Una musa para la gimnasia
Catalina Ponor, la reina de Atenas, vuelve a competir tras superar "una borrachera de ¨¦xito"
Catalina Ponor no parece una gimnasta. Desde sus 1,55 metros, mira muy por encima del hombro a casi todas sus rivales. Por su altura y tambi¨¦n por sus resultados. La rumana fue la ¨²nica gimnasta que consigui¨® tres oros en los Juegos Ol¨ªmpicos de Atenas, hace tres a?os. Barra, suelo y por equipos. Algo as¨ª como si un atleta ganara los 100 metros, los 200 y el relevo de 4x100. Ni la medi¨¢tica Jorkina, la rusa que pos¨® para Playboy, ni la reina de esos Juegos y hoy aspirante a cantante, la estadounidense Carly Patterson, pudieron hacer sombra a esta joven de enormes y rasgados ojos casta?os, siempre con los p¨¢rpados delineados con una gruesa raya negra, que se deshac¨ªa en l¨¢grimas abrazada a sus compa?eras y envuelta en una bandera de su pa¨ªs.
La rumana anunci¨® su retirada tras perder el Europeo por equipos contra Italia
"En Pek¨ªn quiero repetir el oro en barra y por equipos", afirma la tricampeona ol¨ªmpica
Fue una de las im¨¢genes de Atenas. Apagados los focos ol¨ªmpicos, retiradas Jorkina y Patterson y esperando la explosi¨®n de potenciales estrellas como Nastia Liukin y Shawn Johnson, todos los ojos se fijaron en esa gimnasta con pinta de muchacha de su edad, de espalda cuadrada, piernas esbeltas, movimientos insinuantes y ejercicios casi perfectos. Una nueva musa para reflotar un deporte tocado por el esc¨¢ndalo de las puntuaciones injustas.
Ponor se hab¨ªa convertido en una estrella en su pa¨ªs. "Estaba borracha de ¨¦xito", recuerda Mariana Bitang, una de las entrenadoras de ese equipo triunfal que se deshizo como un azucarillo al volver a casa.
Con 17 a?os reci¨¦n cumplidos, volver a Deva, a la escuela perdida entre bosques de la que sali¨® la legendaria Nadia Comaneci, a las horas y m¨¢s horas de entrenamientos bajo la estricta mirada de Octavian Belu, el pope de la gimnasia rumana desde principios de los 80 y hoy asesor del Gobierno, se convirti¨® en un suplicio. Ponor, como el resto de sus compa?eras, quer¨ªa disfrutar de sus victorias. Salir y divertirse. Una de esas salidas acab¨® con el equipo nacional. Belu mand¨® a todas las gimnastas a sus casas. Y Ponor volvi¨® a Costanza, la ciudad costera donde naci¨® y empez¨® a entrenarse con cuatro a?os.
A pesar de todo, Cata, como la llaman sus compa?eras, aguant¨®. Estuvo en los Mundiales de 2005 -otro bronce- y en los Europeos de ese a?o y de 2006 -dos oros m¨¢s-. Pero ya no era la misma. Hab¨ªa ganado peso y, a pesar de los ¨¦xitos, parec¨ªa vulnerable. As¨ª que dijo basta. Anunci¨® su retirada, otra vez entre l¨¢grimas, tras perder el t¨ªtulo europeo por equipos ante Italia, una reci¨¦n llegada a la ¨¦lite.
Un a?o, un examen de acceso a la universidad y dos giras -Jap¨®n y Canad¨¢- m¨¢s tarde, Ponor ha vuelto. Y, por lo visto el s¨¢bado en un amistoso entre Espa?a, Rumania e Italia en Vitoria, lo ha hecho como si no hubiera pasado el tiempo. O lo hubiera hecho a su favor. M¨¢s estilizada que en sus ¨²ltimas apariciones, m¨¢s mujer y con casi id¨¦nticos ejercicios. "Decid¨ª volver porque me divierte la gimnasia y porque creo que es bueno para m¨ª y para el deporte", explicaba con Bitang como traductora tras la competici¨®n, que gan¨® con facilidad su equipo.
Ha regresado al deporte, pero no a Deva, donde siguen "las peque?as" y donde vuelve a concentrarse el equipo nacional con un nuevo entrenador. Ponor se ha instalado en Bucarest y trabaja sola con Mariana Bitang, con la que no para de hablar y que se ha convertido en su entrenadora personal.
Ambas se muestran satisfechas. Con s¨®lo dos meses de entrenamientos -"casi al mismo nivel que antes"-, la rumana ha recuperado su mejor ejercicio -la barra que tantos oros le ha dado- y compite tambi¨¦n en potro. Y ha empezado a trabajar su otra joya, el suelo. "Este ejercicio es m¨¢s dif¨ªcil y no nos ha dado tiempo", reconoce la entrenadora. De las paralelas, la cuarta prueba, ni hablar. "Nunca se le han dado bien", explica Bitang, "y hace mucho que no las entrena".
El primer objetivo de Ponor y sus compa?eras, que parecen aut¨¦nticas ni?as a su lado, ser¨¢n los Mundiales de septiembre, donde se repartir¨¢n las plazas ol¨ªmpicas. Pek¨ªn es la verdadera meta. En esa cita, Ponor estar¨¢ a punto de cumplir 21 a?os. En teor¨ªa, habr¨¢ pasado su mejor momento -la edad ideal para la gimnasia de ¨¦lite est¨¢ entre los 17 y los 20 a?os-, aunque en los ¨²ltimos tiempos la vida deportiva de estas atletas se alarga. A cambio contar¨¢ con un nombre de oro, algo casi tan importante en un deporte subjetivo como ¨¦ste". Y tendr¨¢ la experiencia gamada en sus primeros Juegos. ?El objetivo? "Quiero ayudar al equipo y repetir el oro en barra y en la prueba por equipos, si es posible, y... ?qui¨¦n sabe? Tal vez el suelo". A la espera de ver si lo consigue, la gimnasia ha recuperado una estrella.
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