La fiesta de San Tamudo
Seguimos bajo la conjunci¨®n astral que permiti¨® al Madrid marcar dos goles decisivos en porter¨ªas situadas a trescientos kil¨®metros de distancia: uno lo marc¨® Van Nistelrooy en La Romareda; otro lo marc¨® Tamudo en el Camp Nou. Cuando Van Nistelrooy celebraba el suyo, Fabio Capello se volvi¨® hacia Chendo para hacerle la pregunta del a?o: "?C¨®mo va el Bar?a?".
Mientras Capello se afilaba el ment¨®n entre las u?as con un gesto de des¨¢nimo, Tamudo recib¨ªa un bal¨®n esquinado de Rufete, se acomodaba para el tiro y le serv¨ªa el t¨ªtulo de Liga. As¨ª, en menos de un minuto pero con unos a?os de retraso, se invert¨ªa el efecto Tenerife. Una sola diferencia separaba los acontecimientos que decidieron y quiz¨¢ decidan la competici¨®n: Leo Beenhakker era un hombre sin suerte; Capello tiene un c¨®mplice en el bingo.
Buscar otras explicaciones a un drama casual es tiempo muerto; adem¨¢s, el f¨²tbol pierde la memoria y s¨®lo anota el nombre del ganador. Tampoco es justo discutir el premio a los seguidores del primer candidato, sobre todo cuando han padecido tanto. La Cofrad¨ªa del Clavo Ardiendo, una de las pe?as madridistas m¨¢s activas, representa exactamente esta figura con su nombre. Creer en un equipo al que el Levante, el Celta, el Recreativo y el resto del mundo zarandeaban en el Bernab¨¦u era, m¨¢s que un caso de lealtad, un ejercicio de milagrer¨ªa. Por eso, incapaces de acogerse a la l¨®gica, sus socios pintaron la pancarta y se pusieron a rezar.
Sin ¨¢nimo de discutir la legitimidad del resultado final, es oportuno reconocer que el campeonato ha podido terminar de varias formas diferentes y que, con permiso del Sevilla, el Bar?a ha sido fiel a su estilo emprendedor y ha hecho el mejor f¨²tbol durante m¨¢s tiempo. Aceptemos tambi¨¦n que ¨¦ste ser¨¢ para siempre el a?o en que Messi ha replicado con la exactitud de un pant¨®grafo los dos goles m¨¢s famosos de Maradona.
Pero ahora el gran favorito es el Madrid. Su entrenador, que ha disfrutado de un desembolso de m¨¢s de cien millones de euros en fichajes, se permiti¨® desahuciar a Beckham; releg¨® a Robinho y Guti; hizo vagar por las cuatro esquinas a Ra¨²l, Higua¨ªn, Marcelo, Cicinho y Torres; vaci¨® el estadio dos veces; provoc¨® tres o cuatro sublevaciones; perdi¨® diecisiete puntos en casa y dijo, sin mover la ceja, "Con la uva que me han dado s¨®lo puedo hacer este vino".
Pronto, dentro de un par de d¨ªas, estaremos hablando de la pr¨®xima temporada. Diremos, por ejemplo, que si el Bar?a vuelve a su juego natural y el Madrid sigue confiando el suyo a Capello, los madridistas tendr¨¢n una buena excusa para irse de vacaciones hasta mayo. As¨ª, el sofoc¨®n se reducir¨¢ a volver, alistarse en la cofrad¨ªa del clavo ardiendo y confiar en que San Tamudo vuelva a aparecerse en primavera.
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