raqueta o la piscina les lleve a un futuro de gloria a los peque?os y a una sustanciosa pensi¨®n vitalicia a sus mayores. Es posible que no les agobien, pero los alientan a despuntar en unos entrenamientos a veces brutales a fin de que despierten la atenci¨®n de la legi¨®n de ojeadores que andan a la caza de futuros genios. Por lo mismo pod¨ªan alentar hacia la especulaci¨®n inmobiliaria al ni?o sin complejos que despunta en matem¨¢ticas, hacia la pol¨ªtica al que se muestra m¨¢s eficaz para embaucar a sus compa?eros de aula o hacia la arquitectura de ¨¦lite al que con yeso y alambre construye una espl¨¦ndida maqueta como ejercicio de fin de curso en trabajos manuales. Pero esas posibilidades se descartan porque llevan muchos a?os de estudio y son costosas, mientras que darle bien a la pelota puede pasar por un atributo natural. Hasta que se estrellan.
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