El rearme de Ch¨¢vez
?Contra qui¨¦n quiere armarse hasta los dientes la Venezuela de Hugo Ch¨¢vez? Y m¨¢s importante a¨²n; ?d¨®nde pretende adquirir tan belicosa mercanc¨ªa? Hace tres a?os, el presidente venezolano compr¨® 100.000 fusiles de asalto AK-47 rusos, algunos guardacostas y no pudo concretarse una venta de aviones de transporte espa?oles porque la Casa Blanca no autoriz¨® la venta de componentes, sin los que no se hac¨ªa el av¨ªo.
Despu¨¦s de iniciar un tercer mandato, para el que fue democr¨¢ticamente elegido el 3 de diciembre pasado, Ch¨¢vez ha redoblado en sus denuncias que Estados Unidos prepara un golpe de Estado contra su Gobierno, lo que desmiente Washington. Y por ese motivo, se dice en Caracas, hay que armarse, porque Estados Unidos podr¨ªa tratar de invadir Venezuela. Ese rearme es, al mismo tiempo, un cierto desarme; porque, al surtirse en los abarrotados arsenales de Mosc¨², capital que visita oficialmente Ch¨¢vez a fin de mes, Venezuela se desarma progresivamente de la tecnolog¨ªa militar norteamericana y comienza a armarse con la de la Rusia del presidente Putin, donde ha invertido ya m¨¢s de 3.000 millones de euros. Y el hecho de que el l¨ªder ruso visite al presidente Bush a primeros de julio, apenas despu¨¦s de recibir a Ch¨¢vez, hace a¨²n m¨¢s espinosa la cuesti¨®n.
El l¨ªder bolivariano y promotor de lo que llama socialismo del siglo XXI, dijo ayer que se estudiaba la compra de varios sumergibles convencionales a Rusia, -entre cinco y nueve- m¨¢s nuevos suministros de armas cortas, lo que preocupa a Estados Unidos porque podr¨ªa provocar una carrera armament¨ªstica, con Per¨² y Chile como primeros afectados; y todo ello, traducido a lengua romance, significa que el designio chavista ser¨ªa convertir a Venezuela en una potencia regional, segunda tras Brasil en Am¨¦rica Latina.
Mientras el presidente venezolano no amenace a nadie con sus juguetes de guerra, est¨¢ en el derecho soberano de su pa¨ªs de coserse bien un blindaje que si no es ofensivo -y los submarinos, en principio, no lo son- ha de ser asumible por todo el mundo, diga lo que diga Washington. Pero el endurecimiento del mandato chavista de los ¨²ltimos meses, con la acumulaci¨®n de poder en su persona, y el reciente cierre de Radio Televisi¨®n Caracas inquietan a cualquiera.
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