A la espera de ver a Judit

Jes¨²s D. R. segu¨ªa ayer exultante, pero expectante. Ya hace una semana que sabe que los jueces le han concedido la guardia y custodia de su hija de ocho a?os, Judit, pero todav¨ªa no la ha visto. El plazo marcado por la justicia expira el pr¨®ximo lunes y conf¨ªa en que la madre lo cumpla, "si es que de verdad quiere a la ni?a". Si no lo hace, tendr¨¢ que intervenir la polic¨ªa.

El Juzgado de Primera Instancia n¨²mero 4 de Manresa (Barcelona) ha considerado en la sentencia de divorcio de la pareja que atribuir la guardia y custodia al padre es la mejor forma de curar la "fobia severa" que siente hacia ¨¦l la ni?a, creada por la madre, Adriana L. A. Algunos expertos lo definen como S¨ªndrome de Alienaci¨®n Parental (SAP), pero el hombre asegura que es como si su hija "hubiese estado varios a?os en una secta, por la manipulaci¨®n que ha sufrido".

"Si mi hija piensa mal de su padre es porque ella sola lo ha vivido as¨ª", explica la madre

De eso responsabiliza a la madre y a la familia de ella, pero la mujer lo niega. "Yo en ese juego de hablar mal del padre no entro ni entrar¨¦ porque no quiero que la ni?a se vuelva loca", declar¨® ayer la mujer a la Cadena SER. "Si la ni?a piensa mal de su padre es porque lo ha vivido as¨ª, no porque yo se lo haya dicho. Yo no tengo la culpa y no quiero que cuando sea mayor me reproche una cosa as¨ª", precis¨® la mujer.

Jes¨²s tiene otra visi¨®n y recuerda que su ex esposa ya le advirti¨® nada m¨¢s separarse, hace ahora cuatro a?os, que "har¨ªa lo imposible para distanciar a la ni?a de ¨¦l" y para encontrar a otro padre "que la quiera m¨¢s que t¨²". El hombre recuerda que la ¨²ltima vez que vio a su hija le llam¨® por el nombre de pila, mientras que a la actual pareja de su madre le dice "pap¨¢".

La sentencia de divorcio establece que para que el reencuentro padre-hija sea lo "menos traum¨¢tico posible", Judit ir¨¢ a vivir a casa de los abuelos paternos un mes y que el padre no podr¨¢ pernoctar all¨ª. El hombre est¨¢ convencido de que al cabo de unos d¨ªas, la ni?a ser¨¢ otra. "Est¨¢ diagnosticado en todos los casos que los ni?os se curan de la alienaci¨®n al cabo de unos d¨ªas. Lo mejor cuando se tiene un grano de pus es extirparlo", relata Jes¨²s.

La sentencia impide a la madre y a la familia materna comunicarse y visitar a Judit durante un m¨ªnimo de seis meses. Pasado este tiempo, los expertos valorar¨¢n si se ha de establecer un r¨¦gimen de visitas. Jes¨²s tiene claro que "a pesar de todo, yo quiero que Judit siga teniendo una madre y la siga viendo, porque no puede ser de otra manera".

El padre tiene 48 a?os y es m¨¦dico de profesi¨®n en una mutua laboral. Lleva m¨¢s de un a?o de baja por depresi¨®n y est¨¢ en tratamiento por la angustia derivada de este proceso. La madre tiene 33 y es fisioterapeuta. El matrimonio dur¨® seis a?os y ¨¦l ya intent¨® lograr la custodia de la menor en la sentencia de separaci¨®n. No lo logr¨®, pero sigui¨® insistiendo hasta que se la reconoci¨® la justicia en un auto de medidas provisionales dictado el pasado mes de diciembre, previa a la sentencia de divorcio de hace unos d¨ªas.

Faltan tres d¨ªas para que Jes¨²s pueda volver a ver a su hija, salvo imprevistos. Mientras tanto, reclama que los medios de comunicaci¨®n respeten a su ex mujer. "S¨®lo porque es la madre de mi hija. Ni m¨¢s ni menos", explica