Ham¨¢s se lanza a la conquista de toda Palestina
Los islamistas se afianzan en Gaza y miran hacia Cisjordania, un territorio que Al Fatah trata de salvar del caos
"Acabamos de lanzar un misil que apenas ha dejado de tocar tierra", comentaba hace a?o y medio Mohamed Shihab, reci¨¦n electo diputado y fundador de Ham¨¢s. "?Lo han lanzado tras el triunfo en las elecciones?", se le preguntaba. "No. El misil fue disparado en diciembre de 1987, cuando fundamos el Movimiento de Resistencia Isl¨¢mica".
El pasado 14 de junio, Ham¨¢s se adue?¨® de la franja de Gaza. Desmantel¨® en 48 horas todos los cuarteles bajo mando del presidente palestino, Mahmud Abbas. M¨¢s de centenar y medio de milicianos de Al Fatah e islamistas murieron. Algunos inocentes fueron asesinados a sangre fr¨ªa y linchados en desmanes cometidos por enmascarados. Ham¨¢s es ahora la ¨²nica autoridad en la franja, desde la frontera israel¨ª hasta la egipcia. La tranquilidad es la norma; la seguridad, desconocida durante a?os, casi total. Se han rearmado y ganado autoestima. No van a ceder. El movimiento fundamentalista ha dado un paso decisivo. Domina Gaza y tiene la vista puesta en Cisjordania.
"El problema es explicar por qu¨¦ nos matamos entre nosotros", dice un funcionario
"Con su pol¨ªtica, Al Fatah no tiene futuro", dice un dirigente de Ham¨¢s
Los milicianos confiscan miles de armas de los clanes familiares en los barrios de Jan Yunis, Gaza y Rafah. Ordenan el tr¨¢fico y barren las calles. El Gobierno islamista decret¨® una amnist¨ªa y no se tiene noticia de actos de revancha. Los partidarios de Abbas no hablan demasiado, pero el ambiente es muy crispado. "He escuchado a ni?os de ocho a?os decir que se vengar¨¢n en el futuro. El problema es explicarles por qu¨¦ nos matamos entre nosotros", explica Zaher, un funcionario fiel a Al Fatah. S¨®lo se venden los peri¨®dicos de Ham¨¢s. Los de la competencia no llegan desde Cisjordania por la clausura del territorio. Sus estaciones de radio se niegan a emitir. El control de Ham¨¢s es, por el momento, absoluto, y revertir la situaci¨®n es muy improbable.
Y en Cisjordania manda el presidente palestino, Mahmud Abbas, respaldado con dinero y armas por Estados Unidos, la Uni¨®n Europea, Egipto, Jordania... Y el Gobierno de Salam Fayad -nombrado por Abbas-, al tiempo que amainan las venganzas en Cisjordania contra dirigentes de Ham¨¢s y acad¨¦micos afines, se ha puesto manos a la obra: ha rechazado pagar los sueldos de los funcionarios contratados por el Gobierno del islamista Ismail Haniya; los agentes que gestionaban los cruces fronterizos de Gaza tienen prohibido regresar a sus puestos de trabajo, aunque cobrar¨¢n su salario.
El Ejecutivo ha pretendido golpear a la red asistencial de Ham¨¢s en Cisjordania con la promulgaci¨®n de un decreto que establece la autorizaci¨®n previa de la Administraci¨®n a las ONG para que ¨¦stas puedan operar. Asimismo, el primer ministro se ha reunido con 800 imanes para advertirles de que no se tolerar¨¢ la incitaci¨®n a la violencia ni los mensajes pol¨ªticos desde las mezquitas. Es, para Ham¨¢s, un acoso llevadero.
Un problema grave lo tiene Abbas en su propia casa. El mandatario orden¨® el desarme de todas las milicias. Que los islamistas desobedezcan un decreto que consideran ileg¨ªtimo no es novedad. Pero el caos en Al Fatah persiste desde la muerte de Yasir Arafat. Su milicia, las Brigadas de los M¨¢rtires de Al Aqsa, se niega a entregar su arsenal y pide la dimisi¨®n de Fayad. "Estamos sorprendidos. Ignoraremos sus declaraciones de que la resistencia trae la miseria al pueblo palestino".
Una miseria a la que se acerca la franja. El combustible escasea, y el suministro de agua potable y el tratamiento de aguas negras est¨¢n al borde del colapso en algunos campos de refugiados. Sellada a cal y canto, miles de personas pasan semanas al sol en la frontera egipcia, en la terminal de Rafah, sin poder llegar a la franja. Apenas entran mercanc¨ªas. Un alto responsable de Naciones Unidas en Gaza asegura tajante: "Sin abrir la aduana de Karni, Gaza ser¨¢ una cat¨¢strofe. Lo dem¨¢s son tonter¨ªas. Con el cruce de Kerem Shalom no es suficiente. Por aqu¨ª s¨®lo entran pal¨¦s, no contenedores. Karni es la clave, y es una cuesti¨®n de voluntad pol¨ªtica. Si el presidente Abbas permite su apertura, no habr¨¢ problema. Ham¨¢s no va a oponerse a que la gestionen los agentes que estaban a su cargo". Karni va a ser la clave para el estrangulamiento econ¨®mico de la poblaci¨®n civil.
