Con F de Frida
Hoy hace cien a?os naci¨® la pintora mexicana m¨¢s internacional. Ocasi¨®n para entronizar la desesperada vida y la obra de Kahlo, en la que la alquimia del sufrimiento engendra belleza
- Con F de celebraci¨®n 13 de junio de 2007. Se inicia la gran celebraci¨®n del centenario de Frida Kahlo. En el Palacio de Bellas Artes, en M¨¦xico DF, en medio de una sucesi¨®n de retenes policiacos y de gritos de protesta, y con la exclusi¨®n de los medios informativos, Felipe Calder¨®n inaugura la gran exposici¨®n de Frida y pronuncia frases marm¨®reas: "Frida Kahlo es un ejemplo para vencer la adversidad, para que todo lo que impida el desarrollo del pa¨ªs lo dejemos atr¨¢s y salgamos adelante". Curiosa reflexi¨®n sobre Frida, quiz¨¢ la primera en su g¨¦nero.
Santa, amada delirante y promiscua, bisexual, Frida Kahlo atraviesa entre exclamaciones, cotizaciones y modas
Es la reina que elige por corona las grandes trenzas, es el orgullo gozoso de la poseedora de una sola desafiante ceja
A Frida la adoptan las feministas del mundo entero, los chicanos o los turistas de las se?as ic¨®nicas
In¨²til oponerse a la canonizaci¨®n laica, a fin de cuentas s¨®lo el m¨¦todo de acercarse a una obra, ni olvidar ni por un instante al ser que la produjo. Es este caso, "mitificar" o "desmitificar" son criterios un tanto ajenos a la mezcla de lo est¨¦tico y lo vital. Frida Kahlo es icono, leyenda, mito y poderosa realidad art¨ªstica, la santa Juana de una sociedad peque?a pr¨®diga en personajes l¨ªmite, la Virgen de los abortos, la Eva retenida en el infernal para¨ªso de la mesa de operaciones, la enamorada que se pinta o se tat¨²a en la frente el rostro del amado inconcebible. Frida corresponde a una etapa de arte nacional, y la trasciende, es el s¨ªmbolo que "ya act¨²a por su cuenta", la Frida pintada por Frida que Frida produce con tal de poblar de Fridas los alrededores. En su caso, vida y obra no admiten el deslinde, al ser la obra un proyecto detallado de autobiograf¨ªa y al dirigir la desesperaci¨®n y la angustia, tan estrictamente reales, la elecci¨®n de la forma, devocional a su manera, testimonial, fantas¨ªa naturalista (t¨®menlo o d¨¦jenla), aleg¨®rica, de sencillez al punto del desbordamiento barroco. Y a su manera, el acto ag¨®nico de su obra es un criterio est¨¦tico: la alquimia del sufrimiento tambi¨¦n engendra la belleza.
- Con F de moda que no se va
Ante las fotos y las reproducciones de los cuadros de Frida Kahlo, hoy multiplicadas, incluso el espectador medianamente informado sabe a qu¨¦ atenerse: son las manifestaciones complementarias de una creadora inmensa a la que sobredeterminan el dolor y la turbulencia, de una gran protagonista, desde hace d¨¦cadas, de su paisaje hist¨®rico.?No se ha visto en demas¨ªa a la gran artista, emblema de disidencia moral y radicalismo pol¨ªtico, que pinta los frutos de la tierra y de la fisiolog¨ªa, y vierte sue?os y padecimientos en la serie de autorretratos, audacias de la pareja c¨®smica, escenas donde lo funerario es parte del solemne relajo de todos los d¨ªas? Desde luego s¨ª, y por lo visto no, porque "las resurrecciones" de Frida disuelven las repeticiones y porque, d¨ªgase lo que se quiera, las im¨¢genes de Frida se reparten en el alud de biograf¨ªas, portadas de libros y revistas, calendarios, mu?ecas, t¨ªteres, obras de teatro, pel¨ªculas, programas de televisi¨®n, camisetas, tarjetas postales, cuadros que incluyen citas de sus cuadros, an¨¢lisis posmodernos, declaraciones adoratrices de Madonna ("Frida es la gran inspiraci¨®n de mi vida"), precios avasalladores en las subastas... A Frida la adoptan las feministas del mundo entero, los chicanos, los visitantes o los turistas de las se?as ic¨®nicas, los partidarios de personalidades ¨²nicas en el tiempo de las reproducciones en serie. Y Frida, tambi¨¦n, es un recordatorio excepcional del modo en que procede la secularizaci¨®n del arte.
