El v¨¦rtigo fijado
M¨¢s de un siglo despu¨¦s de su muerte no somos capaces de determinar el alcance de la figura y la obra de Arthur Rimbaud. Casi siempre nos contentamos con se?alar la extraordinaria velocidad con la que se sucedi¨® su vida y la prodigiosa capacidad de su escritura. De los grandes poetas de la literatura francesa moderna, seguramente sea el que haya ejercido una influencia m¨¢s decisiva. Es a la vez punto de llegada y de partida, ejemplo del movimiento incesante del acto mismo de la creaci¨®n: una obra tejida sobre la misma tela de la existencia, fruto de una continuidad en la que la escritura se anticipa a la vida proclamando su futuro. El inventario existencial y espiritual que aparece en sus textos po¨¦ticos, con su carga literaria y vital, viene a reafirmar esta premisa con su testimonio fehaciente: "Paut¨¦ la forma y el movimiento de cada consonante, y, con ritmos instintivos, me preci¨¦ de inventar un verbo po¨¦tico accesible, tarde o temprano, a todos los sentidos".
OBRA PO?TICA COMPLETA
Arthur Rimbaud
Traducci¨®n de Miguel Casado y Eduardo Moga
Pr¨®logo de Miguel Casado
Ep¨ªlogo de Eduardo Moga
Edici¨®n biling¨¹e
DVD. Barcelona, 2007
431 p¨¢ginas. 14 euros
ILUMINACIONES
Arthur Rimbaud
Edici¨®n y traducci¨®n de Antonio Colinas
Edici¨®n biling¨¹e
Devenir. Madrid, 2007
155 p¨¢ginas. 12 euros
Un centenar de p¨¢ginas bas
taron para establecer casi todas las posibilidades de la poes¨ªa: tras ellas casi nada nuevo, casi nada que decir, y todo por volver a hacer y a decir. ?sta es su lecci¨®n: demostrar de una vez por todas que la poes¨ªa es lo que es y nunca es lo que es, que es una lengua siempre en juego: un juego de sentidos, de ajuste y relaciones, un juego de figuraciones e identidades fruto de una generosa distribuci¨®n de percepciones y de sonidos nuevos; el producto de una palabra repleta de fulgores y cortocircuitos, de retractaciones y contradicciones; un derroche de incontables y fabulosas energ¨ªas. Rimbaud consiente que sea posible leer su obra "literalmente y en todos los sentidos". Como pone de manifiesto el poema Saldo, en esta inaudita abundancia de hallazgos que la escritura agota tan velozmente, se acaba por liquidar casi cualquier cosa: "Se venden los Cuerpos, las voces, la inmensa opulencia incuestionable, lo que no se vender¨¢ nunca". Aqu¨ª est¨¢n, a la vez, la maravilla de la escritura y el ardor de su desastre.
As¨ª es como la poes¨ªa permanece poes¨ªa y no se hace mera literatura, asumiendo la posibilidad de su desastre, haciendo de su capacidad de sucumbir parte de su naturaleza. Como acertadamente se?ala Miguel Casado en su equilibrado pr¨®logo: "Yo es otro, es varios, cualquiera, pues; su voz no es la de un sujeto, la de una subjetividad, sino una voz, la voz de nadie. Poes¨ªa objetiva". ?sa es su vocaci¨®n, sobrepasarse a s¨ª mismo y a sus excesos: ser poema. L¨¦ase as¨ª el titulado Infancia: a la tercera secci¨®n, que desarrolla una sucesi¨®n de versos que comienzan por "hay" y que no son m¨¢s que escenarios extraordinarios y realidades imaginarias, le sigue una cuarta donde se multiplican los "yo soy", las posibilidades de autodefinici¨®n. Hay lo que es y lo que no es, y por tanto soy otro. La identidad es tan innumerable como la realidad que la rodea y que la habita. Soy todo lo que pueda ser si las palabras quieren que lo sea: "Soy due?o del silencio".
Todo lector responsable -tras la sucesi¨®n de bi¨®grafos, editores, traductores, cr¨ªticos y hagi¨®grafos que durante a?os han difundido su vida, estudiado su obra y establecido sus mitos- se pregunta si es posible y necesaria una nueva edici¨®n y traducci¨®n de la obra de un poeta que dej¨® de escribir con tan s¨®lo 20 a?os. La respuesta es que no es solamente posible sino deseable. Sobre todo en una edici¨®n libre de toda erudici¨®n, como es esta Obra po¨¦tica completa, en excelente traducci¨®n de Miguel Casado y Eduardo Moga, que nos remite a esa m¨²sica atonal que, atenta a las contradicciones y la potencia de la frase, consigue integrar forma y materia: es una vuelta al texto puro, a su letra objetiva, a la precisa comprensi¨®n de sus detalles. Aqu¨ª tenemos la sensaci¨®n de leer sus poemas por primera vez, de sentir de nuevo la provocaci¨®n de su extra?amiento, que su lenguaje sigue estando abierto a nuestras experiencias. Los poemas de Rimbaud no son herm¨¦ticos galimat¨ªas, y sus lectores no tienen que ser mani¨¢ticos, sino lectores de buena fe.
La versi¨®n de Iluminaciones que Antonio Colinas nos ofrece responde sin embargo a un impulso personal, al placer deparado por una lectura que incita a la inmediata traducci¨®n, como esta que, ahora revisada, fue realizada hace 38 a?os, en el oto?o parisiense de 1968: a la historia personal se suma la colectiva, y al impulso imaginativo juvenil la intenci¨®n est¨¦tica. Aunque inseparable de su tiempo, una de las claves de Rimbaud est¨¢ en "el desasimiento so?ado, la ruptura de la gracia atravesada de violencia nueva" que expresa el poema Genio, y esa liberaci¨®n hace que su escritura sea capaz de superar su propio tiempo y ejercer sobre el lector de hoy la misma e incuestionable fascinaci¨®n, la de quien "escrib¨ªa silencios, noches, anotaba lo inexpresable. Fijaba v¨¦rtigos".
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