La fiesta acab¨® en muerte
Toxicolog¨ªa investiga si un joven de 17 a?os falleci¨® en Valladolid por intoxicaci¨®n et¨ªlica a las puertas de una discoteca
V¨ªctor G. A. ten¨ªa 17 a?os. Viv¨ªa en Valladolid y trabajaba de fontanero. Como otros muchos j¨®venes espa?oles, el s¨¢bado de la semana pasada sali¨® de su casa a las siete de la tarde. Iba a ver a su novia. Dos horas despu¨¦s se reuni¨® con un par de amigos en un bar y bebieron dos litros de calimocho. V¨ªctor y sus colegas prosiguieron la fiesta en una discoteca. A las once de la noche, el joven cay¨® desvanecido y muri¨® unos minutos despu¨¦s. "Muerte por intoxicaci¨®n et¨ªlica", refleja el parte de los polic¨ªas que acudieron en los primeros momentos. "Eso no es verdad. Mi hermano no iba borracho perdido como se ha dicho. S¨®lo se bebi¨® los dos cachis de calimocho", replica su hermano mayor, Jos¨¦ Ignacio G., de 18 a?os.
"No iba borracho, s¨®lo bebi¨® dos 'cachis' de calimocho", asegura el hermano del fallecido
El due?o de la discoteca desconoce si el menor bebi¨® o no dentro del local
Unos 800.000 j¨®venes confiesan que se emborrachan una vez al mes. ?Era V¨ªctor uno de ellos? ?Fue ¨¦sta la causa de su muerte? El certificado de defunci¨®n s¨®lo dictamina: "Fallecimiento por edema pulmonar, en estudio". Los an¨¢lisis toxicol¨®gicos deber¨¢n aclararlo.
Era s¨¢bado. V¨ªctor afrontaba la noche con ganas de pasarlo bien. Sali¨® de su casa, en el barrio de la Victoria, sin saber que le quedaban cuatro horas de vida.
Tras despedirse de su novia, se reuni¨® con dos amigos en El Parnasillo, un bar de la calle de la Sinagoga, en la Rondilla de Santa Teresa. En las paredes del local dos carteles advierten: No se vende alcohol a menores de 18 a?os. As¨ª lo establece la ley que entr¨® en vigor en Castilla y Le¨®n el pasado 15 de marzo. "Uno de los chicos me ense?¨® el DNI para demostrar que era mayor de edad", recuerda el due?o, Juan Carlos Herrero, quien les sirvi¨® dos litros de vino mezclado con coca-cola.
Hacia las diez de la noche, V¨ªctor y sus amigos se trasladaron a la discoteca Campus, un local c¨¦ntrico con paredes rojas y estatuas doradas de Buda y otros motivos indios. "Sobre las diez y media me encontr¨¦ con mi hermano a la puerta de la discoteca y entramos juntos", explica Jos¨¦ Ignacio, el hermano mayor.
Media hora m¨¢s tarde, una llamada alert¨® a Emergencias 112 de que V¨ªctor se encontraba inconsciente, tendido en la calle. Quien dio el aviso inform¨® de que el chico "hab¨ªa ingerido alcohol". Una ambulancia y una UVI m¨®vil se desplazaron para atender al muchacho. La discoteca Campus ofrece una sesi¨®n light de seis de la tarde a diez de la noche para j¨®venes de entre 14 y 16 a?os, en la que no se sirve alcohol. Pero a las diez de la noche centenares de personas ocupan el local, controlados por cinco porteros, que comprueban que los nuevos clientes tienen m¨¢s de 18 a?os. ?Pod¨ªa estar entre ellos un chico de 17?
"Con asiduidad hay chavales de 17 a?os que se nos cuelan, por muchos medios que pongamos. Muestran el carn¨¦ del amigo que tiene 18. El portero comprueba la fecha de nacimiento, pero no la fotograf¨ªa. Tiene una cola de 400 personas en la calle y es imposible un mayor control", explica Roberto Alonso, gerente y copropietario de la discoteca. Uno de los que supuestamente se col¨® fue V¨ªctor, que no cumpl¨ªa 18 a?os hasta el pr¨®ximo mes de noviembre.
