100 d¨ªas sin Yeremi, una decena de sospechosos
La Guardia Civil busca entre un centenar de pederastas pistas del ni?o desaparecido
Eran las 13.30 del 10 de marzo. Yeremi Vargas, de siete a?os, jugaba con cuatro de sus primos en la calle. Les llam¨® la abuela para comer y todos se sentaron a la mesa, menos Yeremi. 97 d¨ªas despu¨¦s, nadie ha vuelto a verle. ?Un secuestro? ?Se despist¨® de sus primos y cay¨® a un pozo? ?A un acantilado? ?Alguien le secuestr¨®? 10 agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) a las ¨®rdenes del coronel F¨¦lix Hernando, adem¨¢s de efectivos de la polic¨ªa judicial, buscan sin tregua al menor.
La Guardia Civil ha desplazado a Canarias a su unidad de ¨¦lite -la UCO-. Los agentes del instituto armado han comenzado a acotar las pesquisas: investigan a un centenar de personas de las islas con antecedentes o detenciones por pederastia o agresiones sexuales relacionadas con ni?os y a personas que hayan tenido alg¨²n encontronazo con el entorno familiar del peque?o.
De momento, hay una decena de sospechosos. La mitad, personas fichadas y vinculadas a casos de pederastia, y el resto, gente que ha tenido choques con la familia de Yeremi. Es, de momento, lo m¨¢s s¨®lido de una investigaci¨®n que se inici¨® s¨®lo unos d¨ªas despu¨¦s de que, en busca del ni?o, miles de grancanarios peinaran montes, acantilados y pozos de Vecindario, en el municipio de Santa Luc¨ªa en el que reside la familia.
La Guardia Civil mantiene abiertas tres l¨ªneas de investigaci¨®n. La primera, que el ni?o cayera a alg¨²n pozo o acantilado, es ya la menos factible. Los agentes del Grupo de Delitos contra las Personas de la UCO, y los miles de vecinos que se sumaron a la b¨²squeda en los d¨ªas siguientes a la desaparici¨®n, rastrearon un centenar de pozos y cuevas. Estos d¨ªas, la Guardia Civil est¨¢ volviendo a hacerlo. ?Por qu¨¦? Porque, en realidad, las pesquisas m¨¢s robustas no apuntan ya a un accidente, sino a un secuestro derivado de un ajuste de cuentas a la familia del ni?o. Es coherente que quien se llevara al ni?o, tanto si lo mat¨® asustado al ver la explosi¨®n popular de apoyo a la familia como si ¨¦ste se le hubiera muerto tras el rapto, se hubiese deshecho del cuerpo y lo hubiera arrojado a alg¨²n pozo o similar de la zona. Todos fueron rastreados los primeros d¨ªas. Pero una vez mitigada la presi¨®n vecinal, el agresor ha podido desprenderse del cuerpo bien arroj¨¢ndolo a un pozo o cueva o enterr¨¢ndolo. Por eso se miran de nuevo. Nadie ha llamado a la familia pidiendo un rescate. El dinero no parece ser el m¨®vil de la desaparici¨®n, puesto que los padres, legalmente separados, son muy humildes: ¨¦l vive con su madre y trabaja de mozo de cocina; la madre reside en casa de sus padres y no tiene trabajo. Se separaron en octubre pasado. Hasta ese momento, Yeremi, un hermano menor y los padres de ambos viv¨ªan en casa de la abuela materna.
Es falso, seg¨²n fuentes cercanas al caso, lo apuntado en alg¨²n medio de comunicaci¨®n de que tras de la desaparici¨®n de Yeremi hab¨ªa un ajuste de cuentas contra el padre por drogas impagadas. El padre no tiene vinculaci¨®n alguna con ese submundo.
As¨ª, las pistas de m¨¢s calado apuntan a un secuestro sin rescate, un ajuste de cuentas a alg¨²n familiar del entorno del ni?o, pero distinto del padre o la madre. En este aspecto hay sospechosos que han tenido l¨ªos con miembros de la familia del ni?o. Yeremi viv¨ªa con su madre y los abuelos y tiene t¨ªos. Y jugaba con cuatro de sus primos en la calle. Una hip¨®tesis de la investigaci¨®n consiste en que quiz¨¢s el objetivo era un primo de Yeremi y el secuestrador se confundi¨® y atrap¨® al ni?o equivocado o al que se qued¨® m¨¢s rezagado.
La otra principal l¨ªnea de investigaci¨®n nace de la posibilidad de que alg¨²n pederasta le raptara. La Guardia Civil ha examinado ya a unos 100 ped¨®filos, personas condenadas o detenidas en las islas por agresi¨®n sexual a menores. Incluso exhibicionistas. ?Qu¨¦ hicieron ese d¨ªa? ?Con qui¨¦n estuvieron? Algunos han sido ya interrogados. La mayor¨ªa tiene coartada pero en varios de ellos concurren situaciones llamativas. Salvo que el verdadero autor de la desaparici¨®n de Yeremi cometa un error y se delate, de momento no hay prevista ninguna detenci¨®n.
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