La conjura de los que juegan con fuego
Los informes de la Guardia Civil y las confesiones de los detenidos apuntan a personas con trastornos o problemas de convivencia como causantes de los incendios
El pasado 7 de agosto Edelmiro C., de 63 a?os, se alivi¨® junto a una finca de labrad¨ªo en una aldea de Teo y, despu¨¦s de subirse la cremallera, arroj¨® una colilla a los matorrales. O al menos eso confes¨® a los polic¨ªas. A 17 kil¨®metros de all¨ª, ese mismo lunes en la parroquia padronesa de Corti?as, cerca de Herb¨®n, Dolores G. inici¨® una peligrosa quema de rastrojos en dos puntos distintos de su propia finca. El term¨®metro a las tres de la tarde marcaba 23 grados, hab¨ªa una humedad relativa del 54% y el viento soplaba a una velocidad de 15 metros segundo, con r¨¢fagas que llegaron a los 20.
Sin saberlo, esos dos sexagenarios que todav¨ªa hoy no se conocen de nada, ocasionaron aquel lunes un incendio que arras¨® 1.900 hect¨¢reas de monte, que avanz¨® a lo largo de seis kil¨®metros de la autopista AP-9 cuyo tr¨¢fico tuvo que ser interrumpido durante horas, puso en peligro una peque?a aldea de siete casas y afect¨® a los municipios de Padr¨®n, A Estrada y Teo.
Seraf¨ªn Pardi?as, autor del fuego de Cerdedo, contin¨²a en la c¨¢rcel acusado de provocar 93 incendios en 4 a?os
El instituto armado descarta la existencia de tramas despu¨¦s de investigar a m¨¢s de 500 pir¨®manos en 10 a?os
Un brigadista de Cabanas sorprendido junto a un foco aleg¨® que no pod¨ªa apagar en sus horas libres
En los tres casos en los que se descubri¨® una autor¨ªa conjunta se trataba de j¨®venes menores de edad
Despu¨¦s de una minuciosa reconstrucci¨®n de los focos, en la que los expertos de la polic¨ªa auton¨®mica emplearon varios meses, ambos fueron detenidos este invierno. Si no hay novedad, tendr¨¢n que responder en el juzgado por sendos delitos de incendio imprudente. Aunque los investigadores les habr¨ªan imputado de buena gana una pena mucho mayor. Intuyen que ambos mintieron en su declaraci¨®n, que actuaron de mala fe y que los dos est¨¢n detr¨¢s de una docena de fuegos. As¨ª lo han certificado los vecinos de uno y los familiares de la otra, quienes sin embargo se niegan a denunciarlos por escrito.
Edelmiro y Dolores siguen hoy en libertad bajo tratamiento psiqui¨¢trico a la espera de que los jueces concluyan las farragosas diligencias y escuchen el relato de centenares de damnificados por las llamas. La Guardia Civil no les perder¨¢ de vista este verano. Ni a ellos, ni a buena parte de los m¨¢s de 70 ancianos detenidos durante los ¨²ltimos a?os por quemar bosques en Galicia.
Ese perfil se acerca mucho al retrato robot que el instituto armado configur¨® despu¨¦s de investigar a los 500 incendiarios arrestados durante la ¨²ltima d¨¦cada en la comunidad. En todo ese tiempo, los agentes no han hallado ni una sola evidencia, ni una prueba de que haya organizaciones criminales o tramas detr¨¢s del fuego. No hay implicaciones de un mismo detenido en provincias distintas y en los tres ¨²nicos casos en los que se detect¨® una autor¨ªa conjunta de m¨¢s de tres personas, se trataba de menores de edad.
Durante 2006, el Seprona y la polic¨ªa auton¨®mica arrestaron a 199 presuntos pir¨®manos en Galicia, de los que 32 ingresaron en prisi¨®n y otros 17 en hospitales psiqui¨¢tricos. El rotulador rojo de los expertos se ha parado en los 12 d¨ªas de la ola incendiaria de agosto, en la que se quemaron m¨¢s de 94.000 hect¨¢reas. Durante ese per¨ªodo las fuerzas de seguridad capturaron a 73 personas, el 90% hombres. Los jueces dictaron medidas cautelares contra 23 presuntos pir¨®manos en forma de internamiento psiqui¨¢trico o prisi¨®n provisional.
En la c¨¢rcel pas¨® Alfonso F., vecino de Toques, el final del verano y casi todo el oto?o. El escrito del fiscal le acusa de prender dos fuegos de forma intencionada en su municipio el 8 de agosto, cuando a¨²n humeaban los rescoldos en Teo, A Estrada y Padr¨®n y ard¨ªa la mitad atl¨¢ntica de Galicia. Su suerte la decidir¨¢n los 12 miembros del Tribunal del Jurado que se constituir¨¢ en la Audiencia Provincial de A Coru?a. De la instrucci¨®n practicada por el Juzgado n¨²mero 1 de Arz¨²a, el ministerio p¨²blico concluye que este hombre, sin antecedentes penales, prendi¨® a prop¨®sito con su mechero los matorrales de dos cunetas en la parroquia donde reside. Por cada uno de los dos fuegos dolosos que le atribuye, el fiscal reclama para el acusado una pena de un a?o de prisi¨®n y otros 12 meses de multa a raz¨®n de seis euros diarios.
