La estrategia de Israel
El sue?o que acariciaban muchos israel¨ªes, ya fuesen dirigentes o ciudadanos de a pie, a saber, el del estallido de una guerra civil entre Al Fatah -leal al presidente palestino- y el integrista Ham¨¢s, se ha hecho realidad ante nuestros ojos en Gaza y, en cierta medida, en Cisjordania. Primer balance: ciento cuarenta muertos y muchos centenares de heridos en s¨®lo unos d¨ªas, acompa?ados de saqueos y de la destrucci¨®n de instituciones oficiales y viviendas particulares.
Se trata de una verdadera pesadilla para los palestinos que aspiran desde hace tantos a?os al establecimiento de un Estado independiente. Hoy, con la existencia de dos Gobiernos hostiles el uno al otro, el de Al Fatah, en Ramala, y el de Ham¨¢s, en Gaza, y con la ruptura total entre las dos partes del territorio palestino (Cisjordania y la franja de Gaza), el proyecto nacional de la creaci¨®n de un Estado soberano parece aplazado hasta el d¨ªa del juicio final.
Las violaciones israel¨ªes de sus acuerdos con los palestinos son moneda corriente
El Gobierno israel¨ª no disimula la satisfacci¨®n que le produce la nueva situaci¨®n. El manido t¨®pico de la "ausencia de un interlocutor palestino" para llegar a la resoluci¨®n del conflicto ha vuelto a la orden del d¨ªa. Adem¨¢s, para el poder israel¨ª, los ¨¦xitos de Ham¨¢s y el r¨¢pido desmoronamiento de Al Fatah en Gaza representan una ocasi¨®n para reiterar sus descalificaciones de la direcci¨®n palestina y, m¨¢s especialmente, de su jefe, Mahmoud Abbas: "M¨¢s d¨¦bil que nunca", "sin el menor peso", "digno como mucho de ser alcalde de Ramala", "Abou Mazen (Mahmoud Abbas) no podr¨ªa resistir sin el Ej¨¦rcito israel¨ª"..., e incluso el desprecio y desd¨¦n que mostr¨® en su d¨ªa Ariel Sharon hacia el presidente Abbas: "Ese l¨ªder es como un polluelo sin plumas".
Sin embargo, los responsables israel¨ªes siguen insistiendo en la necesidad de ayudar a Abbas en su conflicto con Ham¨¢s. En realidad, son brindis al sol, pues, pese a las s¨²plicas del presidente palestino ante sus interlocutores israel¨ªes, ¨¦stos no han hecho nada para mejorar su imagen entre la poblaci¨®n palestina, sumida en la angustia, y su prestigio ha ido desapareciendo gradualmente. Los prisioneros de las organizaciones combatientes, unas diez mil personas, siguen hacin¨¢ndose en las prisiones sin que ni uno de ellos haya sido liberado, ni siquiera los de Al Fatah.
En lugar de haber sido transferidos a la Autoridad Palestina, los 700 millones de d¨®lares recaudados por Israel en concepto de impuestos sobre las mercanc¨ªas que pasan a trav¨¦s del Estado jud¨ªo -o por Rafah, bajo el atento control de sus soldados- siguen retenidos en la caja israel¨ª desde la victoria de Ham¨¢s en las elecciones legislativas del 25 de enero de 2006. Las violaciones de Israel de los acuerdos firmados con los palestinos son moneda corriente.
Durante sus encuentros con el presidente Abbas, el primer ministro Olmert suele ser pr¨®digo en abrazos. Lo vemos una y otra vez en la peque?a pantalla. Pero son los ¨²nicos gestos que tiene hacia su invitado. Sobre lo dem¨¢s, todo son excusas: o no es el momento o tiene que estudiar a fondo el asunto, y Abbas sale del encuentro con las manos vac¨ªas y la mirada triste. No es dif¨ªcil imaginar la reacci¨®n de la opini¨®n p¨²blica palestina tras la serie de noes que el jefe israel¨ª le ha escupido al rostro a su presidente. Y el beneficiado es Ham¨¢s.
