Ch¨¢vez enturbia la cita de Bush y Putin
Estados Unidos pretende frenar la venta de submarinos convencionales rusos a Venezuela
La venta de armas a Venezuela por parte de Rusia y la creciente vinculaci¨®n de ese pa¨ªs con el Gobierno de Hugo Ch¨¢vez se han convertido en temas de preocupaci¨®n en Estados Unidos, que ha manifestado su malestar y ha advertido que las relaciones entre Rusia y Venezuela pueden ser un obst¨¢culo m¨¢s de cara a la importante cumbre que los presidentes George W. Bush y Vlad¨ªmir Putin tienen prevista para el 1 y 2 de julio en Kennebunkport (Maine).
Fuentes oficiales estadounidenses que hablaron con EL PA?S de forma an¨®nima dijeron que las negociaciones en marcha para la adquisici¨®n por Venezuela de varios submarinos rusos -entre cinco y nueve-, unido al hecho altamente simb¨®lico de que Putin reciba a Ch¨¢vez en Mosc¨² a finales de junio, justo antes de volar a EE UU, constituyen "asuntos serios que podr¨ªan ser motivo de discusi¨®n en Kennebunkport".
Putin quiere que EE UU respete el espacio de influencia geogr¨¢fica de Rusia
Venezuela ha gastado en armas en s¨®lo dos a?os unos 3.000 millones de euros
La cumbre Bush-Putin, que se celebrar¨¢ en la residencia de verano del padre del presidente, estaba dise?ada para salvar las importantes diferencias surgidas entre Washington y Mosc¨² a ra¨ªz de los planes de la OTAN de construir un sistema antimisiles en pa¨ªses del Este de Europa. Nada peor que a?adirle a esas complejas relaciones, ya afectadas tambi¨¦n por las quejas estadounidenses sobre el retroceso democr¨¢tico en Rusia, el espinoso asunto del papel desestabilizador que, a juicio de Washington, juega Ch¨¢vez en Am¨¦rica Latina.
Para EE UU resulta dif¨ªcil obviar ese tema si, apenas horas antes de que Putin llegue a Kennebunkport, el presidente ruso se re¨²ne con Ch¨¢vez para tratar los ¨²ltimos detalles de un contrato de submarinos que confirma la escalada armamentista en la que se encuentra Venezuela desde que Ch¨¢vez lleg¨® al poder.
En los ¨²ltimos a?os, el negocio de armas de Rusia con Venezuela ha sido floreciente: 24 aviones de combate Sukhoi, 35 helic¨®pteros y 100.000 fusiles de asalto AK-47. Unido a los barcos y aviones que Venezuela ha comprado en Espa?a y Brasil, se estima que Caracas ha gastado en armas en s¨®lo dos a?os unos 3.000 millones de euros, con lo que se convierte, por supuesto, en el mayor comprador de Am¨¦rica Latina, pero tambi¨¦n en uno de los mayores del mundo, por encima de pa¨ªses en zonas de conflicto, como Ir¨¢n o Pakist¨¢n.
Estas compras preocupan en Washington, que teme que otros pa¨ªses latinoamericanos, como Brasil, Colombia o Chile, se sientan forzados a seguir el sendero militarista emprendido por el r¨¦gimen venezolano.
Pero m¨¢s a¨²n que esto, la Administraci¨®n norteamericana est¨¢ inquieta por la estrategia que la compra de armas a Rusia esconde. Las fuentes aseguraron que la voluntad de Ch¨¢vez es -"como en Per¨² en los a?os setenta", durante el r¨¦gimen militar de Juan Velasco Alvarado- la de romper los v¨ªnculos de sus fuerzas armadas con EE UU y crear un poder militar aut¨®nomo con ambici¨®n de, alg¨²n d¨ªa, ser dominante en la regi¨®n.
Venezuela, como la mayor¨ªa de los Gobiernos latinoamericanos, pose¨ªa hasta ahora armas norteamericanas, dependientes de los repuestos y la tecnolog¨ªa norteamericanas. Con la compra de armas a Rusia, explicaron las fuentes citadas, Ch¨¢vez se asegura que los mandos militares tengan, a partir de ahora, que mirar hacia Mosc¨² y no a Washington en busca de repuestos y asistencia t¨¦cnica. As¨ª, adem¨¢s de premiar a los militares con equipos modernos, se les interrumpe un canal de comunicaci¨®n potencialmente peligroso para Ch¨¢vez en t¨¦rminos pol¨ªticos.
"La obsesi¨®n de Ch¨¢vez es cortocircuitar ese entramado de fuerzas armadas, servicios de inteligencia y tecnolog¨ªa militar de donde cree que procede la mayor amenaza para su presidencia", a?aden.
Aunque la justificaci¨®n oficial del rearme es hacer frente a una posible invasi¨®n de EE UU, pese a que la Casa Blanca siempre ha negado esa hip¨®tesis y nunca han existido indicios serios en ese sentido, fuentes norteamericanas creen que se trata de una estrategia para hacer de Venezuela, como Ir¨¢n o India, una potencia regional.
En ese contexto, incluyen las fuentes los planes venezolanos de construir en Maracay la primera factor¨ªa en Am¨¦rica Latina de fusiles rusos Kal¨¢shnikov y su correspondiente munici¨®n. "Se trata de la misma munici¨®n que usan las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC); si eso llega a ocurrir, ser¨¢ imposible seguir la pista del armamento de la guerrilla", temen los portavoces.
Otras fuentes muy implicadas en estos asuntos no descartan que, en la v¨ªa de provocaciones a Washington que Ch¨¢vez viene recorriendo desde hace a?os, la pr¨®xima escala pueda ser la desestabilizaci¨®n de Colombia.
EE UU est¨¢, por tanto, muy interesado en romper el v¨ªnculo de Rusia con Ch¨¢vez. Putin, que tampoco es un admirador confeso del presidente venezolano -todav¨ªa no ha visitado Caracas- pondr¨¢ una serie de condiciones. Una de ellas es que EE UU respete el espacio de influencia geogr¨¢fica de Rusia. Tanto como ha molestado aqu¨ª la recepci¨®n de Ch¨¢vez en el Kremlin, molesta en Mosc¨² la bienvenida que Bush dar¨¢ el pr¨®ximo lunes al presidente de Estonia, Toomas Hendrik Ilves. Estonia y Rusia libran un duro litigio diplom¨¢tico desde que ese pa¨ªs desmont¨® en abril la estatua de un soldado ruso que simbolizaba la ocupaci¨®n sovi¨¦tica, seg¨²n los estonios.
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