Dos arrestados en la comisar¨ªa de Vallecas denunciar¨¢n a la polic¨ªa por malos tratos
Los agentes les acusan de agredir a un compa?ero, pero los j¨®venes y una testigo lo niegan
Roberto y Jorge Prados Rodr¨ªguez, de 18 y 20 a?os, tienen previsto denunciar hoy a los dos agentes de la comisar¨ªa de Villa de Vallecas por haberles agredido a porrazos el pasado viernes, cuando iban a renovar el DNI. Los dos hermanos sostienen que no se enfrentaron al agente que les recrimin¨® su conducta y que los polic¨ªas les pegaron luego sin motivo. Ahora sufren las secuelas f¨ªsicas de aquel incidente. Una testigo ratifica la versi¨®n de los j¨®venes. En cambio, la polic¨ªa asegura que los detenidos se colaron en la fila de renovaci¨®n del carn¨¦ de identidad. Cuando un agente les rega?¨®, seg¨²n esta versi¨®n, los hermanos la emprendieron a palos con ¨¦l, por lo que intervino otro agente.
Los dos hermanos fueron a la comisar¨ªa el pasado viernes para que Roberto se sacara el DNI. Llegaron a las diez de la ma?ana y esperaron turno hasta las doce del mediod¨ªa. A esa hora sali¨® una mujer de la oficina del DNI y les dijo que ya pod¨ªan pasar. Y as¨ª lo hicieron. Instantes despu¨¦s lleg¨® un agente joven "muy furioso", seg¨²n recuerda Roberto. "Nos empez¨® a chillar que le obedeci¨¦ramos, que nadie pod¨ªa entrar sin que ¨¦l se lo dijera. Mi hermano [Jorge] le dijo que se tranquilizara, que no era necesario que se pusiera tan borde", afirma el menor. "Le dije que me sal¨ªa yo, porque a mi hermano lo estaban atendiendo ya y seguro que iba a terminar enseguida. No me hizo caso y sigui¨® chillando", apostilla Jorge.
El agente, seg¨²n los hermanos, sac¨® la porra y empez¨® a pegarles. Jorge no paraba de chillarle que se tranquilizara y que a golpes no se solucionaba nada. Intent¨® proteger a Roberto para que no le agredieran. El resto de personas que estaban en la oficina tambi¨¦n pidi¨® que cesara en su agresi¨®n, seg¨²n inform¨® a EL PA?S una testigo de lo ocurrido, que ratific¨® la versi¨®n de los hermanos. "Me puse nervioso. Me estaban pegando y no hab¨ªamos hecho nada", recuerda Jorge.
Los Prados salieron a la calle a la carrera, al ver que la supuesta agresi¨®n no acababa. Ya fuera de la comisar¨ªa, llamaron por tel¨¦fono a un amigo. Relatan que entonces vieron a dos polic¨ªas (el que les agredi¨® y otro m¨¢s) que iban tras ellos, por lo que siguieron corriendo hacia la estaci¨®n de Entrev¨ªas. "Nos paramos porque no hab¨ªamos hecho nada", explica Roberto. Los agentes les alcanzaron y empezaron a pegarles, seg¨²n su versi¨®n. Roberto termin¨® con el labio inferior partido y golpes en la espalda y en el brazo derecho. Jorge se llev¨® la peor parte: porrazos en la cabeza, los brazos, el cuello, un hombro y la espalda.
Fueron acusados de atentado contra agente de la autoridad. "En la comisar¨ªa, los polic¨ªas nos intimidaron todo el rato. Nos dec¨ªan que no sab¨ªamos d¨®nde nos hab¨ªamos metido y que al pegar a uno de ellos es como si hubi¨¦ramos agredido al resto... Es m¨¢s, nos dijeron que nos daban de comer y una manta, porque eran seres humanos", a?ade Jorge. Los hermanos fueron puestos en libertad a la 1.30 del s¨¢bado y est¨¢n pendientes de saber si ir¨¢n a juicio o no. Los Prados denunciar¨¢n hoy a los polic¨ªas por malos tratos, amenazas e injurias.
La Jefatura Superior de Polic¨ªa ha abierto una informaci¨®n reservada. Una portavoz afirma que los chavales se colaron en la oficina del DNI y que, cuando el agente les recrimin¨®, le pegaron, le rompieron la camisa y le arrancaron la placa insignia. El polic¨ªa tiene un parte de lesiones.
Apoyo de la iglesia 'roja'
Si a alguien est¨¢n agradecidos los hermanos Prados y su madre, Raquel Rodr¨ªguez, es sin duda a los integrantes de la iglesia de San Carlos Borromeo. Una testigo que vio todo lo ocurrido en la oficina del DNI de la comisar¨ªa de Entrev¨ªas fue de inmediato a la parroquia y avis¨® de lo que estaba pasando.
El padre Javier Baeza, la abogada Patricia Fern¨¢ndez Vicens y otras mujeres, entre ellas, Carmen D¨ªaz, de la asociaci¨®n Madres contra la Droga, estuvieron toda la tarde con la madre de los j¨®venes, seg¨²n recuerda Raquel. No paraban de darle apoyo y acompa?arla. "Si vamos a seguir adelante, es por ellos. Han sido extraordinarios", concluye la madre.
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