Las mafias se hacen m¨¢s cautas
Las organizaciones criminales afincadas en la Costa del Sol intentan pasar desapercibidas tras las ¨²ltimas grandes operaciones policiales
"?se es malo, ¨¦se tambi¨¦n, y aqu¨¦l es muy probable". Un polic¨ªa especializado en crimen organizado no puede dar un paseo por las zonas m¨¢s visitadas de Puerto Ban¨²s (M¨¢laga) sin cruzarse con rostros que ya forman parte los archivos policiales o con los que terminar¨¢ topando tarde o temprano. En sus gestos, su forma de relacionarse, la forma de vestir y comportarse advierte ademanes propios de maleantes. La Costa del Sol es uno de los lugares preferidos por los delincuentes para vivir y para comandar organizaciones criminales, especializadas principalmente en tr¨¢fico de drogas. S¨®lo en Marbella, los agentes contabilizan 500 de estas caras conocidas.
"En los primeros gobiernos del GIL algunos llegaron a Marbella y fijaron su residencia porque se sent¨ªan protegidos por el estamento pol¨ªtico", cuenta un agente de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco). "La forma de vida les gust¨® y comenzaron a dirigir sus organizaciones desde aqu¨ª", a?ade.
Tras la enorme repercusi¨®n de las ¨²ltimas operaciones contra el blanqueo de capitales y el caso Malaya se han vuelto m¨¢s cautos. Los l¨ªderes siguen disfrutando de grandes comodidades, pero ya no est¨¢n tan tranquilos. Se han dado cuenta de que ya no pueden airear sus vidas de lujo sin control.
La costa malague?a goza de una estupenda situaci¨®n estrat¨¦gica aprovechada hist¨®ricamente por los maleantes. Forma parte de un tri¨¢ngulo con Marruecos y Gibraltar que les facilita enormemente la actividad. El primer destino se utiliza para introducir droga y armas en Europa y el segundo, por su condici¨®n de para¨ªso fiscal, para blanquear el dinero de negocios ilegales. "Gran parte de ese dinero sucio se ha empleado para abrir bares o restaurantes que realmente no funcionaban, pero que serv¨ªan a las mafias para justificar sus movimientos econ¨®micos", mantienen fuentes policiales.
En los ¨²ltimos a?os, se ha invertido sobre todo en ladrillo, algo que est¨¢ aflorando con numerosas operaciones policiales contra el blanqueo de capitales como Ballena Blanca o Hidalgo.
Al igual que la sociedad, los delincuentes se han globalizado. "Funcionan como empresas y se dedican a lo que m¨¢s margen de beneficio les aporta", explican fuentes policiales. A pesar de ello, los investigadores s¨ª que encuentran diferencias en sus formas de relacionarse con los dem¨¢s. En tren de vida y discreci¨®n ganan los clanes de origen ruso. "Suelen vivir en grandes residencias alejadas de los centros de poblaci¨®n y no llaman nada la atenci¨®n".
Los brit¨¢nicos, los primeros en asentarse en la Costa del Sol, no destacan precisamente por su buen gusto. "Hemos estado en registros de mansiones valoradas en varios millones de euros que por dentro estaban hechas una cochambre", se?ala un agente. A los miembros de organizaciones criminales de origen ¨¢rabe les pierde la opulencia y no dudan en rodearse de mujeres espectaculares, coches de lujo o residencias ostentosas. Los holandeses, especializados en tr¨¢fico de drogas sint¨¦ticas, se mimetizan con el ambiente. Son los grandes desconocidos.
"Nuestro trabajo es detectar modos de vida que no se justifican", se?ala un inspector con d¨¦cadas de experiencia persiguiendo mafias en la Costa del Sol. "Si ves a una persona que acaba de pagar una villa de un mill¨®n de euros y descubres que en Inglaterra se dedicaba a arreglar pinchazos de bicicletas... anda en algo turbio", a?ade.
El paso siguiente es conseguir permiso para investigarlo y salvar las trabas del idioma, otro de los grandes problemas. Ya no basta con dominar el ingl¨¦s, deben batallar con los dialectos o jergas con las que hablan en clave.
Se enfrentan a ellos con la certeza de que poseen m¨¢s recursos econ¨®micos y humanos y unos gabinetes jur¨ªdicos que se las saben todas. "Te frustra bastante cruzarte con miembros de un grupo a los que se hab¨ªas detenido con un cargamento de hach¨ªs y armas de fuego y que han quedado en libertad bajo fianza en ocho meses despu¨¦s", explican. La cosa se les pone m¨¢s dif¨ªcil cuando suman antecedentes, pero para eso hay que volver a pillarles.
En cuanto a formas de comportamiento hay una serie de leyes no escritas. Los polic¨ªas coinciden en que los malos suelen respetar la zona en la que viven, y tratan comportarse "como ciudadanos ejemplares" aunque a veces "es inevitable que se manden pistoleros" unos a otros. "Salvo rara vez, los ajustes de cuentas suelen quedarse entre ellos y no afectan a los ciudadanos", se?alan.
La excepci¨®n m¨¢s recordada es la muerte de un ni?o sevillano y un peluquero en un tiroteo cerca de un hotel de Marbella hace tres a?os. Los agentes recuerdan el suceso, todav¨ªa sin resolver, con cierta aflicci¨®n, y se quejan de la gran repercusi¨®n que tiene cualquier acto violento en la ciudad: "En Madrid se producen muchos m¨¢s tiroteos proporcionalmente, pero no ocupan tantos titulares como los que ocurren en Marbella".
En los ¨²ltimos tres a?os la Polic¨ªa ha detectado que numerosos miembros de grupos organizados se est¨¢n instalando en poblaciones del interior de la provincia malague?a. Sospechan que los delincuentes se sienten m¨¢s protegidos en estas zonas, que creen menos vigiladas, pero tambi¨¦n barajan explicaciones econ¨®micas: en el interior los precios de la vivienda son m¨¢s baratos.
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