La Casa de Campo quiere ser Central Park

No se sabe cu¨¢ndo ni c¨®mo. Pero la Casa de Campo se cerrar¨¢ al tr¨¢fico seguro. Lo anunci¨® el mi¨¦rcoles el concejal de Seguridad, Pedro Calvo, mientras un grupo de prostitutas se manifestaba en la puerta del Ayuntamiento para pedir justo lo contrario. O eso, o un sitio tranquilo donde poder trabajar, porque desde que en 2003 comenzaron los cortes de diferentes v¨ªas, han tenido que desplazarse a la calle de Montera o a la Colonia Marconi. Pero parece que el consistorio no est¨¢ por la labor. Ni tendr¨¢n ese barrio rojo que reclaman, ni se permitir¨¢, a partir de "las pr¨®ximas semanas", dijo Calvo, la circulaci¨®n en la Casa de Campo. El modelo, dicen: Central Park. El gran parque urbano de Nueva York por donde apenas circulan veh¨ªculos que no sean carruajes o bicicletas.

La eliminaci¨®n del tr¨¢fico rodado en el gran pulm¨®n madrile?o (1.722 hect¨¢reas) figura en el programa electoral del PP desde 2003. Por eso, las asociaciones de vecinos de Bat¨¢n y Aluche, que forman parte de la plataforma Salvemos la Casa de Campo y que llevan a?os luchando por esta causa, no se f¨ªan ahora ni un pelo del anuncio de Calvo. "Estar¨ªamos encantados de que lo hicieran. Pero no nos lo creemos. Nos lo han prometido mil veces y nada", denuncia Luis Segura, portavoz de la plataforma.

Desde 2003, el consistorio ha cortado varias v¨ªas de circulaci¨®n, pero la que m¨¢s incomoda a los defensores del parque, la carretera de Rodajos, que une Prado de Somosaguas con Madrid, permite todav¨ªa de 7.00 a 10.00 y de 17.00 a 20.00 la circulaci¨®n. "En el futuro, los veh¨ªculos no podr¨¢n pasar m¨¢s por esa v¨ªa", explic¨® ayer una portavoz de Movilidad. "Los coches acceder¨¢n a los recintos de ocio [chiringuitos, restaurantes, zool¨®gico o parque de atracciones], pero no podr¨¢n utilizar el parque como carretera de comunicaci¨®n", a?adi¨® esta portavoz.

A los usuarios del recinto les parece fant¨¢stico. Saliendo del agua del lago y con la piragua a cuestas, Alberto Arteaga recibe la noticia: "Ser¨ªa ideal, pero dudo que los intereses econ¨®micos de los chiringuitos, el zoo y el parque de atracciones lo permitan", se?ala con escepticismo. "Siempre he vivido cerca de la Casa de Campo. Vengo 4 o 5 veces por semana a hacer deporte. Por m¨ª que la cierren a cal y canto", a?ade.

A los concesionarios de los chiringuitos del lago tampoco parece preocuparles. "Que corten la carretera de Rodajos no nos afecta. Si la restricci¨®n al tr¨¢fico se hace con sentido com¨²n, sin cerrar los accesos, no pasa nada", apunta Senen Rodr¨ªguez, que regenta su local desde 1983.

Los principales usuarios de la carretera de Rodajos son los vecinos de las localidades de Pozuelo (especialmente de la urbanizaci¨®n de Somosaguas 12.000 habitantes) y de Boadilla del Monte (40.000 habitantes). Al final unos 50.000 coches atraviesan el gran pulm¨®n verde de Madrid a diario. Y justamente, A Boadilla y a Pozuelo no les ha hecho ninguna gracia la medida anunciada.

"Nosotros usamos mucho esa ruta. Ya nos quejamos la primera vez que empezaron a limitar el tr¨¢fico en la Casa de Campo", se?alaron ayer fuentes del Ayuntamiento de Boadilla. "Todo lo que sea cierre o limitaci¨®n, nos perjudica", a?adi¨®. Una portavoz del Ayuntamiento de Pozuelo se mostr¨® igual de reacia: "Totalmente perjudicial para nosotros. Adem¨¢s, los problemas medioambientales no se solucionar¨¢n as¨ª".

Para Ecologistas en Acci¨®n es una medida necesaria y urgente. "Es una reivindicaci¨®n hist¨®rica, de los a?os noventa", recuerda Juan Garc¨ªa. "As¨ª se mejorar¨¢ el parque y la calidad ambiental. 50.000 coches diarios que emiten una media de 200 gramos de CO2 por kil¨®metro no es algo que favorezca al parque", a?ade.

Las 230 prostitutas que todav¨ªa trabajan en la Casa de Campo se han desplazado a zonas por donde todav¨ªa pueden circular los coches. El mes pasado, el consistorio cort¨® las calles que conduc¨ªan a las pistas de tenis y al telef¨¦rico, lugares donde tradicionalmente ellas se apostaban.

Junto al aparcamiento del parque de atracciones, tres nigerianas pasan calor y respiran el polvo de los coches. "Queremos estar seguras. No queremos problemas", dice una de ellas luciendo poco m¨¢s que una braga blanca para cubrirse por debajo de la cintura y eludiendo mayores debates sobre movilidad.

Para Cristina Gariz¨¢bal, portavoz del colectivo Hetaira, que lucha por los derechos de las prostitutas, "las posiciones morales de miembros del Ayuntamiento como Pedro Calvo o Ana Botella se convierten en normas". Garaizabal vaticin¨® que si los veh¨ªculos desaparecen de la Casa de Campo, las prostitutas se desplazar¨¢n a otros lugares de la ciudad como la calle de Montera.