Cuando las mujeres se hicieron hero¨ªnas
El teatro grecolatino est¨¢ impregnado desde sus or¨ªgenes por la presencia de mujeres de fr¨¢gil dureza y dura fragilidad, a las que curiosamente interpretaban s¨®lo hombres. Mujeres detentadoras de las m¨¢s bajas y altas pasiones que los poetas glosaron envolvi¨¦ndolas en m¨²ltiples guerras y en un aura que ha provocado que desde entonces nos debatamos sobre la bondad o maldad de sus acciones.
El Festival de Teatro Cl¨¢sico de M¨¦rida tiene este a?o a la mujer como tema central. Ana Bel¨¦n ser¨¢ la Fedra que ha recreado el joven dramaturgo Juan Mayorga (del 12 al 15 de y del 17 al 22 de julio). Miriam D¨ªaz-Aroca la Lis¨ªstrata que Manuel Mart¨ªnez Mediero cre¨® inspir¨¢ndose en Arist¨®fanes (del 9 al 14 de agosto). La actriz nicarag¨¹ense Magelda Torres ser¨¢ Andr¨®maca, reinterpretada por Charles Delgadillo, para hablar del exilio y el desarraigo (del 23 al 26 de agosto). Incluso en Los Persas, una tragedia de Esquilo en la que no aparecen personajes femeninos, la mirada se vuelve hacia una mujer porque as¨ª lo ha querido el director esc¨¦nico Calixto Bieito que ha convertido a Jerjes en una soldado espa?ola interpretada por Natalia Dicenta (del 26 al 31 de julio, excepto el 30; y del 1 al 5 de agosto).
"El teatro griego deja claro que es por la mujer, a pesar de ella y gracias a ella que se desatan guerras y cataclismos", dice Ana Bel¨¦n
No ser¨¢n las ¨²nicas mujeres que estar¨¢n tanto en el Teatro Romano como en el nuevo espacio de La Alcazaba, un recinto ¨¢rabe del siglo IX, con aforo de 660 espectadores. All¨ª estar¨¢n Las Troyanas, La Orest¨ªada, Ant¨ªgona (en versi¨®n de Miguel Murillo y direcci¨®n de Esteve Ferrer) y Electra que mezclar¨¢ la representaci¨®n con alta tecnolog¨ªa musical. En total 18 espect¨¢culos de teatro, m¨²sica y danza, ocho de ellos estrenos absolutos que conforman la 53? edici¨®n del Festival de Teatro Cl¨¢sico de M¨¦rida que del 12 de julio al 26 de agosto se dedicar¨¢ a las hero¨ªnas cl¨¢sicas.
La Fedra, revisitada por Mayorga y con direcci¨®n de Jos¨¦ Carlos Plaza, inaugurar¨¢ la muestra. "El mito es tan poderoso que, una y otra vez, quiere volver a escena", dice Mayorga, cuya versi¨®n, que se alimenta del Hip¨®lito de Eur¨ªpides, de la Fedra de S¨¦neca y de la Fedra de Racine, sit¨²a la f¨¢bula en el tiempo m¨ªtico, renunciando a los habituales aggiornamentos.
Ana Bel¨¦n, que comparte escenario con Chema Mu?oz, Fran Perea y Alicia Hermida, ya se enfrent¨® a este escenario con La bella Helena en 1995. Habla de c¨®mo la mujer en el teatro griego ha sido depositaria de grandes pasiones: "Un teatro que siempre deja claro que es por ella, a pesar de ella y gracias a ella que se desatan guerras y verdaderos cataclismos dentro de esas sociedades". Considera que su Fedra no tiene la importancia de tantas otras mujeres del grupo de los mitos: "Ella viv¨ªa oscurecida por Teseo hasta que entra en su vida ese amor prohibido que solamente puede llevar a la desgracia o a la muerte, pero ella es la gran pasi¨®n".
Casi todos los personajes femeninos del teatro griego son mujeres-grito, que lanzan su dolor contra el mundo que les rodea. Ana Bel¨¦n dice que el de su Fedra es transgresor, un grito muy tierra, muy de v¨ªsceras y apegado al mundo: "La verdad es que nunca una actriz puede so?ar con personajes tan potentes como los que aporta el teatro grecolatino".
Se podr¨ªa pensar qu¨¦ pinta Los Persas en este festival. Bieito tambi¨¦n se lo pregunt¨® el pasado mes de febrero cuando muri¨® en acci¨®n la primera soldado espa?ola en una misi¨®n de paz en Afganist¨¢n. Reflexion¨® sobre el papel de la mujer en el Ej¨¦rcito, en la guerra, y Jerjes, el protagonista, ser¨¢ Natalia Dicenta, convertida en mujer-soldado. "Hemos trasladado la obra aqu¨ª y ahora; hay muchas mujeres en el Ej¨¦rcito; siempre me provoca curiosidad que una mujer que es dadora de vida, buscadora de la paz, de las cosas negociadas, desee estar en el Ej¨¦rcito", apunta Dicenta, quien ha hablado con mujeres-soldados. "Tienen ideas muy claras, todo cala exactamente igual en ellas que en ellos, pero para m¨ª eso es lo espectacular, porque al mismo tiempo inevitablemente son mujeres".
