Mosc¨² teme un efecto domin¨®
Rusia alerta sobre posibles conflictos en Abjazia, Osetia del Sur, Alto Karabaj y Transdni¨¦ster si Occidente acepta la independencia kosovar
Rusia se ver¨¢ en una situaci¨®n inc¨®moda si EE UU y la UE reconocen la independencia de Kosovo, pese a su oposici¨®n y la de Belgrado. El reconocimiento de este territorio que formalmente es una autonom¨ªa de Serbia, puede tener como consecuencia el recrudecimiento de las tensiones en Abjazia, Osetia del Sur, el Alto Karabaj y el Transdni¨¦ster, los territorios que durante el proceso de desintegraci¨®n de la URSS se resistieron por las armas a ser asimilados a los nuevos Estados reconocidos en 1991.
Oficialmente, para Rusia y para la comunidad internacional, Osetia del Sur y Abjazia pertenecen a Georgia; el Transdni¨¦ster, a Moldavia, y el Alto Karabaj, a Azerbaiy¨¢n. Sin embargo, la realidad es que estos Estados no reconocidos funcionan como unidades independientes desde hace una quincena de a?os e incluso m¨¢s tiempo, tras haber ganado sangrientas guerras ¨¦tnicas durante la agon¨ªa de la URSS. Con excepci¨®n del Alto Karabaj, controlado militarmente por los armenios, en todos ellos hay diversas misiones de pacificaci¨®n internacionales con presencia militar rusa.
Mosc¨² trata de influir sobre los pa¨ªses afectados por problemas de independentismo
Kosovo puede ser un precedente jur¨ªdico para regiones separatistas de la antigua URSS
Hasta ahora, el Kremlin ha apostado por aplazar lo m¨¢s posible el eventual reconocimiento de Kosovo, por considerar que ser¨ªa un precedente para los conflictos congelados de la URSS. La posici¨®n m¨¢s ventajosa para Mosc¨² es ganar tiempo sin llegar al extremo de tener que utilizar el derecho a veto al plan Ahtisaari (apoyado por EE UU y la UE) en el Consejo de Seguridad de la ONU.
El presidente de Rusia, Vlad¨ªmir Putin, ha advertido que el reconocimiento de Kosovo tendr¨ªa car¨¢cter de precedente para los cuatro citados territorios del espacio postsovi¨¦tico. Mosc¨² juega con el independentismo frente a Occidente, pero su finalidad es disuasiva, ya que el Kremlin tiene escasos deseos de tomar la iniciativa para lograr el reconocimiento internacional de los separatistas que hoy protege y ayuda.
Putin considera como uno de los mayores ¨¦xitos de su gesti¨®n el haber atajado los procesos desintegradores en Rusia en los noventa. Bajo su mandato, Chechenia ha sido sometida y un sistema pol¨ªtico m¨¢s centralizado y m¨¢s estable, pero menos democr¨¢tico, ha encauzado las autonom¨ªas (como Tatarst¨¢n), a las que el presidente Bor¨ªs Yeltsin hab¨ªa incitado a tomar "cuanta soberan¨ªa pudieran abarcar".
Rusia ha firmado acuerdos en los que reconoce la integridad territorial de Georgia, Azerbaiy¨¢n y Moldavia. Para Mosc¨², apoyar ahora abiertamente el independentismo en el territorio de pa¨ªses que, como Rusia, tuvieron en el pasado la categor¨ªa de rep¨²blicas federadas de la URSS supondr¨ªa tensiones con estos Estados y tambi¨¦n el riesgo de despertar viejos fantasmas y renovar procesos de reflexi¨®n en los eslabones internos m¨¢s fr¨¢giles de sus propios dominios.
Para los Estados no reconocidos de la antigua Uni¨®n Sovi¨¦tica, la l¨®gica de la situaci¨®n es otra y Kosovo representa un precedente jur¨ªdico, por ser, como ellos mismos, un producto de las arbitrarias estructuraciones y reestructuraciones territoriales internas realizadas por los reg¨ªmenes socialistas del siglo XX. "La independencia de Kosovo crea una nueva norma de derecho internacional, a saber que las autonom¨ªas en el marco de las rep¨²blicas federadas comunistas tambi¨¦n pueden independizarse", se?alaba el ministro de Exteriores del Transdni¨¦ster, Valeri Litsk¨¢i.
Kosovo tiene la categor¨ªa de provincia aut¨®noma de Serbia, lo que supone un nivel inferior a las rep¨²blicas federadas como Croacia o Serbia. "Hasta ahora los territorios que se hab¨ªan independizado eran rep¨²blicas federadas", se?alaba Litsk¨¢i.
"El proceso de desintegraci¨®n de la URSS no ha acabado a¨²n y s¨®lo cuando haya concluido se podr¨¢ decir que hay estabilidad", manifestaba Sergu¨¦i Shamba, ministro de Exteriores de Abjazia. "Occidente hace gala de una doble moral, porque, por una parte, condena la herencia del comunismo, pero por otra trata de conservar esa herencia", dec¨ªa, y agregaba que aceptar el car¨¢cter inferior de las antiguas autonom¨ªas sovi¨¦ticas equivale a reconocer como buena la pol¨ªtica nacional de Stalin.
Tras la desintegraci¨®n de los imperios coloniales, lleg¨® la desintegraci¨®n de las federaciones socialistas, que eran tres, la URSS, Yugoslavia y Checoslovaquia, afirmaba Litsk¨¢i. Las federaciones socialistas, sin embargo, no se han acabado de desintegrar, sino que han dejado problemas no regulados que se llaman rep¨²blicas aut¨®nomas, se?ala. "Rusia no puede ser la primera en reconocer la independencia de Kosovo, porque si lo hace, el l¨ªder de Tatarst¨¢n Mintimer Sham¨ªev podr¨ªa acudir a Putin y pedirle tambi¨¦n la independencia. Pero si es Washington quien lo hace, Putin podr¨¢ argumentar ante Sham¨ªev que ¨¦l no ha llevado la iniciativa".
Opinaba Litsk¨¢i que la independencia de Kosovo abre una ¨¦poca dif¨ªcil para Transdni¨¦ster, porque se produce una situaci¨®n an¨¢loga a la que hubo a principios de los noventa cuando se reconoci¨® la independencia de Croacia y se abri¨® la caja de Pandora. "Cuando se desintegr¨® la URSS, hab¨ªa 70 potenciales puntos de conflicto, pero con el tiempo se ha producido una selecci¨®n natural de los espacios con pretensi¨®n a identidad propia, hasta reducirse a los cuatro que han sobrevivido como Estados independientes no reconocidos", afirmaba Litsk¨¢i.
Mientras tanto, en espera de frenar el reconocimiento de Kosovo, Mosc¨² ha adoptado una nueva t¨¢ctica que consiste en tratar de influir sobre los pa¨ªses afectados por el problema del separatismo para que sean ¨¦stos quienes, a su vez, tracen un paralelismo en provecho propio, e influyan en Occidente. Putin ha empleado esta t¨¢ctica recientemente con el presidente de Georgia, Mija¨ªl Saakashvili. En lugar de hablarle de Abjazia u Osetia del Sur, Putin le habl¨® de Kosovo y le indic¨® que esperaba su apoyo a la integridad territorial de Serbia. Este comportamiento ruso pone muy nerviosos a los independentistas y les hace temer que Rusia pueda llegar a acuerdos con Georgia y Moldavia por encima de sus cabezas.
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