"Si aqu¨ª no hay clientes, iremos a otros sitios"
Las prostitutas de la Casa de Campo amenazan con trasladarse si el cierre del tr¨¢fico las perjudica
Domingo, dos de la madrugada. En un conocido restaurante de la Casa de Campo, un grupo multitudinario de personas celebra un banquete de boda. Suenan petardos y m¨²sica de fiesta. Unos 50 metros en direcci¨®n al lago un grupo de mujeres se coloca en fila. Est¨¢n apostadas junto a los coches. Visten minifaldas y zapatos altos. Son prostitutas que intentan captar alg¨²n cliente. Aseguran que el negocio ha bajado. Hay mucha polic¨ªa que no para de solicitarles la documentaci¨®n y de acosar a los eventuales clientes que se acercan a ellas. Todas ignoran que a partir de hoy se cierra al tr¨¢fico este pulm¨®n verde de la ciudad. Se miran preocupadas. "Si aqu¨ª no hay clientes, iremos a otros sitios", afirman las afectadas casi al un¨ªsono.
La mayor¨ªa de las meretrices confiesa que desconoce o que no se cree las restricciones
"La polic¨ªa nos pide la documentaci¨®n cada dos por tres para molestar", se quejan
Mar¨ªa es portuguesa, tiene 39 a?os y lleva 20 en Espa?a. Tiene dos hijos. Ejerce la prostituci¨®n desde hace unos seis a?os, cuando se separ¨® de su marido. "Desde que empezaron los cortes en la Casa de Campo, nuestro trabajo ha ido de mal en peor. Hemos perdido muchos clientes", asegura con un acento caracter¨ªstico.
Primero empez¨® junto a las pistas deportivas que hay junto al lago, pero poco a poco tuvo que marcharse hacia la avenida de Portugal. "Como nos hemos movido tanto, los clientes no saben ni d¨®nde buscarnos. Y eso que cada una tiene sus fijos", a?ade Mar¨ªa. "Desde luego, no se dan cuenta de que nosotras vamos a seguir trabajando. Ser¨¢ aqu¨ª o en otro lugar, pero si nos incordian mucho, habr¨¢ que irse. Puede ser incluso el centro de la capital o donde sepan nuestros clientes que estamos", remata.
Seg¨²n han aumentado los cortes, muchas meretrices se han largado de la Casa de Campo. Optaron por zonas m¨¢s tranquilas como la entrada de Alcal¨¢ de Henares o la colonia Marconi. Otras volvieron a sus pa¨ªses. "Lo que tendr¨ªan que hacer es legalizarnos. Hay hombres y chavales que no tienen pareja y necesitan estar con una mujer. Aqu¨ª ya saben a d¨®nde pueden venir", concluye Mar¨ªa.
La decena de mujeres a las que pregunt¨® este peri¨®dico la madrugada del domingo desconoc¨ªan que a partir de hoy la Casa de Campo no tendr¨¢ coches. Todas se preocuparon y afirmaron que se marchar¨¢n a otros sitios. "Pero, ?eso es cierto? ?No va a pasar ning¨²n coche m¨¢s por aqu¨ª", no paraban de preguntar con gran inquietud. "Los que han decidido eso no se dan cuenta de que tenemos nuestros gastos y que tenemos que pagar una casa", explica Mijaela, una rumana de 20 a?os.
El panorama que se viv¨ªa ayer en la Casa de Campo era llamativo. Las mujeres estaban repartidas junto al lago y en los alrededores de los restaurantes m¨¢s conocidos del recinto. Muchas se apostaban en medio de la carretera con la intenci¨®n de captar a sus clientes. Las hay de muchas nacionalidades. De repente salen de la oscuridad tras unos enormes ¨¢rboles. Al ver que los conductores no paran salen corriendo para evitar ser atropelladas.
La mayor¨ªa comparten el horario. En invierno suelen llegar alrededor de las seis de la tarde y aguantan hasta la medianoche. "En Madrid hace mucho fr¨ªo en esos meses como para estar m¨¢s tiempo. Adem¨¢s, a partir de esas horas ya no vienen clientes y es una p¨¦rdida de tiempo estar m¨¢s aqu¨ª", asegura Daniela, una mujer rumana que lleva nueve meses en Espa?a y siempre se ha dedicado a la prostituci¨®n. En verano, por contra, retrasan su horario. Empiezan a trabajar alrededor de las diez de la noche y esperan hasta que amanece y comienza a funcionar el metro. El precio de los servicios oscila entre los 20 y los 25 euros, seg¨²n lo que requiera el cliente. "Todas cobramos lo mismo", afirma Mar¨ªa.
