"Soy una 'outsider' y muy intensa"

Hija y nieta de sendas vedettes de El Molino, M¨ªsia, nacida Susana, se cri¨® entre camerinos y ba¨²les llenos de plumas y accesorios. "Cuando ven¨ªa del colegio, para hacer los deberes; me pon¨ªa todo encima. Todav¨ªa adoro los complementos. No era un disfraz, esa es mi verdad". Siendo ya adulta, esa puesta en escena deriv¨® hacia terrenos m¨¢s l¨ªricos. O m¨ªsticos. M¨ªsia empez¨® a explotar su otra verdad, la portuguesa (su padre es de Oporto), y dio al fado una intensidad ins¨®lita. Triunf¨® en medio mundo, pero en casa le afearon la conducta: no se hab¨ªa fogueado en las casas tradicionales. "Nunca fui una fadista ortodoxa; soy una outsider pero canto fado porque eso me permite comunicarme emocionalmente con el mundo entero: Jap¨®n, Barcelona, incluso Portugal", dice con su fino sentido del humor. Y a?ade: "Y lo de intensa... mis novios me lo suelen decir: ?No te pongas tan intensa!". ?Y qu¨¦ le dicen? ?No te pongas M¨ªsia? "No, no. ?Me llaman Susana!". As¨ª que M¨ªsia, como se ve, no es solo un nombre art¨ªstico especial, es un personaje, "una terapia". "Mi base es muy simple, muy cl¨¢sica, un traje negro corto; pero los accesorios son mi locura. Y ahora he mejorado, estoy sencilla. Antes ten¨ªa que parecer una rusa blanca reci¨¦n exiliada de San Petersburgo. Mi madre dec¨ªa que tendr¨ªa que haber sido c¨®mica en vez de dram¨¢tica; pero el llanto y la risa salen del mismo sitio. Yo creo". Y a?ade locuaz: "Simplemente soy m¨¢s Mar¨ªa Magdalena que la Virgen Mar¨ªa".

As¨ª, riendo y gozando antes de empezar, M¨ªsia -o Susana- estrena esta noche en el teatro de la ?pera de Lisboa, el precioso Sa? Carlos, Mar¨ªa de Buenos Aires. M¨ªsia es la protagonista, otra Mar¨ªa Magdalena, el personaje que da t¨ªtulo a la operita-tango de Astor Piazzolla, que ella resume as¨ª: "Mar¨ªa es una santa que llega de los suburbios a comerse Buenos Aires y se convierte en el inconsciente colectivo de Argentina cuando la corrompe un bandone¨®n y se tiene que meter a puta".

La obra, a?ade la cantante, funciona como una "gran met¨¢fora de la dictadura argentina, de todas las dictaduras". Est¨¢ a punto de cumplir 40 a?os porque la estrenaron Piazzolla y Ferrer en 1968, en la sala Planeta de Buenos Aires. La moderniza la escenograf¨ªa de la alemana Desir¨¦e Meiser. Y es argentina, pura, pero sin ser castiza. "Es una versi¨®n sin folclore, casi minimalista, sin medias de rejilla ni rajas en la falda", dice M¨ªsia.

Los textos son de Horacio Ferrer. En escena est¨¢n tambi¨¦n el actor argentino Manuel Callau, en el papel del Duende, el narrador, y El Porte?o Gorri¨®n, el enamorado de Mar¨ªa, que es el tenor neozeland¨¦s Keith Lewis. La direcci¨®n musical corre a cargo del joven maestro del bandone¨®n V¨ªctor Villena.

M¨ªsia, que acaba de ver publicado el libro Os fados de M¨ªsia, del periodista franc¨¦s Herv¨¦ Pons, afronta el reto musical y vital de cantar desde un sitio distinto a donde nace el fado: "En la obra soy un s¨ªmbolo, un icono, y eso se parece a M¨ªsia. Pero el fado viene de otro espacio, es una gran bruma interior, aqu¨ª no echo la cabeza atr¨¢s. Es otra cosa, no soy yo, respondo a la puesta en escena de Meiser y a la visi¨®n del director; he aprendido a bailar tango, y aunque los he cantado antes, esto es otra cosa, es opereta, no tango. Pero da miedo. Es una puerta a lo desconocido".