- Con F de enfermedad
"T¨², como una ventana azotada por la tempestad...".
El verso de Pellicer resume admirablemente la experiencia de Frida, de operaci¨®n en operaci¨®n, de martirio en martirio, elev¨¢ndose sobre sus fragilidades y recayendo en ellas, envuelta en la enfermedad, su otra dram¨¢tica visi¨®n del mundo. ?C¨®mo entiende Frida, racional e irracionalmente, desde los sentidos y los sentimientos, los viajes por hospitales y mesas de operaciones? All¨ª, Frida obtiene otro grupo de amigos, los m¨¦dicos que la aconsejan, la cuidan, la someten a estudios destructores, la recetan y le cambian de recetas, conjeturan y proponen. Inerme, angustiada, valerosa, Frida se pinta con su m¨¦dico al lado, o en su cuadro de 1945, Sin esperanza, da cuenta del significado de su ordal¨ªa.
- Con F de escritura
?Si no fueran de Frida Kahlo leer¨ªamos los textos de Frida Kahlo? La pregunta es banal, se contesta a s¨ª misma y desemboca en la obviedad: es tal la dimensi¨®n de Frida que de ella importa todo a la vez: la obra, la vida, la reconstrucci¨®n de su tiempo, los retratos, los amores, la escritura. El personaje ¨²nico, la figura m¨²ltiple. Leer su correspondencia es adentrarse en la vida de la entidad poderosa que vive en la desdicha y el tumulto, y hoy se deja ver como la realidad que integra las distintas facetas en el haz de impresiones. Frida es su biograf¨ªa o de lo que de ella extrae cada persona; Frida es la celebridad sin fronteras y es tambi¨¦n la militante compulsiva. Le escribe a su m¨¦dico, Eloesser, pidi¨¦ndole que localice a "todos los amigos" y reunir entonces...
la mayor cantidad posible de dinero con el fin de que a nuestros compa?eros de Espa?a al darles la contribuci¨®n logren obtener lo m¨¢s indispensable para ayudar a los heridos, ni?os y viudas que ahora sufren los horrores de la barbarie fascista.
- Con F de mexicanidad
"?rbol de la esperanza, mantente firme".
Desde el atav¨ªo, Frida es una proclama, con las "policrom¨ªas de delf¨ªn" de sus enaguas, los huipiles adornados con hilos de oro, las trenzas homenajes a la arquitectura fant¨¢stica, que se amueblan con cintas de colores y arracadas. Mediante un tr¨¢mite sencillo -la efusi¨®n de su indumentaria- y muy program¨¢ticamente Frida desea hacer visible la esencia nacional que la modernidad destruye, devolvi¨¦ndole sentido cotidiano a una lealtad de generaciones que las ciudades ya no admiten. Las tradiciones se acumulan sobre su cuerpo, pero la tradici¨®n, al ser enarbolada como desaf¨ªo, se interrumpe y, desprovista de los paisajes que la hicieron posible y necesaria, comienza de nuevo.
- Con F de fotograf¨ªa
"Si te fijas bien, Frida Kahlo se parec¨ªa a sus fotos".
En los a?os siguientes a su muerte, Frida es objeto del tipo de reconocimiento que suele anteceder al olvido. Sus cuadros se cotizan escasamente, se publica poco sobre su obra, y un juicio frecuente subraya la ingenuidad pict¨®rica y exalta la personalidad formidable. As¨ª se est¨¢ cuando, de pronto, en la d¨¦cada de los ochenta, sobreviene el diluvio admirativo. Todo coincide: los detalles de su vida amorosa, las exposiciones (m¨¢s fuera que dentro de M¨¦xico), la pel¨ªcula de Paul Leduc con Ofelia Medina, el filme con Salma Hayek, el r¨ªo de visitantes en la Casa Azul de Coyoac¨¢n, los libros de Raquel Tibol, Marta Zamora, Hayden Herrera, Rauda Jam¨ªs, y el cat¨¢logo razonado, obra de Helga Prignitz-Pada, Salom¨®n Grimberg y Andrea Kettenman. Con rapidez se logra un acuerdo: Frida es mucho m¨¢s que la figura singular¨ªsima y la artista inesperada, que a falta de otro tema se retrataba obsesivamente a s¨ª misma. Frida es un retrato de ¨¦poca y es la obra que trasciende los retratos de ¨¦poca.