Todas aseguran que los d¨ªas de m¨¢s trabajo son de lunes a jueves. Los fines de semana, con la apertura hasta tarde de los restaurantes y de los chiringuitos de la Casa de Campo, no resulta "rentable". "Tenemos una media de siete u ocho clientes cada noche, aunque suele variar", a?ade Manuelle (nombre ficticio), una rumana de 20 a?os que ejerce la prostituci¨®n en Espa?a desde hace tres a?os. En los ¨²ltimos tres meses ha estado en Madrid. Reconoce que en la Casa de Campo tiene m¨¢s trabajo que en otros lugares donde ha estado, pero no le gusta el ambiente de la capital.
Las mujeres se quejan del acoso al que les somete la polic¨ªa. La madrugada del s¨¢bado la intensidad de los registros de los agentes locales era enorme. Una decena de funcionarios pusieron un control en la rotonda que une los paseos de Puerta del ?ngel y del Embarcadero, junto al lago. Paraban a todos los automovilistas que iban acompa?ados con una mujer que pudiera ser prostituta. Le obligaban a meterse en un recinto con conos y le ped¨ªan la documentaci¨®n suya y la del veh¨ªculo.
"Eso nos lo hacen sobre todo los viernes y los s¨¢bados. No nos dejan estar en paz. Nos piden la documentaci¨®n cada dos por tres para molestarnos. Muchas veces no podemos ni trabajar", protesta una mujer, que prefiere no dar su nombre.
Junto a la glorieta de la Puerta de Morera, la situaci¨®n es peor. Las prostitutas, calzadas con llamativas botas blancas, se entremezclan con los clientes que salen de un bar terraza. A unos 20 metros, dos agentes de paisano del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa identifican a un grupo de hombres que van en un Renault Megane blanco. Se hab¨ªan parado junto a dos chicas en la salida hacia la M-30 sur.
Cuando cierran los bares que hay junto al lago, alrededor de las dos de la madrugada, la polic¨ªa impide seguir la circulaci¨®n hacia esta zona. Los conductores tienen que dar la vuelta frente a la estaci¨®n de metro. A esa hora, muchas mujeres se colocan en el paseo de Puerta del ?ngel. Mientras, los clientes, escasos por ser festivo, no dejan de pasar muy despacio junto a las prostitutas. Es otra noche de trabajo en la Casa de Campo.
1.722 hect¨¢reas con menos humo
Las 1.722 hect¨¢reas que tiene la Casa de Campo (unos 313 campos de f¨²tbol) se librar¨¢n a partir de hoy de los humos que vierten los 50.000 coches que han circulado a trav¨¦s de este pulm¨®n verde. Tan s¨®lo quedar¨¢n abiertas las calzadas que permitan la entrada al Parque de Atracciones, al Zool¨®gico, al Telef¨¦rico, a las instalaciones deportivas y a la zona recreativa del lago. El resto, entre ellas las entradas por la Puerta de Rodajos, se quedar¨¢n sin coches.
Los cortes de tr¨¢fico se hacen ahora, seg¨²n explic¨® el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, por tres motivos. Uno, el final de la reforma de la M-30. Dos, la construcci¨®n del t¨²nel de la avenida de Portugal. Tres, la conclusi¨®n del juicio del 11-M, que se ha estado celebrando en un pabell¨®n de los Recintos Feriales.
El problema, adem¨¢s de para las prostitutas, que temen quedarse sin clientes, lo tendr¨¢n los vecinos de Pozuelo de Alarc¨®n y de Boadilla del Monte. Utilizan la Puerta de Rodajos para atravesar el pulm¨®n verde y llegar a la capital.
Su enorme extensi¨®n lo convierte en el parque m¨¢s grande. Era el jardin privado de Felipe II. Cada d¨ªa pasan por este espacio unas 72.000 personas, que disponen de un circuito de bicicletas con una longitud de 11,5 kil¨®metros. Entre los animales que la pueblan destacan las liebres, los conejos, las ardillas, las urracas, las cotorras y las palomas.
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