El PP ocult¨® al juez la detenci¨®n del ¨²nico acusado del asesinato de los agentes del CNI

El atentado que el 24 de junio cost¨® la vida a seis soldados en L¨ªbano es el segundo m¨¢s grave sufrido por las tropas espa?olas en el exterior. El peor fue el asesinato de siete agentes del CNI el 29 de noviembre de 2003 en Irak. Entonces, como ahora, un juez de la Audiencia Nacional abri¨® una investigaci¨®n, pero la archiv¨® provisionalmente por falta de autor conocido el 13 de febrero de 2004. S¨®lo un mes despu¨¦s, el 22 de marzo, el Ministerio de Defensa, a¨²n en manos del PP, detuvo al iraqu¨ª Flayeh Al Mayali como sospechoso, pero en vez de comunicarlo al juez lo entreg¨® a Estados Unidos.

El auto que el juez Fernando Andreu dict¨® el 13 de febrero de 2004 no admit¨ªa lugar a dudas. La muerte de los siete agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) "se produjo como consecuencia de un ataque armado cometido por un grupo de personas cuya identidad por el momento se desconoce, [por lo que] procede acordar [...] el sobreseimiento provisional de las actuaciones [...] sin perjuicio de que, de existir nuevos datos referidos a la identidad de los autores, la naturaleza y circunstancias de los hechos denunciados se pueda acordar [...] la consiguiente reapertura de las presentes diligencias".

El 22 de marzo de 2004, el ciudadano iraqu¨ª Flayeh Al Mayali, traductor de uno de los agentes asesinados, fue detenido por las tropas espa?olas desplegadas en Diwaniyah, en el sur de Irak.

Despu¨¦s de ser interrogado durante tres d¨ªas por miembros del CNI en dependencias de Base Espa?a, fue trasladado al Centro de Detenidos de la Coalici¨®n liderada por EE UU, en Bagdad.

Su familia recibi¨® un documento, firmado por el capit¨¢n Alejo de la Torre, asesor jur¨ªdico del contingente, que certificaba que Flayeh estaba acusado por "el Reino de Espa?a" de ser "cooperador necesario" en el atentado contra los miembros del CNI, por lo que se hab¨ªa ordenado su "prisi¨®n incondicional". El juez Andreu, ¨²nico competente para ordenarlo, no tuvo intervenci¨®n alguna en el caso. Fuentes del CNI dijeron que fue el traductor quien avis¨® a los asesinos del trayecto que iban a seguir los agentes espa?oles, que regresaban de Bagdad a Diwaniyah cuando cayeron en una emboscada.

Flayeh, profesor de espa?ol en la Universidad de Bagdad, conoc¨ªa al m¨¢s veterano de los agentes asesinados, el comandante Alberto Mart¨ªnez, porque traduc¨ªa para ¨¦l la prensa local durante el r¨¦gimen de Sadam.

El traductor permaneci¨® 11 meses detenido en las prisiones de Abu Graib -conocida por las pr¨¢cticas vejatorias a los presos-, en Bagdad; y Buque, en Basora. Nunca fue sometido a juicio. Tampoco se confes¨® culpable.

El 15 de enero de 2005, el comit¨¦ encargado de revisar los expedientes de los detenidos por EE UU en Irak examin¨® su caso y lo excarcel¨® por falta de pruebas.

Pese a ello, el 29 de julio de 2005, el Ministerio del Interior, ya bajo Gobierno socialista, dict¨® una orden prohibi¨¦ndole entrar en Espa?a por un periodo de diez a?os. La prohibici¨®n se ampl¨ªa a otros 14 pa¨ªses europeos del acuerdo de Schengen.

"Este ciudadano iraqu¨ª", asegura la orden de Interior, "ha sido puesto en libertad tras haber estado recluido once meses en su pa¨ªs por su implicaci¨®n en el asesinato de los miembros del CNI, ocurrido a finales de 2003".

"La investigaci¨®n que se llev¨® a cabo", agrega el documento, "le se?ala como la persona que hab¨ªa proporcionado informaci¨®n para cometer el atentado y miembro activo del antiguo Servicio de Inteligencia iraqu¨ª". Ninguno de los hechos que el informe da como ciertos han sido declarados probados por ning¨²n juez.

"Estoy dispuesto a declarar"

Al Mayali reside actualmente en Bagdad, donde EL PA?S lo localiz¨® el pasado s¨¢bado. Ha o¨ªdo decir que tiene prohibido viajar a Espa?a, aunque nadie se lo ha comunicado oficialmente. Pese a ello, sostiene: "Si un juez espa?ol decide investigar en serio la muerte de Alberto y los dem¨¢s, estoy dispuesto a ir a Espa?a a declarar". ?Incluso arriesg¨¢ndose a volver a la c¨¢rcel? "S¨ª", responde, "porque soy inocente".

Flayeh cree que su detenci¨®n respondi¨® a una venganza, pues sus provechosos negocios con las tropas espa?olas en Irak levantaban envidias en su entorno.

El traductor no s¨®lo quiere comparecer ante la Audiencia Nacional para demostrar su inocencia. Tambi¨¦n quiere pedir una indemnizaci¨®n por los malos tratos que, asegura, sufri¨® tras su detenci¨®n. Y por los 11 meses que estuvo privado de libertad sin derecho a abogado ni juez.

Su presencia en Espa?a podr¨ªa reabrir el sumario por el asesinato de los siete agentes. Y eso es algo que al CNI nunca le entusiasm¨®. No s¨®lo porque los servicios secretos tienen alergia a la luz y los taqu¨ªgrafos propios de los juicios, sino porque una investigaci¨®n judicial evidenciar¨ªa las negligencias que rodearon la tragedia. Los coches del CNI no ten¨ªan inhibidor de frecuencia, pero tampoco blindaje, pues en ese caso, probablemente, los agentes se habr¨ªan salvado.