Barcelona ama a Jos¨¦ Tom¨¢s
Si fuera toro, ser¨ªa Jos¨¦ Tom¨¢s.
Si fuera plaza, la Monumental de Barcelona me pondr¨ªa por montera.
Si fuera hombre, ser¨ªa feminista, ni que fuese para fastidiar a quienes confunden toreo con hombr¨ªa.
Si fuera ecologista, que lo soy, este domingo, y todos los domingos, me saltar¨ªa las pol¨ªticas antitaurinas para acercarme a verte.
Llevo a?os prepar¨¢ndome para tu llegada. Te fuiste en silencio, como calla el creador cuando le da la gana. Te fuiste por la puerta secreta de los artistas de casta. Un creador descansa. Toma medidas. Castiga. Premia y rectifica. Como Dios con su obra, como Picasso y su pintura. El arte es baile, tiene de todo, luces y sombras, mandamientos, rebeld¨ªa y observancia.
El arte es baile, tiene de todo, luces y sombras, rebeld¨ªa y observancia
Y el toreo es, de todas las artes, la m¨¢s loca y m¨¢s profana.
Y enemigos. La obra de arte asusta, sobre todo en Catalu?a, debo confes¨¢rtelo. Un pa¨ªs contradictorio, un temperamento de extremos, definido como el pa¨ªs del sentido com¨²n y del ingenio o la inspiraci¨®n aguda, juntas, separadas y mezcladas. Un pa¨ªs de artistas, hay que reconocerlo, porque estas pasiones opuestas de la condici¨®n humana se dan, a todas luces, en una ciudad que amas y te ama. Que es capaz de admirar un buen toreo y despreciar faenas adornadas. Que pone en cuesti¨®n sacr¨ªlega su antigua plaza de toros. Que separa a dos amantes universales, como fueron Dal¨ª y Gala, en tumbas apartadas por kil¨®metros. Un pa¨ªs dispuesto a odiar y expulsar a sus m¨¢s inmensos creadores, escritores y cient¨ªficos. Lo supieron Mir¨®, Picasso, Carmen Amaya, el mismo Dal¨ª. Lo padeci¨® Pla, uno de los m¨¢s grandes prosistas en esta lengua libre, amorosa y de iron¨ªa c¨¢ustica. Lo supo Lorca, que ve¨ªa en Catalu?a su alma cervantina y m¨¢s gitana. Basta con observar el acento h¨ªbrido en el rostro de Dal¨ª, en la figura de Amaya, o nuestra piel bastarda, de moreneta y guitarra.
Catalu?a, debo revel¨¢rtelo, se come a sus cr¨ªas m¨¢s gloriosas, porque las considera enfermas, estrafalarias y oscuras. Tal vez por su complejo de pa¨ªs peque?o. A su instinto maternal de catalanidad dolida le molesta un exceso de poblaci¨®n inclasificable. El sentido pr¨¢ctico del catal¨¢n est¨¢ en conflicto permanente con la belleza revolucionaria que aporta la obra nueva. Algunas genialidades consiguen escapar de sus garras, logran triunfar afuera y es, entonces, cuando el pa¨ªs los acoge y exalta hasta la saturaci¨®n medi¨¢tica.
Tambi¨¦n sucede a la inversa, o suced¨ªa antes, cuando la pol¨ªtica no utilizaba el arte y la cultura para provecho propio. Barcelona, por ejemplo, es famosa por su condici¨®n de anfitriona de otras culturas, otras voces. Acariciadores de los forasteros, dec¨ªa Espinel de los catalanes de su ¨¦poca. No solamente es tu ciudad elegida, la anfitriona que espera con los brazos abiertos tu vuelta nunca anunciada. Fue, tambi¨¦n, la ciudad de Carlos Gardel, capital europea del tango y escala obligada en sus viajes. Fue inventora de la rumba gitana, internacional y catalana. Y ni que sea porque el arte taurino est¨¦ tan hermanado con el arte literario, es famosa hoy la importancia fundamental que ha tenido esta ciudad para el desarrollo de la obra de grandes escritores como Garc¨ªa M¨¢rquez, Vargas Llosa, Donoso, Genet y tantos otros que se instalaron en la ciudad literaria para escribir sus mejores p¨¢ginas. Son muchos los catalanes que ven en la diversidad la mejor manera de ser personas. Es sabido que una de las caracter¨ªsticas de este pueblo, que hoy te recibe y aplaude, es precisamente la defensa de la libertad. Nuestra mejor virtud y tambi¨¦n nuestro mejor fracaso. Ya lo dijo Lope de Vega: las damas finas son como los catalanes, que perder¨¢n mil vidas por ganar sus fueros.
Quiero creer que tambi¨¦n por estos motivos has elegido la plaza de Barcelona para tu reaparici¨®n tan esperada. Porque siendo grande quieres parecer peque?o.
Porque eres enemigo de prohibiciones, amante del aire, amigo del arte y del capote.
Porque eres hombre y no h¨¦roe. Por torero puro.
Porque torear para ti es la mejor forma de bailar ante la muerte.
Porque la plaza es tu casa.
Todo el mundo viene a visitarte. Barcelona se felicita y acicala como una novia elegida para mecer tu pase de pecho, tu hondura de muleta y envolver con palmas la luna de tu cuerpo.
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