Ahora bien: la edad m¨ªnima para poder entrar en un pub o una discoteca es de 16 a?os, seg¨²n la ley. "S¨®lo en el caso de que el local organice un espect¨¢culo er¨®tico o no apto para menores se les puede negar el paso", aclaran fuentes del Gobierno castellano-leon¨¦s. De modo que las normas no impiden a un chico de 17 a?os entrar en una discoteca; s¨ª le proh¨ªben adquirir alcohol. Alonso, el gerente de la discoteca, argumenta que no se puede probar si V¨ªctor consumi¨® alcohol o no en su local.
El padre de V¨ªctor, Carlos G., de 41 a?os y natural de Dorme¨¢ (A Coru?a), lleg¨® a Valladolid hace cuatro a?os, cuando la empresa para la que trabajaba de palista en A Coru?a le propuso un cambio de destino. En la capital gallega dej¨® a su mujer, Mar¨ªa Luisa A., de 39 a?os, y a sus cuatro hijos (Daniel, Jonathan, V¨ªctor y Jos¨¦ Ignacio, de 15, 16, 17 y 18 a?os). La familia volvi¨® a juntarse hace dos a?os. V¨ªctor se quer¨ªa sacar el carn¨¦ de conducir y el de manejar excavadoras, para ampliar el peque?o negocio de su padre.
La familia del joven fallecido no se explica lo ocurrido. "Era un ni?o muy sano, muy alegre. Ya le gustar¨ªa a muchas madres un hijo as¨ª", recuerda con voz apagada Mar¨ªa Luisa A., enlutada y ojerosa. El hermano mayor del chico remacha, ofendido: "Nos hemos hartado de leer en la prensa que muri¨® por coma et¨ªlico, y la ¨²ltima vez que le vi iba bien. ?C¨®mo iba a ir borracho por dos calimochos que bebi¨® antes de entrar en la discoteca?".
Emborracharse, un acto banal
"Si alg¨²n camarero le vendi¨® alcohol, pondremos una denuncia", advierte Carlos G., el padre del chico muerto. "Ese s¨¢bado insisti¨® para que le dejase volver m¨¢s tarde de la una y cuarto de la madrugada, pero su madre y yo le dijimos que no", agrega.
Sobre las once de la noche, el tel¨¦fono m¨®vil de V¨ªctor empez¨® a sonar. Pero estaba agonizante. Lo cogi¨® su hermano Jos¨¦ Ignacio. "Estaba inconsciente en el suelo, y mi madre llamaba para decirle que hab¨ªa convencido a mi padre para que volviera a casa media hora m¨¢s tarde. En ese momento ocult¨¦ a mi madre lo que pasaba", explica Jos¨¦ Ignacio con voz entrecortada.
A las once de hoy, domingo, se oficiar¨¢ una misa por V¨ªctor en Dorme¨¢, en el municipio coru?¨¦s de Boimorto, donde vive su abuelo paterno.
La venta, dispensaci¨®n o suministro de alcohol a menores de 18 a?os es una infracci¨®n grave. Cuando tiene "consecuencias graves para la salud" se considera "infracci¨®n muy grave", que se puede sancionar con una multa de 10.000 a 600.000 euros e, incluso, con la "suspensi¨®n temporal de la actividad o el cierre total o parcial de la empresa o el establecimiento por un m¨¢ximo de cinco a?os".
Seg¨²n la Encuesta Escolar de Consumo de Drogas (de 2004), los j¨®venes empiezan a beber a los 13,7 a?os. El estudio alerta de que uno de cada tres menores de 18 a?os reconoce que se ha emborrachado en el ¨²ltimo mes. S¨®lo la mitad de los estudiantes de 14 a?os ve riesgo en consumir cinco o seis copas durante el fin de semana.
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