Hablar del S¨¢hara
Ayer se iniciaron las conversaciones directas entre Marruecos y el Frente Polisario para buscar una salida al conflicto del S¨¢hara Occidental. La resoluci¨®n 1754, aprobada en abril por el Consejo de Seguridad a instancias del llamado Grupo de Amigos del S¨¢hara, establec¨ªa que el encuentro deb¨ªa celebrarse "sin condiciones previas", un requisito que las partes parecen haber aceptado desde el momento en que se han encontrado cara a cara en Manhasset, no lejos de Nueva York. A pesar de las dificultades que se pondr¨¢n de manifiesto en esta primera toma de contacto, la simple celebraci¨®n de la reuni¨®n bajo los auspicios de Naciones Unidas es una buena noticia: Marruecos y el Frente Polisario hab¨ªan interrumpido los contactos directos hace 10 a?os.
A diferencia de otros momentos de este interminable conflicto, ambas partes tienen ahora un inter¨¦s creciente en encontrar una salida, presionadas por la evoluci¨®n de sus respectivas situaciones internas. Marruecos no puede mantener indefinidamente abierto el frente saharaui y, de paso, la tensi¨®n con Argelia, cuando los atentados yihadistas de los ¨²ltimos meses han puesto de relieve que la cooperaci¨®n entre Rabat y Argel es imprescindible para combatir el terrorismo. Por parte del Polisario, la degradaci¨®n de las condiciones de vida en los campos de refugiados dificulta su posici¨®n, haciendo inviable cualquier intento de resistencia.
Pero que ambas partes est¨¦n m¨¢s necesitadas que nunca de una soluci¨®n no significa que compartan cu¨¢l deba ser ¨¦sta. Si han llegado a Manhasset sin condiciones previas es en gran medida porque las l¨ªneas rojas de cualquier eventual acuerdo son conocidas por unos y por otros. Marruecos no acepta renunciar a la soberan¨ªa sobre el S¨¢hara y el Polisario rechaza que las modalidades del ejercicio del derecho a la autodeterminaci¨®n se limiten, de entrada, a la f¨®rmula de la autonom¨ªa. Son puntos de partida distantes, pero en los que, al menos sobre el papel, no resultar¨ªa imposible encontrar alg¨²n punto de coincidencia si todos aceptan correr riesgos calculados y asumibles.
En las horas previas a la reuni¨®n ambas partes han aireado sus respectivos inventarios de agravios. El Polisario acusa a Marruecos de violar los derechos humanos, mientras que Marruecos acusa al Polisario de haber llamado a la movilizaci¨®n para reforzar su posici¨®n en las negociaciones. Rabat ha mostrado, adem¨¢s, un escrupuloso cuidado para que la composici¨®n de la delegaci¨®n enviada a Manhasset no desmienta su pretensi¨®n de tratar el S¨¢hara como un asunto interno. El Polisario ha manifestado su disgusto. Y aunque la soluci¨®n no se encuentre a la vuelta de la esquina, el camino emprendido con este encuentro es el ¨²nico que puede conducir hacia una necesaria pacificaci¨®n, que no puede posponerse por tiempo indefinido.
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