Errabundas y cism¨¢ticos
Por San Ferm¨ªn, el alcalde ha lanzado un chupinazo de ¨®rdago para espantar por decreto a las s¨ªlfides errabundas que retozan por la Casa de Campo desde hace a?os. Prohibir el tr¨¢fico en esa zona es algo que agradecer¨¢ eternamente el medio ambiente, pero significa el exilio inmediato de centenares de prostitutas y raras aves que hab¨ªan convertido el pulm¨®n de Madrid en un Jard¨ªn de las Delicias, cutre, s¨ª, pero no carente de cierto exotismo y de atractivo tur¨ªstico.
Hay muchos damnificados por la dr¨¢stica medida: chulos, macarras, mafias, buscadores de lujuria montaraz, perillanes y, por supuesto, cuerpazos de varios sexos, base del negocio. ?D¨®nde se instalar¨¢ ahora esa desventurada marabunta? Se van con la m¨²sica a otra parte de Madrid, seguro. Siempre fue as¨ª. ?Pero a qu¨¦ parte?
Las descarriadas y sus secuaces se establec¨ªan hace siglos en los alrededores de las catedrales. Los templos, ajenos al tejemaneje, han pasado la patata a los estadios de f¨²tbol y las televisiones. De hecho, alguna calle cercana al Bernab¨¦u es famosa por sus lupanares. Y para ir a Prado del Rey se pasa por la Casa de Campo. Los capos del cotarro andan ya husmeando para enterarse d¨®nde va a estar por fin la nueva sede de TVE y trasladar all¨ª poco a poco sus mercanc¨ªas. Esa gente est¨¢ acosada secularmente en los aleda?os de la Gran V¨ªa.
A pesar de alcaldes, gobiernos y remodelaciones peri¨®dicas, nadie ha conseguido en m¨¢s de dos siglos erradicar all¨ª el lenocinio barato. Misterio. Siguen inasequibles al desaliento y a los ca?ones, como Agustina de Arag¨®n.
Madrid ha sido esta semana escenario de otro chupinazo propulsado por sectores cat¨®licos contra la Conferencia Episcopal. Algunos lo llaman "el cisma de Entrev¨ªas"; otros, m¨¢s estoicos, "la conjura de San Carlos Borromeo", simplemente. Curas de toda Espa?a han plantado cruz al arzobispo y reivindican, entre otras cosas, decir misa como Dios y los feligreses les den a entender. Algo raro est¨¢ ocurriendo en la Iglesia cuando simpatizan con los cism¨¢ticos personas tan cat¨®licas como el ex ministro Jos¨¦ Bono. Entrev¨ªas pasar¨¢ a la historia como germen de un cisma teol¨®gico.
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