"Soy artista y no estoy loco"
El escritor Fernando Arrabal publica 'Como un para¨ªso de locos'
Su Teatro completo ocupa m¨¢s de 4.000 p¨¢ginas, repartidas en dos vol¨²menes. Sus ensayos, poemarios y diccionarios suman centenares de libros. As¨ª las cosas, Fernando Arrabal (Melilla, 1932) y pocas palabras, son t¨¦rminos dif¨ªciles de conciliar. "He luchado contra la concisi¨®n, yo busco la exactitud", sentencia. Bajo el sol de mediod¨ªa, vestido de negro con una pajarita sin anudar, habla de su infancia, de H?lderlin, de f¨ªsica cu¨¢ntica y de su nueva novela, Como un para¨ªso de locos (Bruguera). Y de una caja saca otro libro que tiene de estreno, Diccionario P¨¢nico (Libros del Innombrable). "Son mellizos, no gemelos porque no son exactos, no vienen del mismo huevo". Dice que en Espa?a s¨®lo cuenta con tres o cuatro admiradores, luego est¨¢n "los extranjeros, esos pigmeos y liliputienses". Este verano tiene preparado un "c¨®nclave" con Houellebecq y Kundera en Burgos, cerca del lugar donde desapareci¨® su padre durante de la guerra. Un le?ador ha encontrado con su motosierra un "pino roble".
Pregunta. ?Por qu¨¦ piensa que tiene menos seguidores aqu¨ª?
Respuesta. No quiero caer en la demagogia victimista habitual. El antiguo r¨¦gimen prohibi¨® toda mi obra, aunque yo he sido el menos pol¨ªtico. Siempre he estado desconectado de todos los partidos pol¨ªticos. Cuando llegu¨¦ a Par¨ªs, estuve en contacto con el grupo surrealista, no con gente pol¨ªtica. A¨²n as¨ª, no creo que haya la menor traza de surrealismo en mi obra. Hablo sobre todo de biolog¨ªa molecular.
P. En la novela dice que quiere hilvanar la biolog¨ªa con la filosof¨ªa, la generosidad con la ciencia...
R. Lo que va a primar es la generosidad. Ahora me llueven los premios, como dicen los franceses, se me caen de la nariz. Los acepto sin problemas, pero quiero llegar a ser un santo pagano. S¨®lo me quedan dos o tres por ganar. La buena acogida del p¨²blico en general y la mala de mis colegas, creo que se debe a los dos o tres cascabeles que me quedan por recibir. No soy un autor culto. M¨¢s da?o que bien me har¨ªa recibir estos premios por la indigesti¨®n y la impaciencia que producir¨ªa entre los que me siguen.
P. El narrador se dirige al "amado lector". ?Adora usted a sus lectores?
R. Tengo miles de corresponsales. Gente que me escribe. Yo contesto a los que me mandan cartas. Recibo cartas fascinantes, faxes, emilios. Muchas de mis colaboraciones se las debo a ellos. C¨®mo no llamarles queridos y adorados. Son tan importantes en mi vida...
P. ?Comparte con el protagonista de esta historia el placer de sentirse distinto a los dem¨¢s?
R. Yo, como ¨¦l, siempre he intentado ser como los dem¨¢s. Desde que gan¨¦ el concurso de superdotados a los 10 a?os. La idea de 'voy a provocar' es como si dijera 'voy a ligar con esa se?ora', es algo est¨²pido.
P. El personaje de la novela tambi¨¦n es superdotado. ?Qu¨¦ les diferencia?
R. Yo soy artista y no estoy loco. El concurso que gan¨¦ era una cosa como de superhombre nazi. Louis Bourgeois o Milan Kundera no lo hubieran ganado. Fue un concurso bastante basto. Los que me dieron este t¨ªtulo eran aliados de la muerte de mi padre. Yo era superdotado para estas personas borricas.
P. ?C¨®mo le afect¨®?
R. Me dijeron que me dedicara a las matem¨¢ticas y lo rechac¨¦. Al final, llegu¨¦ a ellas a los 22 a?os, un poco tarde. Lo que ha marcado mi obra ha sido la desaparici¨®n de mi padre. Es como la instalaci¨®n de la mec¨¢nica cu¨¢ntica en vida: la imposibilidad, el principio de la indeterminaci¨®n. Esta teor¨ªa f¨ªsica se present¨® el d¨ªa de mi nacimiento. ?C¨®mo pudo desaparecer mi padre? La Pasionaria, que era una mujer muy poco inteligente, me dijo en los setenta en Mosc¨² que con tiro en la nuca.
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