Walter Benjamin, en la frontera
La ruta de huida del fil¨®sofo se convierte en un itinerario cultural
Walter Benjamin tard¨® unas siete horas en atravesar a pie los senderos secretos que cruzan la frontera francoespa?ola entre Banyuls y Portbou. Iba cansado y enfermo, pero no estaba solo. Lo acompa?aba, a modo de gu¨ªa, la joven berlinesa Lisa Fitkko, miembro de la resistencia de Portvendres. El objetivo era huir del horror nazi y refugiarse en Estados Unidos.
Este camino, que parte de Banyuls y discurre entre vi?edos y bosques de encinas, se ha convertido en un itinerario cultural, la Ruta Walter Benjamin, cuya se?alizaci¨®n e inauguraci¨®n oficial se celebr¨® el pasado domingo en presencia de los alcaldes de Portbou y de Banyuls, y de la c¨®nsul de Alemania en Francia, adem¨¢s de otras autoridades francesas.
El camino parte de Banyuls y discurre entre vi?edos y encinas hasta Portbou
Los organizadores echaron a faltar la presencia de alg¨²n representante de la Generalitat. "Carod Rovira est¨¢ en Finlandia, pero ni Joan Saura ni Joan Boada han venido, como estaba previsto", lament¨® Joan Gubert, teniente de alcalde de Portbou.
Placas y se?ales en cuatro idiomas con frases extra¨ªdas del pensamiento benjaminiano o descripciones basadas en el libro de Lisa Fittko que relata la huida del fil¨®sofo alem¨¢n de origen jud¨ªo a trav¨¦s de los Pirineos son las herramientas elegidas para dejar testimonio de su paso. As¨ª, el caminante puede comparar sus impresiones con las que vivi¨® el pensador, por ejemplo, en el Coll de Rumpissa, una cota que se eleva justo en la frontera que separa Espa?a y Francia. All¨ª la vista sorprende como sorprendi¨® a Benjamin y dej¨® escrito en su gu¨ªa: "(...) una especie de alucinaci¨®n: de una forma inesperada volv¨ªa a ver el mar, de un azul oscuro. Y all¨ª abajo estaba Portbou".
La ruta de Benjamin es una excursi¨®n que dura unas cinco horas y que suele convocar a los amantes del senderismo de las dos vertientes. Desde el domingo el camino ilustra, adem¨¢s, sobre fronteras y exilios a partir de la memoria de uno de sus m¨¢s destacados expatriados, emblema de la escuela de Francfort y s¨ªmbolo de las v¨ªctimas del fascismo. Un brindis al mediod¨ªa en el Coll de Rumpissa y una comida popular que convoc¨® a 250 personas en la Rambla de Portbou pusieron la nota festiva a unos actos marcados por la solemnidad y la emoci¨®n, como el canto espont¨¢neo de Muntanyes del Canig¨® que interpretaron los caminantes.
Las huellas de Benjamin tambi¨¦n pueden seguirse en Portbou, donde se inaugur¨® la se?alizaci¨®n de los lugares por donde pas¨® el fil¨®sofo. Son cuatro placas que ilustran sobre las ¨²ltimas horas de Benjamin en Portbou. Una est¨¢ cerca de la Rambla, al lado de la oficina de Turismo; otra se ha colocado en la majestuosa estaci¨®n de tren donde fue detenido e informado por la polic¨ªa de su inmediata deportaci¨®n por ¨®rdenes franquistas. Una tercera se lee en la Fonda Fran?a, ahora cerrada y donde pas¨® sus ¨²ltimas horas hasta la inyecci¨®n letal de morfina para evitar su regreso forzado a la Francia ocupada.
Las causas de su muerte, el 26 de septiembre de 1940, nunca han sido esclarecidas del todo. El acta de defunci¨®n consign¨® una hemorragia cerebral, pero hay quien sostiene que fue asesinado por la polic¨ªa franquista. Tras pasar por la fosa com¨²n y por un nicho del cementerio de Portbou, sus restos reposan bajo un monumento del israel¨ª Dani Karavan erigido en 1999.
Los actos oficiales de se?alizaci¨®n de la Ruta Walter Benjamin concluyeron precisamente en el camposanto, donde se inaugur¨® la placa m¨¢s filos¨®fica con un acto en memoria del hu¨¦sped m¨¢s furtivo y brillante que ha tenido la localidad fronteriza.
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