Cuando Israel concede una ayuda, lo hace a bombo y platillo. He aqu¨ª un ejemplo. Los norteamericanos, que criticaban al Gobierno de uni¨®n nacional presidido por Ismail Haniye y el acuerdo de La Meca, ordenaron a Israel que proporcionase armas a las fuerzas de Mahmoud Abbas para prepararse a un eventual conflicto abierto contra los integristas palestinos. La orden ha sido respetada, pese al manifiesto descontento de los militares israel¨ªes, pero ni Olmert ni Bush han tenido en cuenta la reacci¨®n hostil de la opini¨®n p¨²blica palestina ante ese regalo israelo-americano envenenado. Ham¨¢s ha calificado a Abbas de "lacayo" de los norteamericanos e Israel. De hecho, ha sido la prensa israel¨ª la que ha desvelado el asunto con gran alboroto. Esas armas, municiones y medios de transporte se encuentran ahora en poder de las fuerzas militares de Ham¨¢s, que ya cuentan con cuatro brigadas bien equipadas.
Olmert y su equipo siguen con prudencia los acontecimientos de Gaza. El primer ministro israel¨ª se lo pensar¨¢ ahora dos veces antes de enviar a sus fuerzas a una guerra como hizo hace un a?o contra Hezbol¨¢. No obstante, necesita una victoria para borrar la verg¨¹enza de la guerra del a?o pasado en el norte del pa¨ªs. Por eso ha elegido al general Barak, el "laborista" millonario, como ministro de Defensa -nombr¨¢ndole sin las consultas habituales- y le ha encomendado la tarea de preparar al Ej¨¦rcito para una guerra rel¨¢mpago en Gaza y, si es posible, tambi¨¦n en el norte. El objetivo en Gaza es destruir el potencial militar de Ham¨¢s y retirarse de esa banda que el general Sharon ya calific¨® como irrelevante para la seguridad del pa¨ªs.
La m¨¢s m¨ªnima provocaci¨®n servir¨¢ de detonante para la tercera guerra israel¨ª en L¨ªbano. El general Edhoud Barak es un experto en la materia. En 1982, fue ¨¦l, a la saz¨®n jefe del departamento de planificaci¨®n del Estado Mayor del Ej¨¦rcito, quien prepar¨® el plan de la primera guerra del L¨ªbano a petici¨®n del entonces ministro de Defensa, general Sharon. Barak propuso literalmente "crear una serie de acontecimientos en cadena de los que brotar¨¢ el motivo de una operaci¨®n contra los terroristas" (es decir, los combatientes de la OLP).
El objetivo estrat¨¦gico de la pr¨®xima confrontaci¨®n es eternizar la separaci¨®n entre la Gaza de Ham¨¢s, aislada del mundo, y una Cisjordania de obediencia israel¨ª. Para sacar adelante este plan convendr¨ªa contar con la complicidad de Jordania, a la que Israel otorgar¨ªa un papel en Cisjordania aunque la zona permanecer¨ªa bajo ocupaci¨®n israel¨ª, y tambi¨¦n con la de Egipto en la franja de Gaza. Se volver¨ªa as¨ª a una situaci¨®n que ya exist¨ªa hace m¨¢s de 40 a?os. Amm¨¢n y El Cairo rechazan esta "idea inaceptable".
Un acercamiento entre los dos rivales palestinos y un regreso al acuerdo de La Meca ante las presiones ¨¢rabes podr¨ªan desbaratar el plan Olmert. Este ¨²ltimo lo discuti¨® con George W. Bush en su entrevista de principios de semana. Y, durante su reuni¨®n con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, Olmert le recomend¨® sin tapujos que no intentase encontrar un modus vivendi entre los dos rivales palestinos. Semejante consejo no puede venir de un hombre de paz.
Amnon Kapeliuk es periodista y escritor israel¨ª, autor de numerosos libros sobre el conflicto. Arafat es el ¨²ltimo publicado en espa?ol (Espasa, 2005). Traducci¨®n de Jos¨¦ Luis S¨¢nchez-Silva.
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