IRPF, fraude y distribuci¨®n

Dec¨ªa Benjamin Franklin que "no hay nada tan cierto en este mundo como la muerte y el pago de impuestos". Si 250 a?os despu¨¦s Franklin pasara por aqu¨ª, no podr¨ªa decir ese aserto con tanta seguridad.

Esto viene a cuento porque, concluido ya el plazo de ajustar cuentas con la hacienda p¨²blica, conviene consultar las estad¨ªsticas y hacer algunas reflexiones sobre el tema: seg¨²n la Encuesta de Poblaci¨®n Activa (EPA) del primer trimestre de 2007, en este pa¨ªs hay unos veinte millones de trabajadores; de ¨¦stos, 16,5 millones son asalariados, y el resto, empresarios, aut¨®nomos, trabajadores por cuenta propia u otra actividad de car¨¢cter libre.

Seg¨²n datos de la Agencia Tributaria referidos a 2003, los primeros declararon unas rentas medias de 17.624 euros y los segundos no llegaban a 12.000. ?Alguien se puede creer que un asalariado gane casi un 40% m¨¢s que su patr¨®n o su dentista? Estos ¨²ltimos datos, antes, se hac¨ªan p¨²blicos para verg¨¹enza y escarnio de quienes se dieran por aludidos; despu¨¦s, con el PP en el Gobierno, se dejaron de publicar (incluso recuerdo un rifirrafe en el Congreso entre el diputado socialista se?or Fern¨¢ndez Marug¨¢n y el se?or Rato, a la saz¨®n ministro del ramo, por ese motivo). Ser¨ªa, digo yo, para evitar, tambi¨¦n, la verg¨¹enza y el escarnio de los que consienten -los responsables de Hacienda- que esta situaci¨®n se mantenga. ?D¨®nde est¨¢ ese "principio de igualdad" que, seg¨²n el padre de la econom¨ªa moderna, Adam Smith, deb¨ªa primar con respecto a los impuestos en los Estados de derecho?

Por otra parte, seg¨²n datos de la OCDE de estas ¨²ltimas semanas -publicados en este peri¨®dico-, de 1995 a 2005, los salarios han perdido el 4% de poder adquisitivo; por el contrario, de 1999 a 2005, los beneficios empresariales han crecido un 73%.

Conclusi¨®n: en este pa¨ªs que lleva diez a?os creciendo por encima de la media europea y es la octava potencia mundial, la tarta no s¨®lo no se reparte de forma equitativa, sino que los m¨¢s pobres son m¨¢s pobres y contribuyen m¨¢s a los costos del Estado, y los menos se forran descaradamente y encima no pagan todo lo que deber¨ªan pagar, y esto es la peor de las injusticias.

Sabido es que a Al Capone no se le meti¨® en la c¨¢rcel por criminal mafioso, sino por no pagar impuestos. A ver si copiamos de los norteamericanos lo mucho bueno que tienen y no las horteradas. y tambi¨¦n aqu¨ª se persigue a los defraudadores como lo que son, delincuentes comunes.