El castillo recobrado
Nantes reabre con juegos de luces su principal monumento
Antigua residencia de Ana de Breta?a, desde febrero sus murallas y salones se vuelven a visitar. Hasta finales de agosto, adem¨¢s, el festival Estuaire llenar¨¢ la desembocadura del Loira con instalaciones de arte.
El orgullo bret¨®n se viste de fiesta. Despu¨¦s de 15 a?os de trabajos y tres de cierre total al p¨²blico, el castillo de los Duques de Breta?a, antigua sede del Estado bret¨®n, reabri¨® sus puertas. La ciudad ha invertido 51 millones de euros y aspira a que se convierta en modelo de museo europeo. Las novedades no son pocas. Se han restablecido dos entradas originales: el puente, del lado de la catedral, y el de la poterna del Loire, del lado del tranv¨ªa. El acceso a las murallas y a 500 metros de adarve, desde donde se disfruta de una de las mejores vistas de la ciudad, es libre, y diez "mediadores culturales" se distribuyen entre el interior y el exterior del museo ofreciendo una gu¨ªa personalizada. El castillo se vuelve as¨ª cotidiano y accesible, un lugar de paso de los nanteses y los turistas.
Como sucedi¨® con la restauraci¨®n de la capilla Sixtina, la nueva blancura resplandeciente de las murallas tiene sus detractores, al igual que el sofisticado juego de luces programado sobre las fachadas. Son los menos, pues la mayor¨ªa se rinde al talento con que los restauradores han sabido recuperar el castillo e insuflarle un aire futurista. La luz cambia seg¨²n donde se encuentre el visitante: blanca en el Grand-Logis, para destacar los detalles esculpidos en la piedra, y rojo intenso en la torre de los Espa?oles, "para representar una zona mutilada". La animaci¨®n luminosa de la fachada sur, del lado del tranv¨ªa, es la m¨¢s sorprendente: se puede pasar la noche al pie del castillo durante varios meses sin que se repita ninguna de las coreograf¨ªas de la luz.
Nada de cofias bretonas y mu?ecos con vestimentas t¨ªpicas. El nuevo Museo de Historia de Nantes representa una nueva concepci¨®n de monumento hist¨®rico. Del famoso relicario de oro con el coraz¨®n que Ana de Breta?a leg¨® a su pueblo, y que anteriormente se encontraba en el Museo Dobr¨¦, a un ¨®leo de un artista nant¨¦s contempor¨¢neo, pasando por la proa de una embarcaci¨®n: toda la historia de Nantes aparece exhibida a trav¨¦s de 32 salas y 850 objetos cuidadosamente escogidos.
La antigua ciudad portuaria, la Revoluci¨®n, el pol¨¦mico relleno del Loira y el Erdre (que antes flu¨ªan a los pies de las murallas), la Resistencia, el movimiento obrero y la invenci¨®n de la huelga general. Tambi¨¦n los episodios vergonzosos: el tr¨¢fico de esclavos y las noyades en las que el temible Jean-Baptiste Carrier mand¨® ahogar a 4.800 ciudadanos durante el terror posterior a la Revoluci¨®n Francesa.
El castillo se empez¨® a construir a comienzos del siglo XIII, bajo el nombre de Ch?teau de la Tour Neuve. En 1466, ante las amenazas contra la independencia del ducado, Francisco II de Breta?a alz¨® cuatro torres: la de los Espa?oles, la du Pied de Biche (sacaclavos), la de la Boulangerie y la de los Jacobinos. Les siguieron el palacio Ducal, la torre de la Couronne d'Or y el Grand-Logis.
Veinticinco a?os m¨¢s tarde, Ana de Breta?a, flamante reina de Francia, a?adi¨® la torre du Port, de la Rivi¨¨re y du Fer ¨¤ Cheval. A la muerte de su marido, Carlos VIII, en 1499, Ana se cas¨® con Luis XII, adorn¨® el Grand-Logis y la torre de la Couronne d'Or con lucarnas y loggias de influencia italiana y construy¨® el Logis du Roy en el estilo renacentista franc¨¦s.
Pero en 1582, Philippe-Emmanuel de Lorraine, duque de Mercoeur, transform¨® el castillo en un b¨²nker militar. En 1670, un incendio destruy¨® parte del palacio Ducal, y en 1800, una explosi¨®n sacudi¨® la torre de los Espa?oles, que hab¨ªa sido destinada a dep¨®sito de municiones. En 1862, el castillo fue nombrado monumento hist¨®rico, y en 1915 pas¨® a manos de la ciudad de Nantes para convertirse en museo municipal.
Un s¨ªmbolo ciudadano
Hasta ahora, las restauraciones hab¨ªan sido fragmentarias. Los nuevos trabajos recuperan elementos perdidos, como las flechas y el campanario, "devolvi¨¦ndole su verticalidad, su brillo y su significaci¨®n en la ciudad", seg¨²n declara Pascal Prunet, director de las obras.
A pocos pasos del castillo se alza, monumental, la catedral de Saint-Pierre. Siguiendo el antiguo curso del Erdre, se pueden visitar el pasaje Pomeraye, fuente de inspiraci¨®n de los surrealistas; el m¨ªtico restaurante La Cigalle, con su vertiginosa decoraci¨®n art nouveau, y las tiendas exclusivas de la plaza de Graslin. Ya de regreso, junto a la estaci¨®n, la antigua f¨¢brica de galletitas LU se ha transformado en un activo centro cultural, y poco m¨¢s all¨¢ esperan los senderos del Jard¨ªn Bot¨¢nico, donde Julio Verne estudiaba las especies que luego poblar¨ªan sus libros.
Dijo Andr¨¦ Breton que Nantes es, junto con Par¨ªs, la ¨²nica ciudad en la que a uno puede sucederle "algo grande". Visitar el castillo recobrado es un excelente pretexto para comprobarlo.
Mar¨ªa Fasce es autora de La felicidad de las mujeres (Destino) y de La verdad seg¨²n Virginia (Planeta)
GU?A PR?CTICA
C¨®mo ir- Nantes se sit¨²a a 380 kil¨®metros de Par¨ªs, a unas dos horas de viaje en tren r¨¢pido (www.tgv.com).- Air France (www.airfrance.es) vuela a Nantes v¨ªa Par¨ªs; ida y vuelta, a partir de 237 euros.Visitas e informaci¨®n- Castillo de los Duques de Breta?a (www.chateau-nantes.fr; 0033 251 17 49 48). 4 Place Marc Elder. Nantes. Abre de 9.00 a 20.00 (museo, de 9.30 a 19.00). Los viernes del 15 de mayo al 15 de septiembre, el patio, las murallas y los fosos abren hasta las 23.00. Precio de la entrada, 5 euros; visitas guiadas, 4 euros.- Estuaire (www.estuaire.info; 00 33 240 75 75 07). Hasta el 1 de septiembre, 30 obras e instalaciones. Precio, 30 euros con viaje en barco.- Oficina de turismo de Nantes (www.nantes-tourisme.com; 00 338 92 46 40 44).Central de reservas hoteleras online y telef¨®nico (00 332 72 64 04 79).
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.