Los silencios de una pareja rota
El director turco Nuri Bilge Ceylan estrena 'Los climas', premiada por la cr¨ªtica internacional en el Festival de Cannes
Cuando se tira del hilo, aparece la trastienda. "Ejem. S¨ª. Mmm...". Sonr¨ªe. Se revuelve en su asiento. Finalmente, tras una pausa y ya casi al final de la entrevista, Nuri Bilge Ceylan (Estambul, 1959) reconoce que el origen de su ¨²ltima pel¨ªcula que estrena hoy, Los climas, est¨¢ en las desavenencias con su ex mujer: "A ella le gustar¨¢ la pel¨ªcula porque culpa m¨¢s al hombre y la posici¨®n de la chica no es tan mala. Cuando la vea, pensar¨¢: ahora lo entiendo todo".
El eureka del fracaso del primer matrimonio de Ceylan est¨¢ contado desde las tripas, con la crudeza que imponen los silencios y las verdades de una pareja que se va al garete sin remedio. El director se mir¨® en el espejo, despu¨¦s de triunfar con Uzak (Lejano) y cosechar una lluvia de premios festivaleros, y pari¨®
El realizador afront¨® sus demonios a trav¨¦s de un personaje que habla con la mirada
Los climas, que sigui¨® el ejemplo. El a?o pasado se hizo con seis premios internacionales como aval, entre ellos el Fipresci de la cr¨ªtica internacional, obtenido en el Festival de Cannes. Hace unas semanas pas¨® por Granada para presentar, en el Festival Cines del Sur, su pel¨ªcula y la soberbia exposici¨®n fotogr¨¢fica Turkey Cinemascope, que retrata en formato panor¨¢mico a campesinos, ni?os y caminantes, rodeados de impresionantes paisajes.
Ceylan se ha enfrentado con exquisitez a sus fantasmas. En Los climas, una historia de sentimientos espesos, los protagonistas, Isa y Bahar, se van de vacaciones estivales al sur de Turqu¨ªa. Despu¨¦s de separarse, regresan a Estambul. Tras el oto?o, Isa decide ir a buscar a su mujer para recomponer su relaci¨®n, pero la reconciliaci¨®n entre caracteres tan fuertes no es pan comido.
Ceylan escarb¨® con tanto ah¨ªnco en sus sentimientos, que acab¨® por elegirse a s¨ª mismo para el papel protagonista de esta historia, y a su actual mujer, la excelente actriz Ebru Ceylan, como partenaire en la catarsis. "Dirigirme a m¨ª mismo fue muy dif¨ªcil, una pesadilla, pero no dirigir a mi mujer. Desde detr¨¢s de la c¨¢mara ten¨ªa que controlarlo todo, y lo peor fue que no pod¨ªa o¨ªr lo que ocurr¨ªa en el set", explica.
El director, guionista y actor afront¨®, pues, sus demonios a trav¨¦s de un personaje que a menudo habla con la mirada y que se revela machista y hura?o. "Haces la pel¨ªcula para mostrar lo que duelen las cosas negativas. Porque no tienes ninguna urgencia por mostrar la felicidad que sientes. Ruedas cuando te quieres liberar de cierta melancol¨ªa o depresi¨®n", reflexiona. En ciertas escenas, el silencio de la pel¨ªcula es tan intenso que s¨®lo el humo del cigarro consigue romperlo. Casi nada interrumpe los ambientes m¨¢gicos rodados en los espectaculares paisajes de Kas, al sur del pa¨ªs, y en regiones monta?osas como Agri. Los protagonistas son aqu¨ª la nieve, la bruma, el viento. Incluso los olores que transpira la cinta. "Quer¨ªa que el espectador sintiera la atm¨®sfera. No me gusta la m¨²sica en determinados momentos y prefiero el sonido de la atm¨®sfera en la naturaleza, que me impresiona m¨¢s. Busco ser realista tambi¨¦n con el sonido, porque no me gusta empujar al espectador hacia una direcci¨®n con el sonido".
Con esta cinta, Ceylan rod¨® por primera vez en cine digital de alta definici¨®n y disfrut¨® de un mayor control sobre el material que iba filmando. Quer¨ªa rodar sin la eterna losa del dinero que cuesta repetir una escena. "No fue tan caro como en mi ¨²ltima pel¨ªcula. Pude rodar 100 horas de metraje en lugar de las 15 que tuve para Lejano".
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