Los ficheros de los cuerpos de seguridad constatan desequilibrios mentales en 14 de los detenidos. En otros 10, problemas serios de alcoholismo. Seg¨²n los atestados de los interrogatorios policiales tres pir¨®manos confesaron haber utilizado las llamas como venganza. Y a cuatro se les descubri¨® una relaci¨®n anterior con los trabajos de extinci¨®n como brigadistas.
Jos¨¦ R. fue contratado en mayo pasado como integrante de la cuadrilla municipal de Cabana. Es sospechoso de haber plantado 18 fuegos distintos durante el mes de junio en los alrededores de Malpica con m¨¢s de 300 hect¨¢reas quemadas de eucaliptales y monte raso. Una testigo lo situ¨® a los pies de un incendio, extasiado sin hacer nada. Le pareci¨® que contemplaba "con satisfacci¨®n" las llamas. El todoterreno municipal en el que se mov¨ªa por la zona fue localizado por testigos en otros bosques de la comarca justo antes de que empezasen a arder. Cuando los guardias lo interrogaron sobre su presencia como espectador en el monte, aleg¨® que estaba fuera del horario laboral y que no hab¨ªa participado en la extinci¨®n porque algunos eran peque?os conatos "sin importancia" y otros "demasiado grandes para ser apagados por un hombre solo".
Manuel G. no ha trabajado nunca en un dispositivo pero le gustar¨ªa mucho. Eso fue lo que cont¨® a la pareja de la Guardia Civil que acudi¨® a su casa a socorrerlo. ?l mismo hab¨ªa llamado al puesto de Negreira para alertar de que un grupo de vecinos le estaban amenazando y acusando de quemar el monte. Al llegar a su vivienda, los agentes identificaron la matr¨ªcula de su coche y lo llevaron preso. En las conclusiones del dossier que elaboraron figura una misma causa para los cuatro montes que ardieron en su ayuntamiento durante junio y julio : "Existe la posibilidad de que el autor de los hechos act¨²e para ver c¨®mo se organiza el dispositivo de extinci¨®n".
El responsable del incendio m¨¢s desastroso del verano se llama Seraf¨ªn Pardi?as, tiene 53 a?os y lleva 10 meses internado en la prisi¨®n de A Lama. El atestado oficial relata c¨®mo el 4 de agosto, Pardi?as, un hombre solitario con problemas de alcohol, prendi¨® con su mechero el margen derecho de la angosta carretera de San Estevo de Pedre, muy cerca de la chabola en la que malvive desde que abandon¨® el viejo remolque de un cami¨®n.
El viento que soplaba con una velocidad de 44 kil¨®metros por hora y la m¨ªnima humedad (40% aquella tarde) hicieron el resto. En Cerdedo durante nueve d¨ªas y otras tantas noches ardieron 8.500 hect¨¢reas de monte. Y dos mujeres, madre e hija, perdieron la vida al sufrir un accidente cuando intentaban escapar del infierno a trav¨¦s de una carretera comarcal. El principal sospechoso, que durante tardes enteras hab¨ªa presumido en las tabernas de utilizar el mechero para dejar las fincas "lisas como una tabla", denunci¨® personalmente a un joven al que todo Pedre hab¨ªa visto en las tareas de extinci¨®n. Dos d¨ªas despu¨¦s reconoci¨® a este diario entre sollozos que su vecino era inocente. La investigaci¨®n y el pueblo se volvieron contra ¨¦l.
Quienes hasta entonces se hab¨ªan resistido a delatarle hablaron largo y tendido. Una mujer cont¨® que hace tiempo le prest¨® una hoz para limpiar la finca y que ¨¦l, como siempre, prefiri¨® el mechero. Otro testigo reconoci¨® que le hab¨ªa visto prender fuego hace tres a?os. Y fueron legi¨®n quienes reprodujeron las conversaciones de bar sobre su afici¨®n al fuego. Resultado: a Pardi?as se le imputan 93 incendios distintos en los alrededores de su casa durante los ¨²ltimos cuatro a?os. El ¨²ltimo le mantiene en la c¨¢rcel con una acusaci¨®n que le augura un largo per¨ªodo a la sombra. A sus antecedentes penales -siete detenciones, una de ellas por violaci¨®n- hay que sumar ahora una petici¨®n de condena por un delito de incendio con peligro para la vida de las personas.
M¨¢s o menos durante las mismas fechas el grupo contra el crimen organizado de la polic¨ªa judicial se top¨® en Vigo con uno de esos casos chuscos que tanto se alejan de su minuciosa investigaci¨®n. Despu¨¦s de divisar una columna de humo en los m¨¢rgenes de la AP-9 a la altura de Mos, uno de sus agentes ech¨® a correr despu¨¦s de descubrir una sombra entre las matas. Una vez identificado y despu¨¦s de admitir que no fumaba, argument¨® que portaba el mechero para soldar cobre en un taller de Vigo del que no recordaba ni la direcci¨®n ni el nombre del jefe. Cuando el investigador le pregunt¨® el motivo de su escapada, ¨¦l respondi¨® que perd¨ªa el autob¨²s para llegar a su trabajo. Como el resto de los sospechosos aguarda a la espera de juicio.
?l y los m¨¢s de cien detenidos este a?o por quemar el monte en Galicia. Como se?ala uno de los responsables de la investigaci¨®n, la estad¨ªstica es mentirosa. Casi todos ser¨¢n acusados de imprudencias y muy pronto volver¨¢n al monte a seguir quemando.
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