El autor que Avi?¨®n buscaba desde hace 60 a?os

El Festival de Avi?¨®n, en 60 a?os de historia, ha tenido su gran fundador-director en la persona de Jean Vilar, ha conocido momentos m¨¢gicos de gloria para los actores -de G¨¦rard Philipe a Vittorio Gassman-, ha consagrado directores entonces j¨®venes como Patrice Ch¨¦reau, Georges Lavaudant o Ariane Mnouchkine y que luego se han hecho c¨¦lebres, o ha presentado espect¨¢culos que son hitos, referencias obligadas de la historia del teatro, ya sea un m¨ªtico y cl¨¢sico Le Cid, la experiencia casi m¨ªstica del Mah?bh?rata de Peter Brook en 1985 o el prodigio venido del m¨¢s all¨¢ que supuso descubrir Les Aveugles de Maeterlink en la puesta en escena de Denis Marleau.

Pero en esos 60 a?os Avi?¨®n no ha logrado asociarse, de manera indiscutible, a un autor. Esta edici¨®n 2007 apuesta por ellos, por los autores, ya sea adapt¨¢ndolos a la escena -el caso de C¨¦line-, proponiendo nuevas lecturas de grandes textos -el caso Genet- o insistiendo en el estreno del dif¨ªcil Val¨¨re Novarina.

La insistencia en Novarina tiene premio. Su L'Acte inconnu, presentado ante la platea repleta -2.000 personas- de la Cour d'honneur del palacio papal, nos ha ofrecido momentos de gran teatro, de emoci¨®n, de humor, destellos de poes¨ªa y locura. En 23 a?os Novarina ha sido el invitado de Avi?¨®n en ocho oportunidades. En 1986, con Drame de la vie, tuvo detractores y defensores entusiastas, es decir, se benefici¨® de la polarizaci¨®n que comporta la pol¨¦mica. Esta vez ha habido decepcionados pero tambi¨¦n la mayoritaria constataci¨®n de que el trabajo del dramaturgo -y director- tiene coherencia, sentido y grandeza.

Novarina re¨²ne cuatro obras en una. Abre con una explosi¨®n verbal que cuenta una historia del mundo tan absurda como la del mundo real -"Somos los s¨®lidos utaplanos: invirtiendo en nuestras propias conclusiones asistimos impotentes a la disoluci¨®n de todos nuestros argumentos"-, sigue luego una consideraci¨®n m¨¢s abiertamente cr¨ªtica sobre la conflictiva relaci¨®n entre lenguaje y pol¨ªtica -"Nuestro futuro es vuestro porvenir. Dadnos vuestro presente. Su dinero me interesa"- para abordar en su tercera parte el origen del hombre y su secreto -"Hombre y mujer est¨¢n al abrigo cerca de la roca de sombra. Al abrigo del lenguaje"- y todo termina -"La invenci¨®n del hombre es la muerte" dice uno. "No, justo lo contrario" le responde otro- con algo que se asemeja a una "alegr¨ªa sin raz¨®n y una desesperaci¨®n sin motivo".

Novarina prescinde de toda filosof¨ªa y toda acci¨®n. Sus duelos verbales -o sus soliloquios- ponen la obra en el dif¨ªcil equilibrio de un texto que se sostiene s¨®lo por la magia de palabras y conceptos y por el talento de los actores. Estos son espl¨¦ndidos, el texto fatiga a veces pero logra mantenerse en la maroma durante casi dos horas y media. Un prodigio.

No puede decirse lo mismo de Norden, la adaptaci¨®n en alem¨¢n que Frank Castorf ha hecho de la novela Nord, de Louis-Ferdinand C¨¦line. La incontinencia verbal del novelista, su interminable lucidez y mala fe, no se han convertido en un texto dram¨¢tico sino en una mera sucesi¨®n de Apocalipsis, como una sinfon¨ªa hecha s¨®lo de compases finales. Insoportable a pesar del talento de los actores de la Volksb¨¹hne berlinesa. ?C¨¦line es un autor inadaptable? Romeo Castellucci tambi¨¦n se estrell¨® en la aventura en 1999.

Les paravents de Jean Genet han tenido mejor suerte. Fr¨¦deric Fisbach ha rele¨ªdo la obra con la ayuda de unas marionetas japonesas, una versi¨®n personal de la famosa distanciaci¨®n brechtiana. El espect¨¢culo tarda en arrancar pero cuando actores y mu?ecos comienzan a convivir, a mezclarse, el resultado es excelente.

?Val¨¨re Novarina es el futuro cl¨¢sico descubierto y por fin consagrado por Avi?¨®n? Nadie puede decirlo, entre otras cosas porque, de momento, s¨®lo el propio autor parece capaz de montar sus textos. La Com¨¨die Fran?aise ya lo ha incluido en su repertorio. L'acte inconnu, que tiene prevista gira por Par¨ªs, Ginebra, Winterthur, Mil¨¢n y numerosas ciudades de la provincia francesa, merecer¨ªa despertar la curiosidad de otros pa¨ªses y directores.