El puerto como met¨¢fora

El debate sobre el futuro del puerto de Valencia amenaza con convertirse en una confrontaci¨®n civil -otra- a la que tan aficionados somos los valencianos: maulets / botiflers, blaveros /catalanistes, falleros / antifalleros, tradicionalistas / vanguardistas. Las tensiones entre lo viejo y lo nuevo siempre han generado disputas en las sociedades, pero en pocos sitios se han consumido tantas energ¨ªas, tiempo y talento en cuestiones absurdas como en la Comunidad Valenciana. Ser¨ªa conveniente que la historia no volviera a repetirse en el caso del puerto de Valencia.

La reflexi¨®n sobre el futuro de la fachada mar¨ªtima de la ciudad de Valencia es pertinente y no son pocos los que vienen opinando sobre la cuesti¨®n. La confrontaci¨®n entre los defensores a ultranza del mantenimiento y ampliaci¨®n del puerto comercial y quienes abogan por su traslado a Sagunto no deja de ser una met¨¢fora del choque entre los dos modelos cl¨¢sicos. Con un inter¨¦s a?adido: el que se alce con la victoria condicionar¨¢ el futuro de la ciudad de Valencia de manera determinante. Por eso es tan urgente que el presidente de la Generalitat y la alcaldesa Rita Barber¨¢ se pronuncien. Su silencio deja el campo abierto para que personajes como Michel Bonnefous, presidente de ACM, planteen exigencias que se descalifican no tanto por su contenido como por la prepotencia con que se formulan.

El mutismo de Camps y Barber¨¢ abona la sospecha de que ambos apuestan por una componenda satisfactoria para todos menos para la ciudad: La ampliaci¨®n del puerto quedar¨ªa paralizada hasta la conclusi¨®n de la Copa del Am¨¦rica en 2009. La tentaci¨®n es grande porque ambos se ahorrar¨ªan el problema de definirse -y de enfrentarse- y satisfar¨ªan a la autoridad portuaria, cuyo presidente, Rafael Aznar, renunci¨® a la Consejer¨ªa de Infraestructuras por razones familiares. Pero la indefinici¨®n conlleva un serio riesgo. La Copa del Am¨¦rica no es s¨®lo una competici¨®n deportiva. A su alrededor se mueven importantes cantidades de dinero y oportunidades de negocio que podr¨ªan desaparecer si las personas que tienen la obligaci¨®n de canalizar y liderar todas las energ¨ªas existentes en Valencia se inhiben. Y, en esta ocasi¨®n, al presidente Camps no le ser¨¢ f¨¢cil desviar su responsabilidad hacia Rodr¨ªguez Zapatero.

Las sociedades del futuro apuestan por el terciario avanzado, el capital humano, la investigaci¨®n, el desarrollo, los servicios y la informaci¨®n. Seguir amarrados a las estad¨ªsticas de las toneladas, tanto da que sean cebollas, agrios o contenedores, no parece que sea la inversi¨®n m¨¢s rentable, sobre todo cuando existen alternativas que permiten mantener ese volumen de negocio.

Camps y Barber¨¢ tienen que definirse por el futuro. Este no debe quedar en manos de representantes portuarios o empresariales. Mucho menos, desde luego, de prepotentes voceros que est¨¢n de paso.