Porque el asedio militar a Gaza ya se ha recrudecido. Los ataques del Ej¨¦rcito israel¨ª son constantes en la franja. Desde finales de junio, los soldados han matado a una treintena de milicianos y algunos civiles. Ham¨¢s no tiene alternativa. Soportar¨¢ el chaparr¨®n que se avecina. "El tiempo no da marcha atr¨¢s", afirma el jefe del grupo parlamentario de Ham¨¢s, Salah al Bardauil. "Hemos demostrado tener mucha paciencia", se?ala el diputado islamista Mohamed Shihab. Y ahora tienen armas. Muchas armas.
En los cuarteles de la Seguridad Preventiva y de la Guardia Presidencial esperaban a recibir ¨®rdenes la ma?ana del 14 de junio. Pero s¨®lo escucharon un mensaje: luchar. Resulta que la gran mayor¨ªa de los l¨ªderes de Al Fatah que controlaban esos cuerpos policiales -Mohamed Dahlan y Rashid Abu Shabak, ahora ca¨ªdos en desgracia- se hab¨ªan fugado de la franja semanas antes. Desde hace meses era frecuente toparse en Gaza con soldados o agentes que rechazaban acudir a los llamamientos de sus jefes.
Los acuartelados se entregaron sin apenas bajas. Ham¨¢s se hizo con un arsenal que no esperaba y con todos los archivos de los servicios de inteligencia. Aseguran tener material muy comprometedor de infinidad de dirigentes de Al Fatah que eran espiados, e informaci¨®n sobre infinidad de operaciones de colaboraci¨®n con Israel.
"Ha sido una sorpresa por la cantidad y la calidad de las armas. Si las hubieran utilizado, podr¨ªan haber aguantado meses. Hab¨ªa equipos de espionaje muy modernos, y otros que no ten¨ªamos ni idea de c¨®mo utilizar. Nuestros ingenieros ya lo han averiguado", comenta Abu Obaida, portavoz militar de las Brigadas de Ezed¨ªn el Kassam, brazo armado de Ham¨¢s.Se hicieron con lanzagranadas m¨¢s manejables, chalecos antibalas, fusiles estadounidenses M-16, coches blindados, pistolas y munici¨®n a granel. "Antes una bala de Kal¨¢shnikov costaba 11 shekels (dos euros), ahora dos o tres. El mercado de armas se ha hundido y los t¨²neles de Rafah, v¨ªa del contrabando de todo material, funcionan a medio gas. Ya no es necesario", apuntan en Rafah.
La milicia de Ham¨¢s est¨¢ surtida. Y dispuesta a resistir. Un paso de esta envergadura -la toma del poder en el territorio ocupado- no lo suele dar en falso. Abu Obaida, portavoz de la milicia, ofrece un mitin nocturno en el campo de refugiados de Yabalia. Abbas ha llamado esa tarde "asesinos" a los dirigentes islamistas y cortado todo v¨ªnculo con el Gobierno de Haniya. Hay convocatoria a la salida del rezo. De noche, miles de ni?os, j¨®venes y adultos se acercan a escuchar al miliciano. Cala el mensaje de Ham¨¢s entre los chavales. Hay concentraciones a lo largo de toda la franja. Se queman retratos de Abbas junto a la secretaria de Estado de EE UU, Condoleezza Rice. "Hemos expulsado de Gaza a la pandilla criminal que s¨®lo defiende sus intereses y, tarde o temprano, haremos lo mismo en Cisjordania", clama Abu Obaida.
Jalil Nofal, uno de los m¨¢ximos dirigentes islamistas, augura altercados y represi¨®n en Cisjordania. Aunque, a su juicio, ello acarrear¨¢ m¨¢s desprestigio para Al Fatah. "Con su actual pol¨ªtica, no tiene futuro. El ¨¢rbol de ese partido no tiene ra¨ªces. Es muy dif¨ªcil que se recuperen", explica Nofal.
"Su estrategia est¨¢ lastrada por la debilidad que sufren desde que firmaron los Acuerdos de Oslo con Israel. En Cisjordania va a suceder lo mismo que sucedi¨® en Gaza. Atacar¨¢n las casas de nuestros dirigentes y a nuestros simpatizantes. Pero la gente se dar¨¢ cuenta de que los mafiosos intentar¨¢n imponer en Cisjordania lo que no pudieron hacer en Gaza. No somos tan fuertes como en la franja, pero tampoco tan d¨¦biles como ellos creen", prosigue el dirigente islamista.
De lo que no hay duda es que la demostraci¨®n de poder¨ªo de Ham¨¢s repercutir¨¢ en un proceso de paz cuyo arranque se anuncia tantas veces como su interrupci¨®n. Comienzan a sonar voces en Israel que cuestionan la capacidad del presidente Abbas para hacer cumplir un eventual pacto.
?C¨®mo podr¨ªa imponer el acuerdo a Ham¨¢s? Contemplan ya en Al Fatah convocar nuevas elecciones presidenciales y legislativas. Conf¨ªan en que el chorro de dinero que la UE y Estados Unidos aportan al Gobierno de Fayad ayude a recuperar parte del apoyo popular perdido. Pero, ?c¨®mo convocar los comicios? "Las decisiones de un Gobierno ileg¨ªtimo son ileg¨ªtimas. ?Que vengan a Gaza a poner las urnas!", advierte Nofal. El misil sigue su curso, un poco m¨¢s lejos de tierra.
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