"Todo se decide en los 'boxes"
Alain Prost, el 'Profesor', ofrece una mirada desapasionada, descre¨ªda y esc¨¦ptica sobre la rivalidad en McLaren entre Hamilton y Alonso
Alain Prost es un rebelde, uno que ama llevar la contraria al pensamiento mayoritario, y no le importa acudir, como buen aficionado al ciclismo que es -manda narices en estos tiempos-, a la salida de una etapa de la Dauphin¨¦ Lib¨¦r¨¦ en Hautesrives - junto al R¨®dano, a la altura de los vi?edos de shyrah del Hermitage, a la sombra del palacio ideal del cartero Cheval- para aprender de un mec¨¢nico las ¨²ltimas novedades de materiales en el mundo de la bicicleta y saludar, de paso, a su ciclista favorito, que no es, evidentemente, ning¨²n franc¨¦s, sino un espa?ol al que algunos franceses quieren impedir que corra el Tour de Francia, es decir, Alejandro Valverde.
Se hace unas fotos, se abraza, charla con el murciano, cuenta cu¨¢nto le gusta participar en carreras populares y despu¨¦s, Prost, diminuto, a¨²n en los huesos, ni un gramo de grasa, a¨²n, 55 a?os, melena rizada, descuidada, se sube al coche del director del Caisse d'?pargne, Eusebio Unzue, y hace de copiloto, de aficionado afortunado, camino del Mont Ventoux. Y all¨ª, claro, habla de automovilismo, de Hamilton, de Alonso, de una rivalidad encarnizada dentro de McLaren que, casi 20 a?os despu¨¦s, recuerda inevitablemente, a la que ¨¦l mismo vivi¨® primero con Niki Lauda, despu¨¦s, y sobre todo, con Ayrton Senna.
"Es un gran error tener dos coches iguales en la misma escuder¨ªa. Genera mucha tensi¨®n"
"Fernando Alonso, de todas maneras, es un superpiloto, un gran, gran piloto"
"Pero pienso que ahora es un error tener dos coches iguales dentro de la misma escuder¨ªa. Finalmente, se volver¨¢ contra ellos, porque genera demasiadas tensiones", dice. Y no duda. ?Pero qu¨¦ le pasa al profesor? ?Se ha hecho demasiado viejo? ?No recuerda lo que dec¨ªa en los tiempos en que se pegaba cotidianamente con su compa?ero de escuder¨ªa Senna?
En 1984, cuando Prost lleg¨® a McLaren, el titular de la escuder¨ªa de Ron Dennis era el austriaco Nikki Lauda, dos veces campe¨®n del mundo. Prost, irreverente, un inconformismo azuzado, fomentado por Ron Dennis, el patr¨®n, no dud¨® en intentar ganar el t¨ªtulo. Gan¨® m¨¢s carreras que el austriaco, pero perdi¨® el mundial ante su compa?ero por s¨®lo medio punto. La situaci¨®n torn¨® cuatro a?os m¨¢s tarde, cuando a un establecido Prost, ya bicampe¨®n del mundo, le lleg¨® de compa?ero el brasile?o Ayrton Senna, quien como todos los genios, los campeones, no conoc¨ªa la palabra respeto: gan¨® el t¨ªtulo el primer a?o de convivencia. Tan imposible era la cohabitaci¨®n en 1989, el segundo a?o, que ambos tuvieron que firmar un pacto de no agresi¨®n: ninguno intentar¨ªa cerrar al otro camino de la primera curva. El acuerdo dur¨® nada. Senna lo rompi¨® en el GP de San Marino. Prost le respondi¨® en Suzuka, en el ¨²ltimo GP de la temporada, donde ambos se jugaban el t¨ªtulo. En una chicane Prost cerr¨® el paso voluntariamente a Senna. Los dos monoplazas se engancharon. Prost se baj¨® del suyo, pero Senna, con ayuda de los comisarios volvi¨® a la pista y gan¨® el gran premio. Poco despu¨¦s, sin embargo, fue descalificado por atajar ilegalmente. El t¨ªtulo fue para Prost, que al a?o siguiente emigr¨® a Ferrari. Gan¨® el t¨ªtulo en 1993 y despu¨¦s se retir¨®. Pocos d¨ªas antes de morir, Ayrton Senna le envi¨® un mensaje: "Regresa Alain, te echo de menos. Sin ti no es lo mismo, no encuentro motivaci¨®n para luchar, para ir m¨¢s all¨¢". En el entierro de Senna, Prost fue uno de los portadores del f¨¦retro. "Con Senna tambi¨¦n muri¨® una parte de m¨ª, tan unidas han estado nuestras carreras", confes¨®.
"Pero ahora no es lo mismo", dice Prost, quien no ve mucha m¨¢s pasi¨®n en el circuito. Lo dice con frialdad, lucidez. "En mis tiempos, el piloto era m¨¢s importante que la m¨¢quina; ahora, primero es la tecnolog¨ªa, las manos van despu¨¦s. Y los coches est¨¢n tan igualados por culpa de las limitaciones y los avances tecnol¨®gicos que es muy dif¨ªcil adelantar en carrera. Las carreras se deciden desde los boxes. La estrategia de los patrones marca la f¨®rmula 1, lo ¨²nico que se sale de sus cuentas son los errores de los pilotos".
Cuenta despu¨¦s Prost una historia. Explica que hace seis a?os, cuando McLaren puso en marcha su simulador de grandes premios, en las dem¨¢s escuder¨ªas se re¨ªan, lo consideraban una playstation, un juguetito. "Pero ahora, el simulador ha alcanzado una perfecci¨®n asombrosa, es hasta capaz de simular las condiciones meteorol¨®gicas, la lluvia, el asfalto h¨²medo, el viento, todo. Y Hamilton ha trabajado mucho m¨¢s que Alonso con el simulador, y su forma de manejar es mucho m¨¢s suave, menos brusca que la del espa?ol. Creo que para McLaren, as¨ª, es m¨¢s f¨¢cil ajustar los coches de acuerdo a las caracter¨ªsticas de Hamilton", dice Prost. "Pero eso no puede esconder un hecho: Alonso es un superpiloto, un gran, gran piloto".
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