Otro gran debut

Mientras agoreros y seguidistas m¨¢s o menos interesados generalizan al afirmar que "todo" el cine espa?ol es una basura, el panorama de autores nacionales engorda por segunda semana consecutiva con un nombre m¨¢s al que seguir tras una sorprendente ¨®pera prima: Jaime Marqu¨¦s, director de la reluciente Ladrones, que se une as¨ª a otros meritorios debutantes de este a?o como F¨¦lix Viscarret (Bajo las estrellas), los hermanos Ulloa (Pudor) o Rodrigo Cort¨¦s (Concursante); triunfadores cortometrajistas que vienen a aportar un empaque formal impropio en buena parte de nuestro cine (que no en "todo").

Candidato al Goya al mejor corto en 1999 por El para¨ªso perdido, una pieza sobre el fin de la inocencia, Marqu¨¦s, que ha debido purgar oficio y aguardar quiz¨¢ m¨¢s de lo esperado hasta debutar en el largo, lo hace finalmente con otra historia sobre el paso de la infancia a la madurez, centrada en la preciosa relaci¨®n entre un carterista adolescente y una pija atra¨ªda por el peligro.

Sus mundos, radicalmente opuestos a pesar de tener la misma edad, convergen en un territorio en el que cada uno aporta su especialidad: ¨¦l se las sabe todas en la calle, y ella posee un descaro sentimental desconocido para un especialista en peque?os hurtos al que hace tiempo que le robaron la infancia.

Un relato filmado a trav¨¦s de una puesta en escena en la que, m¨¢s en beneficio del dise?o formal que de la s¨ªntesis, se elimina todo lo superfluo (la madre de la chica nunca entra en plano y s¨®lo se escucha su voz; los interrogadores policiales apenas se vislumbran; la profunda mirada de la maestra carterista es suficiente para dibujar un personaje sin palabras), para centrarse de este modo en la magn¨ªfica factura (fotograf¨ªa, m¨²sica, montaje), y sobre todo en el poder de los primeros planos y en la qu¨ªmica existente entre Juan Jos¨¦ Ballesta y Mar¨ªa Valverde.

Tr¨¢iler 'Ladrones'