Democracia y derechos humanos en Europa
Debemos revisar permanentemente el compromiso ¨¦tico con los principios y los valores en Europa, siendo esto lo que nos debe unir en la Organizaci¨®n para la Seguridad y la Cooperaci¨®n en Europa (OSCE), entidad que abarca desde Vancouver a Vladivostov, agrupa a 56 pa¨ªses (entre ellos, los centroasi¨¢ticos, Estados Unidos y Canad¨¢) y cuya presidencia corresponde este a?o a Espa?a.
El respeto de la dignidad de la persona y los derechos humanos, la libertad, la democracia, el Estado de derecho, el pluralismo, la justicia, la igualdad y la solidaridad son la base de nuestra identidad europea y el fundamento del orden pol¨ªtico y la paz social. La observancia de estas reglas ha de mantenerse siempre, sin que existan razones o coyunturas en que deban dejarse de lado.
Reforzar la seguridad es una prioridad, especialmente contra el complejo fen¨®meno terrorista.En todo momento -tambi¨¦n ahora tras los acontecimientos recientes-, no debemos olvidarnos algo fundamental: frente al terrorismo no todo resulta adecuado ni admisible. Una conquista de la civilizaci¨®n en las democracias avanzadas es la sujeci¨®n de los poderes p¨²blicos a las normas nacionales y convenciones internacionales, y tambi¨¦n a los valores ¨¦ticos que los sustentan.
Cuando como reacci¨®n ante ataques a nuestros sistemas se arrinconan reglas y derechos b¨¢sicos en un sistema democr¨¢tico, aunque ello resulte aplaudido por unos y silenciado o encubierto por otros, algunos deben ver c¨®mo se encienden luces rojas. En una democracia no es indiferente c¨®mo y con qu¨¦ l¨ªmites reaccionar al terrorismo. Y como ¨¦ste nos golpea a todos, a todos nos importa que la respuesta sea, desde la cooperaci¨®n, lo m¨¢s concertada posible y salvaguardando siempre los valores democr¨¢ticos, lo cual no ha sucedido a veces.
Incluso en momentos de dolor e indignaci¨®n por los atentados en L¨ªbano y Yemen, o ante la gran alerta en el Reino Unido, tenemos que proclamar que no todo es eficaz, inteligente o asumible ¨¦ticamente en democracia. Reflexionar y remarcar los l¨ªmites de la lucha contra esta maldad no significa ser d¨¦biles sino, al contrario, fuertes en las convicciones, pudiendo conjugarse el esfuerzo por la seguridad con el imprescindible compromiso de respeto a los derechos humanos. S¨®lo as¨ª tendremos credibilidad para exigir democracia a otros.
En el desarrollo de las libertades en el ¨¢mbito de la OSCE, aunque se constatan avances en diversas ¨¢reas como la progresiva derogaci¨®n (en alg¨²n pa¨ªs pendiente todav¨ªa) de la pena de muerte, en otras hay estancamientos o retrocesos, singularmente en el espacio post-sovi¨¦tico. Especialmente debe reivindicarse la libertad de expresi¨®n y prensa (amenazada en varios pa¨ªses) como n¨ªtido soporte de la democracia y prueba m¨¢s fidedigna de la calidad de nuestros sistemas pol¨ªticos. Que se puedan crear libremente medios informativos independientes. Que los profesionales de la informaci¨®n puedan ejercerla sin riesgo de ser despedidos o incluso perder su vida como aconteci¨® con Ana Politoskaya y otros. Que no sea una heroicidad ser libre para que otros sean verdaderamente libres.
Tambi¨¦n debemos expresar preocupaci¨®n por otros derechos como los de manifestaci¨®n o participaci¨®n pol¨ªtica que alg¨²n pa¨ªs quiere restringir, penalizando la disidencia. Cuando aquellos se constri?en y limitan, la democracia encoge. No hay que tenerle miedo a la libertad. Al respecto, es fundamental seguir desarrollando misiones de observaci¨®n electoral como contribuci¨®n de la comunidad internacional para velar por la transparencia.
