Fundamentalismo laico
Dec¨ªa monsieur Aaron en los a?os sesenta, en un alarde de empathie raro en ¨¦l, que los turcos y los jud¨ªos ¨¦ramos dos pueblos no comprendidos. No s¨¦ lo de los jud¨ªos, pero yo, despu¨¦s de vivir medio siglo en Occidente, y de leer y escuchar todo lo que se ha dicho sobre Turqu¨ªa y los turcos, empiezo a darle la raz¨®n.
Estoy en parte de acuerdo con las opiniones de la se?ora Mu?oz y de los se?ores Elorza y Vega, pero me gustar¨ªa insistir en la dimensi¨®n hist¨®rica de ese fundamentalismo laico. No voy a remontarme hasta el hombre enfermo de Europa (mire por donde, ya en el siglo XIX se consideraba Europa al Imperio otomano); en los a?os cincuenta, los intelectuales se quejaban de que las reformas kemalistas -como gustan de llamarlas los franceses- hab¨ªan sido demasiado r¨¢pidas y radicales. Aqu¨ª hay que hablar de las tan tra¨ªdas urgencias hist¨®ricas: despu¨¦s de siglos de oscurantismo debido a la arabizaci¨®n de la lengua turca y el integrismo isl¨¢mico -causas principales para nosotros del hundimiento del imperio-, hab¨ªa que hacer una cirug¨ªa radical (lo cual explica tambi¨¦n la reacci¨®n epid¨¦rmica de los militares e intelectuales hacia todo lo isl¨¢mico). Es comprensible que esas reformas no fueran asimiladas enteramente por el pueblo. ?ste aceptaba todo lo que ven¨ªa de Ataturk, dado su extraordinario carisma -cada vez que Ataturk encontraba resistencia en Ankara a algunas de sus reformas dec¨ªa "entonces voy al pueblo"-.
Al morir Ataturk se acab¨® el hechizo. Cuando, en el a?o 50, se celebraron las primeras elecciones pasablemente democr¨¢ticas, sopl¨® entre los j¨®venes turcos un aire fresco de esperanza y optimismo, pero por la misma ventana entr¨® tambi¨¦n el verde, color tradicional del islam que en Turqu¨ªa consideramos el color del integrismo. Y el pueblo llano, generalmente analfabeto, empez¨® a murmurar: "Hemos perdido a nuestro Dios, hemos perdido nuestra fe". El resto ya lo conocen.
Ahora se suele presentar el problema como un concurso de europe¨ªsmo: ?qui¨¦n lo es m¨¢s, qui¨¦n lo es menos? Por lo menos en teor¨ªa, no debe haber incompatibilidad entre ser musulm¨¢n y anhelar Europa (lo hicimos desde 1923... ).
Felicito al se?or Vega por su entusiasmo. (?Ojal¨¢ pudiese compartirlo!).
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