Habla con querencia de su personaje: "Es el que m¨¢s ahonda, el que se pregunta los porqu¨¦s a toda esta indecencia moral de la guerra y en una guerra quien m¨¢s pierde dentro de la poblaci¨®n civil es el sexo femenino, pero ¨¦sta es una mujer-soldado a la que han metido un c¨®digo en la cabeza", dice al tiempo que recuerda que la obra se ha subtitulado R¨¦quiem por un soldado: "En realidad es un r¨¦quiem por la humanidad", se?ala la actriz que recuerda que los griegos crearon unos personajes femeninos potentes, pero no olvida que los escrib¨ªan hombres: "La idea de la mujer en aquella ¨¦poca era mis¨®gina, son mujeres que cometen barbaridades, para ellos ¨¦ramos mal¨¦ficas, perversas, destructoras". Los Persas es la tragedia m¨¢s antigua conservada y en contra de lo habitual entonces aborda un tema reciente en su momento. La batalla de Salamina, en el a?o 480 antes de Cristo. "Los Persas es tambi¨¦n una pieza sobre el exceso de soberbia de un pa¨ªs civilizado que intenta imponer su tiran¨ªa sobre otro", se?ala Bieito que ha abordado la versi¨®n junto con Pau Mir¨®. Para esta reflexi¨®n, el director ha tomado como referencia textos de Freud y Einstein sobre por qu¨¦ el hombre tiene esa necesidad de matar.
Otra actriz que se enfrenta a su primera obra de teatro "para el gran p¨²blico" y por tanto al escenario de M¨¦rida es Miriam D¨ªaz-Aroca, quien no vive como un gran peso sobre sus espaldas los precedentes que tiene su Lis¨ªstrata. El texto de Manuel Mart¨ªnez Mediero ya se estren¨® en M¨¦rida en 1980 con el mismo director, Antonio Corencia, y con la actriz Victoria Vera. Fue un ¨¦xito.
"Mi personaje es una revolucio
naria, una rebelde, una mujer con fuerza, con poder de comunicaci¨®n y de convicci¨®n, pero no es una mujer-grito, lo hago en clave de humor aunque al final se desencadena el drama", afirma esta mujer que confiesa abiertamente no tener ning¨²n miedo ante la que se le viene encima. Cuando se le cuenta que actrices como Nuria Espert han llegado a afirmar: "En el Teatro Romano de M¨¦rida no es el p¨²blico quien te come, sino las piedras", ella apunta: "El director ya lo dice, pero la verdad es que no tengo ning¨²n miedo, s¨®lo estoy entusiasmada, con miedo no se puede hacer ning¨²n personaje". El suyo plantea una curiosa batalla para acabar con la violencia ya que abandera una huelga de sexo. Para el autor, lo m¨¢s importante de la funci¨®n, como en su tiempo lo fue para Arist¨®fanes, "es la ubicuidad del enfrentamiento entre los sexos, cuando la estren¨¦ se interpret¨® que adoptaba un texto feminista en el contexto de la transici¨®n pol¨ªtica espa?ola; hoy con la transici¨®n supuestamente terminada, lo que queda es el enfrentamiento puro y duro de los sexos y la locura del hombre perdido en batallas infames y no adaptado a la nueva situaci¨®n", se?ala el autor.
Andr¨®maca ser¨¢ la ¨²ltima hero¨ªna griega que pasear¨¢ este verano por el Teatro Romano bajo la piel de la actriz nicarag¨¹ense Magelda Campos, prestigiada y reconocida en su pa¨ªs. Sostiene que Andr¨®maca es una mujer ordinaria a la que le pasan cosas extraordinarias "como es mantener la dignidad dentro de la esclavitud", afirma. "Esta Andr¨®maca me es muy familiar, en Nicaragua tambi¨¦n hemos tenido nuestras dosis de destierro y conozco bien el desarraigo como muchas mujeres emigrantes y exiliadas que pasan por un duro proceso de adaptaci¨®n y como Andr¨®maca echan mano de ese mimetismo para no ser rechazadas", dice esta actriz que estuvo exiliada en Costa Rica diez a?os y debut¨® en 1982 con una Lis¨ªstrata.
El festival tambi¨¦n contar¨¢ con espect¨¢culos de danza (Julio Bocca, Nacho Duato, Cesc Gelabert, Lydia Azzopardi), m¨²sica (La Capilla Real de Madrid, Spanish Percussion Group & Kowalski) y otras actividades.
www.festivaldemerida.es
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