Muy importante es el exigible respeto a la libertad religiosa y de creencias. S¨®lo razones de orden p¨²blico muy n¨ªtidas pueden constre?ir este derecho del cual forma parte la manifestaci¨®n de signos que, sin constituir un ataque para las creencias de otros, sean expresi¨®n de algo que si sale del coraz¨®n y es libre, no puede ser negativo. Debemos reforzar la lucha contra toda manifestaci¨®n de antisemitismo o islamofobia.
Asimismo, debemos potenciar una mejor participaci¨®n de la sociedad civil como instrumento de profundizaci¨®n democr¨¢tica. Es fundamental que la sociedad tenga vida por s¨ª misma. Desde el poder se pueden ahogar iniciativas sociales, y as¨ª sucede en algunos pa¨ªses con sociedades domesticadas. As¨ª, debemos fortalecer la sociedad civil, con todo lo que supone de pluralismo y plenitud del derecho de asociaci¨®n, con los grupos sociales y las organizaciones no gubernamentales que en algunos lugares est¨¢n amenazadas.
Tambi¨¦n debemos reforzar nuestro compromiso por la transparencia, lo cual, junto al significado del Estado de derecho, requiere una lucha firme contra todo tipo de mafias como grupos organizados al margen del poder y son impunes a los deberes de las leyes para todos, siendo esencial una justicia m¨¢s independiente y no condicionada por los poderes pol¨ªticos o f¨¢cticos, evitando, tambi¨¦n, vendettas o ajusticiamientos paralelos.
Droga, tr¨¢fico de armas, tr¨¢fico de seres humanos, son, entre otras, las ¨¢reas de este fen¨®meno que trasciende a las fronteras nacionales. Generalmente va vinculado a corrupci¨®n del poder, debiendo impulsar nuestro compromiso y cooperaci¨®n contra esta lacra.
Asunto capital es la inmigraci¨®n. ?ste tiene implicaciones respecto a la cohesi¨®n b¨¢sica de nuestro sistema de valores sociales y democr¨¢ticos. Debe reforzarse la cooperaci¨®n en el control de flujos migratorios para estar en condiciones de absorber laboral y socialmente a las personas que llegan. Tambi¨¦n trabajar en el reto de combinar la preservaci¨®n de la cultura propia de nuestros pa¨ªses y la admisi¨®n de que la pluralidad enriquece a todos.
Asimismo, debemos fortalecer los instrumentos de integraci¨®n, evitando guetos y reconociendo a estas personas no s¨®lo derechos pol¨ªticos, sino tambi¨¦n de car¨¢cter social como el derecho a la salud, a la educaci¨®n y a una vivienda digna. No debe condicionarse el acceso a prestaciones sociales a requisitos como el ling¨¹¨ªstico u otros, seg¨²n algunos pa¨ªses pretenden.
Esto tiene conexi¨®n con otros dos temas: la protecci¨®n de las minor¨ªas y la ayuda al desarrollo. La tolerancia es, claramente, un valor a preservar, pero no tiene que implicar superioridad. Ha habido avances, pero sigue siendo necesario asegurar las condiciones para que las minor¨ªas puedan manifestar su propia identidad ¨¦tnica, cultural, ling¨¹¨ªstica o religiosa. Tambi¨¦n debemos reforzar el compromiso en la lucha contra la pobreza. La violencia que m¨¢s afecta a la seguridad tiene su germen generalmente en el fanatismo, la incultura democr¨¢tica y la pobreza. As¨ª, deber¨ªamos implicarnos en hacer m¨¢s efectivo el principio de justicia para aquellos que en otros lugares est¨¢n en una situaci¨®n de total vulnerabilidad unida a la total ausencia de esperanza, debiendo vincularse las pol¨ªticas de ayuda con el desarrollo de los pa¨ªses de donde vienen los inmigrantes.
Jes¨²s L¨®pez-Medel es relator de Derechos Humanos, Democracia y Ayuda Humanitaria de la Asamblea de la OSCE, y diputado del Congreso por Madrid (PP).
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