La conciencia de Durero
El Museo Guggenheim Bilbao exhibe 165 estampas que sirvieron al artista alem¨¢n para difundir su est¨¦tica renacentista
El nombre de Alberto Durero (N¨²remberg, 1471-1528) resume el esp¨ªritu del Renacimiento alem¨¢n. Pintor, dibujante, grabador, te¨®rico del arte, ferviente seguidor de la Reforma en los ¨²ltimos a?os de su vida, reflej¨® en su biograf¨ªa los profundos cambios de la ¨¦poca. Pintaba por encargo y reserv¨® los dibujos para la realizaci¨®n de bocetos y estudios en la privacidad de su taller. Las estampas, en cambio, le sirvieron para expresarse, ganar dinero y difundir las nuevas conquistas est¨¦ticas. El Museo Guggenheim Bilbao muestra hasta el 9 de septiembre 165 piezas, una selecci¨®n de las im¨¢genes que sirvieron para extender el arte humanista de Durero.
"El grabado es decisivo para saber c¨®mo ve¨ªan a Durero sus contempor¨¢neos. Mantuvo una excitante relaci¨®n dial¨¦ctica con los compradores", explica el comisario de la exposici¨®n, Martin Sonnabend, conservador de la colecci¨®n de grabados y dibujos del St?del Museum. Sonnabend entiende el grabado como un espacio intermedio entre la pintura y el dibujo, en el que "Durero plasm¨® su conciencia como creador moderno y artista genial".
La exposici¨®n re¨²ne, fundamentalmente, entalladuras en madera y grabados en cobre procedentes de la colecci¨®n gr¨¢fica del St?del Museum, de Francfort. El comisario destaca la influencia de las estampas de Durero, favorecida por la facilidad de trasladarlos a los puntos calientes del arte europeo renacentista.
Hijo de un orfebre, dominaba los aspectos t¨¦cnicos de la estampaci¨®n. Durero encontr¨® en los grabados una buena fuente de ingresos y el reconocimiento de sus contempor¨¢neos, y contribuy¨® decisivamente a impulsar y popularizar las estampas, un medio art¨ªstico relativamente nuevo cuando empez¨® a utilizarlo a finales del siglo XV. Plasm¨® en ellas las influencias recogidas en sus viajes a Italia, su inter¨¦s por el arte de la antig¨¹edad, por la representaci¨®n de desnudos, por acercarse a la realidad y por las escenas profanas con un toque moralizante, que todav¨ªa no hab¨ªan llegado a la pintura.
A finales del siglo XV ya hab¨ªa realizado una de sus grandes series de estampas, El Apocalipsis. El resultado visto 500 a?os m¨¢s tarde es impresionante: "Realiz¨® la formulaci¨®n definitiva. Fij¨® unos est¨¢ndares del grabado en cobre que no han sido superados", defiende Sonnabend. El Apocalipsis acompa?a en la exposici¨®n a las series de La Pasi¨®n y La vida de la Virgen Mar¨ªa, que conducen hasta las tres obras maestras de Durero en el campo de la estampa, El caballero, San Jer¨®nimo en su celda y La melancol¨ªa, una "alegor¨ªa del propio artista", en palabras de Sonnabend, sobre la que pesa ser la obra de Durero que m¨¢s literatura ha generado.
El recorrido cronol¨®gico finaliza con los retratos en estampa de personajes a quienes Durero admiraba, como Erasmo de Rotterdam. Devoto seguidor de la Reforma, el artista recre¨® en los ¨²ltimos a?os de su vida su lenguaje art¨ªstico para adaptarlo al pensamiento protestante que, basado en el poder de la escritura para transmitir las ideas, recelaba de las im¨¢genes.
M¨¢s sobrias, las ¨²ltimas estampas de Durero ganan en serenidad, como se revela en La ?ltima Cena, una entalladura realizada en 1523. A?os antes hab¨ªa realizado la estampa El rinoceronte (1515). Durero no vio al animal, pero inspirado por un informe escrito y alg¨²n dibujo que no se conserva cre¨® una imagen tan convincente que hasta m¨¢s de 200 a?os despu¨¦s fue la imagen del rinoceronte en Europa.Un experto destaca la importancia del grabado en la visi¨®n del artista por sus coet¨¢neos
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