En el diluvio algo queda claro: el s¨ªmbolo de Frida es de una actualidad deslumbrante porque su referencia no es estrictamente la pintura (aunque abunden las reproducciones), ni la fe en el socialismo, ni la condici¨®n femenina, ni el amor a un Monstruo Sagrado, sino todo eso a la vez. En el v¨¦rtice de la fridoman¨ªa, Frida es el s¨ªmbolo de s¨ª misma, el semblante en donde uno cree ver a la aparici¨®n que cuestiona su propio origen milagroso, el encuentro de los pinceles y el amor a la vida en la sala de operaciones. Frida remite a Frida, y tal creaci¨®n circular la vuelve irrepetible.
- Con F de fridoman¨ªa
La fridoman¨ªa es una moda, pero Frida Kahlo (la obra, el concepto, la vida) la incluye y trasciende. La fridoman¨ªa es un culto y una empresa cuyos residuos providencialistas prueban lo evidente: los santos de esta ¨¦poca ya no provendr¨¢n de las virginidades defendidas a costa del salto en el vac¨ªo, o de los aconteceres celestiales que sanan a enfermos y sanos por igual, sino muy principalmente de las vidas que mezclan org¨¢nicamente dimensi¨®n art¨ªstica, resistencia a las opresiones, a veces autodestrucci¨®n, entrega desinteresada a los dem¨¢s, originalidad y radicalidad existencial. Santa, amada delirante y promiscua, bisexual, Frida Kahlo atraviesa entre exclamaciones, cotizaciones y modas, y queda indemne como al principio, dividida entre el dolor y la necesidad de trascender la pena en el torbellino expiatorio de amor y de pintura.
- Con F de autorretrato
En los autorretratos, Frida:
es la egolatr¨ªa a la que explica y vuelve racional el trance ag¨®nico;
es el padecimiento que localiza en la pintura un confesionario laico ("Ac¨²some ante ti, testigo de este cuadro, de asumir la serenidad para aplazar las penas");
es la madre naturaleza ce?ida por los monos, las criaturas del vuelo que contradice toda par¨¢lisis;
es la reina que elige por corona las trenzas descomunales;
es el orgullo gozoso de la poseedora de una sola desafiante ceja;
es la conversi¨®n del traje t¨ªpico en naci¨®n ornamental;
es la irrupci¨®n del suplicio cristiano en paisajes de zoolog¨ªa solidaria;
es la mujer que requiere de su doble, la que es la misma y es otra, pese al enlace de los corazones;
es la renuncia a un elemento constitutivo (el cabello largo) como signo de adi¨®s al amor propio: "Mira que si te quise, fue por tu pelo, / ahora que est¨¢s pelona, ya no te quiero";
es la enferma enfrentada a la ocupaci¨®n on¨ªrica de su lecho por un judas de cart¨®n que es una calavera que es un arsenal de cohetes que es un acto de confianza en la muerte;
es la mexicana que se agiganta en la l¨ªnea divisoria entre M¨¦xico y Estados Unidos, es decir, entre el pasado cosmog¨®nico afirmado en las ra¨ªces y la tecnolog¨ªa y sus nuevos centros ceremoniales;
es el fruto del ¨¢rbol geneal¨®gico matizado por paisajes y construcciones;
es el centro de una cultura popular de atav¨ªos, ofrendas florales, artesan¨ªas regocijantes, perros itzcuintlis, mu?ecas;
es la criatura que observa al agua de la ba?era constituirse en un diluvio general y autobiogr¨¢fico, con mujeres ahogadas, volcanes en erupci¨®n, pies explicablemente monstruosos, los padres de la artista, el vestido de tehuana, la floraci¨®n inmensa, la pareja de Fridas;
es la serenidad antes, durante y despu¨¦s de la tormenta;
es la Frida-venadito atravesada por las flechas como se?as de identidad.
- Con F de final del texto
Frida en los murales, Frida en su pintura, Frida en las an¨¦cdotas. Aqu¨ª germinan los elementos de la explosi¨®n mitol¨®gica, que ¨²nicamente ocurre al conjugarse diversos elementos: la condici¨®n de mujer ¨²nica que el feminismo recupera; la superaci¨®n hist¨®rica del estalinismo y el mao¨ªsmo (los grandes errores de Frida); el rescate que congela en s¨ªmbolos y repeticiones a una etapa de originalidad extraordinaria. En todas las combinaciones, Frida permanece. Es la tragedia que de tanto sobrevivirse a s¨ª misma se torna en lo opuesto: el ¨¢nimo de la continuidad del arte y de la vida, el personaje ¨²nico que contiene una multitud.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.