Todas las caras de Frida

?Cien a?os? En 1981, un equipo de la televisi¨®n federal alemana lleg¨® a M¨¦xico para hacer un documental de media hora sobre la artista mexicana, esposa de Diego Rivera. En busca de novedades que le dieran sal a su reportaje, Gislind Nabakowsky y Peter Nicolai entrevistaron a Isabel Campos, amiga y compa?era de escuela. Nacida en 1906, Campos coment¨® que Frida era un a?o menor que ella, contradiciendo el dato de su nacimiento que se hab¨ªa manejado hasta entonces. Los periodistas, extra?ados, buscaron su acta de nacimiento y en efecto: Magdalena Carmen Frida Kahlo y Calder¨®n hab¨ªa nacido el 7 de julio de 1907.

Si hubi¨¦ramos hecho caso a Frida Kahlo, nadie hablar¨ªa hoy de su centenario. No habr¨ªa magnas exposiciones en M¨¦xico y EE UU, ni, desde luego, se estar¨ªan destapando con tanta premura sus archivos privados de la Casa Azul. Habr¨ªa que esperar tres a?os m¨¢s. Pero Kahlo nunca se cans¨® de decir que naci¨® con la revoluci¨®n mexicana, en 1910. "Frida ornamentaba la verdad, la inventaba, la extra¨ªa, pero jam¨¢s la tergivers¨®", recuerda Raquel Tibol en su libro Frida Kahlo en su luz m¨¢s ¨ªntima (Lumen). La artista siempre quiso ser la ni?a nacida de un M¨¦xico nuevo, marxista y revolucionario.

La artista siempre quiso ser la ni?a nacida de un pa¨ªs nuevo, marxista y revolucionario

El peso que la pol¨ªtica tuvo en la vida de Frida -aunque no se manifestara directamente en sus cuadros, salvo en algunos tempranos como El cami¨®n o Autorretrato en la frontera de EE UU y M¨¦xico- es precisamente uno de los ejes de la enorme exposici¨®n que por su centenario ha preparado el Museo de Bellas Artes de Ciudad de M¨¦xico desde hoy hasta el 19 de agosto. Incluso mayor que la antol¨®gica que hiciera la Tate Modern de Londres en 2005. Frida Kahlo, 1907-2007. Homenaje nacional es la primera lectura con aspiraciones anal¨ªtica y global de la poli¨¦drica -y medi¨¢tica- figura de la mujer m¨¢s cotizada del febril mundo del arte. "Es m¨¢s una muestra anal¨ªtica que una revisi¨®n cronol¨®gica de sus cuadros; hemos intentado ver a Frida en su contexto hist¨®rico y social", explica uno de los comisarios y nieto de Diego Rivera, Juan Coronel.

En ocho salas del Palacio de Bellas Artes (donde al visitante se le puede ir el ojo hacia los impresionantes murales de Diego Rivera o David Alfaro Siquieros), y a trav¨¦s de 65 ¨®leos, 45 dibujos, 11 acuarelas y 5 grabados, m¨¢s unas 50 cartas y 100 fotograf¨ªas, muestra a una Frida que no s¨®lo pintaba sobre s¨ª misma -y que Breton quiso adscribir a los surrealistas-, sino que, como se lee en una de sus cartas, organiz¨® una recaudaci¨®n de fondos para el bando republicano de la Guerra Civil espa?ola.

No s¨®lo fue pintora de ¨®leos, sino escritora, amante de la caligraf¨ªa japonesa y amante -apasionada, desde luego- de Diego Rivera. "Frida ten¨ªa muchas dimensiones, y aqu¨ª se da un retrato m¨¢s completo de ella y su tiempo", apunta Cristina Kahlo, sobrina-nieta de la artista y comisaria de la secci¨®n fotogr¨¢fica de la muestra.

Precisamente, la fotograf¨ªa emerge como una clave de la exposici¨®n. No s¨®lo en la sala dedicada a ense?ar a esa Frida retratada por grandes fot¨®grafos, como Manuel Alv¨¢rez Bravo o Nicholas Murray (que fue uno de sus amantes); o en esa otra que muestra a una Frida en un ambiente informal y familiar, vestida de hombre en su adolescencia; sino que hace mucho hincapi¨¦ en la influencia que tuvo la fotograf¨ªa en su pintura. Su padre, Guillermo Kahlo, fot¨®grafo para quien pos¨® desde ni?a, marc¨® esa manera de autorretratarse y de retratar a los dem¨¢s que la ha convertido en icono. Y muy rentable, aunque la pol¨¦mica acompa?e a cada nuevo producto que sale con la marca registrada Frida Kahlo. Cuando la heredera de la imagen y firma de la artista mexicana registr¨® el nombre de su t¨ªa, no sab¨ªa el revuelo que iba a armar. Isolda Pinedo Kahlo ha lanzado bajo licencia unas gafas, mu?ecas y un cors¨¦ italiano, y en 2005 dio el paso que sell¨® una sociedad que promete hacer oro con la imagen de la artista: la Frida Kahlo Corporation. Algo que Carlos Philips Olmedo, director de los museos Frida Kahlo, Dolores Olmedo y Anahuacalli, califica de "agresi¨®n". "?Si van a sacar unos tenis y Frida nunca los us¨®!".

Poco se habla en la exposici¨®n de lo que todos han hablado hasta la saciedad: de esa Frida sufrida, maltratada por la poliomielitis, por el accidente que la rompi¨® por la mitad y por las m¨²ltiples operaciones. Frida habla aqu¨ª desde el humor y la pasi¨®n por la vida. Adem¨¢s de cuadros clave, como las dos Fridas, se exhiben por primera vez en M¨¦xico obras como la impactante El suicidio de Dorothy Hale, el retrato de Diego y Frida o Ni?a con m¨¢scara.

Pero la cosa no se acaba aqu¨ª. M¨¦xico ha preparado artiller¨ªa pesada en un a?o en que tambi¨¦n se cumplen los 50 a?os de la muerte de Diego Rivera. Se espera que este septiembre salgan a la luz los 56.000 documentos que se han ido sacando de cajas y armarios desde hace tres a?os. Entre ellos, m¨¢s de 2.500 fotos, unos 53 dibujos totalmente in¨¦ditos de Kahlo, bocetos de Rivera y muchos otros documentos. El tesoro que desear¨ªa cualquier bi¨®grafo. "Nos va a dar mucha informaci¨®n sobre la pareja y va a ayudar a complementar lo que ya sabemos de Frida", comenta Carlos Philips Olmedo, director de los museos de los artistas. En julio vendr¨¢ el primer bocado de este hallazgo en la exposici¨®n que prepara la Casa Azul Museo Frida Kahlo.

Y hay m¨¢s. El F¨®rum de Monterrey prepara para agosto otra muestra de Frida en el Museo Marco con la colecci¨®n completa del Museo Dolores Olmedo. Obras de teatro, reediciones de libros, peque?as exposiciones en otros puntos de M¨¦xico pondr¨¢n a Frida en boca de todos hasta que Rivera le tome el turno. Oto?o ser¨¢ la ¨¦poca de las grandes exposiciones del pintor, que ocupar¨¢ tambi¨¦n el Palacio de Bellas Artes con una gran antol¨®gica de sus murales.

La expectativa no hace sino aumentar el mito que esta pareja ambigua y fascinante quiso labrarse en vida. Y que se adue?a as¨ª de 2007. "Ellos sab¨ªan que iban a ser esta pareja casi mitol¨®gica", dice Juan Coronel, que no duda en clasificarlos como los primeros artistas pop de la historia.