Delitos de c¨¢rcel

Todo apunta a que antes de que termine el a?o las faltas graves de tr¨¢fico rebasar¨¢n lo puramente administrativo y se extender¨¢n a lo penal. Parece bastante l¨®gico que as¨ª sea, pese a una reciente decisi¨®n del Tribunal Constitucional que se?alaba que un ¨ªndice de alcoholemia superior al permitido no mermaba las capacidades psicof¨ªsicas del conductor.

Todos los grupos parlamentarios, a excepci¨®n del PP, IU y PNV, han presentado una propuesta para que se apliquen penas de c¨¢rcel por excesos de velocidad y alcoholemia. El proyecto contempla entre tres y seis meses de prisi¨®n en casos de que se rebase el l¨ªmite de velocidad e igual pena para aquellos conductores que sobrepasen la tasa de alcohol en sangre superior a 1,20 gramos por litro. El grave problema de los accidentes de tr¨¢fico no se resuelve s¨®lo con el endurecimiento del castigo. Sin embargo, es hora ya de que los conductores entiendan a base del rigor de la ley que las imprudencias al volante causan v¨ªctimas inocentes. Aun cuando es verdad que las sanciones administrativas a trav¨¦s de multas m¨¢s severas y la entrada en vigor del carn¨¦ por puntos han podido transmitir cierta sensaci¨®n de temor, es evidente que no basta.

La siniestralidad vial tiene que ver ante todo con la educaci¨®n c¨ªvica, que empieza en el hogar y en la escuela, pero tambi¨¦n es crucial en ella la responsabilidad del Estado, tema sobre el que se suele pasar de puntillas. Las campa?as de prevenci¨®n pueden ser m¨¢s o menos ¨²tiles, al igual que las sanciones. Pero es igualmente obligatorio y urgente por parte de la Administraci¨®n p¨²blica invertir en la modernizaci¨®n a fondo, la mejora de la se?alizaci¨®n y el mantenimiento adecuado de las carreteras. De todas.