Danza y teatro sin barreras
Las compa?¨ªas Psico Ballet, Pe?alara o Abantos hacen del arte una herramienta de integraci¨®n
Suenan grillos y violines y aparece una esbelta bailarina en puntas sobre el escenario. Camina hacia ella un hombre que sufre par¨¢lisis y, a pesar del dif¨ªcil movimiento, termina abraz¨¢ndola. "Es como la historia de amor entre la Bella y la Bestia", explica ¨¦l con una sonrisa que le aleja de la definici¨®n de "Bestia".
Juan Carlos, de 41 a?os, es uno de los veteranos de la Fundaci¨®n Psico Ballet (www.psicoballetmaiteleon.org), que desde hace m¨¢s de dos d¨¦cadas entrena y forma a bailarines con alguna discapacidad. En su caso, la par¨¢lisis cerebral no le impide ser aut¨®nomo, vivir solo y trabajar en un quiosco, adem¨¢s de bailar. "Lo m¨¢s dif¨ªcil son los problemas de movilidad que tengo, pero queda un resultado muy bonito est¨¦ticamente", afirma con orgullo.
Gabriela Mart¨ªn, hija de la core¨®grafa y fundadora de la compa?¨ªa, Maite Le¨®n, no concibe l¨ªmites en los espect¨¢culos, que han recibido galardones como el Premio Reina Sof¨ªa de Integraci¨®n en 1987. "Nuestro objetivo es ofrecer un baile profesional para que cuando el p¨²blico vea el trabajo del escenario no se fije en la discapacidad, sino en la belleza de la coreograf¨ªa". La ¨²ltima puesta en escena ha sido Para los que sue?an, dirigida al p¨²blico infantil en la Sala Cuarta Pared, coincidiendo con las fiestas de San Isidro.
El Psico Ballet entrena a cerca de 200 alumnos, desde los tres a?os en adelante, en materias como teatro, danza, maquillaje y voz. El ¨²nico requisito es la disciplina que se exigir¨ªa en una compa?¨ªa de baile tradicional. "Aqu¨ª tenemos alumnos con enfermedades que van desde el autismo hasta el S¨ªndrome de Down, pasando por todo tipo de enfermedades raras, gen¨¦ticas, par¨¢lisis, que a veces se juntan con sordocegueras... S¨®lo pedimos disciplina y a partir de ah¨ª podemos organizar cualquier coreograf¨ªa", dice Gabriela.
Al peque?o Daniel, de 12 a?os, este sistema de trabajo le ha ayudado a concentrarse y comunicarse. "Le apuntamos al Psico Ballet porque ve¨ªamos que le gustaba mucho la m¨²sica y el baile", comenta su padre. "Y desde que viene se comunica mejor, le gusta jugar con otros ni?os y disfruta sobre el escenario, saludando y recibiendo aplausos". Daniel forma parte de la compa?¨ªa desde septiembre, aunque se form¨® en la escuela durante tres a?os. Ahora participa incluso en las giras con la Fundaci¨®n, aunque su padre duda que tenga un futuro profesional como bailar¨ªn fuera de la compa?¨ªa. "Todav¨ªa existen muchos prejuicios, la gente ve este trabajo casi como la funci¨®n del colegio y no es as¨ª", comenta.
Teatro de superaci¨®n
Otros ejemplos de artes esc¨¦nicas como forma de integraci¨®n son los grupos de teatro Pe?alara en Collado Villalba y Abantos, en las Rozas, que incluyen en su elenco a j¨®venes con diversas discapacidades intelectuales, promovidas por la Fundaci¨®n Anade (www.fundacionanade.org). Desde 1988 apuesta por el teatro "porque incrementa las capacidades sociales de los j¨®venes", seg¨²n explica Jos¨¦ Colmenero, director y en ocasiones autor de las obras representadas. "Nuestro objetivo es que se comuniquen, que cuenten historias y para ello tenemos el juego dram¨¢tico. El ¨²nico inconveniente es el tiempo que tardamos, ya que una obra puede llevar m¨¢s de un a?o de montaje", aclara Colmenero.
La Fundaci¨®n Anade celebr¨® este a?o la Muestra Regional de Teatro Especial de Madrid, donde se reunieron todas las agrupaciones asociadas para presentar diferentes apuestas. "Existe un grupo de Ciudad Real, llamado La Mancha, que demuestra que es posible hacerse profesional. Es la ¨²nica experiencia en toda Espa?a donde los int¨¦rpretes tienen contrato y cobran por su trabajo fijo", afirma su director. Sobre el escenario, de nuevo, no son discapacitados que act¨²an, sino actores que trabajan a pesar de la discapacidad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.