La vejez como espect¨¢culo
Sobre Long Life, el montaje del Nuevo Teatro de Riga que acaba de presentarse dentro del marco del Grec, su director, Alvis Hermanis, comenta: "Es una pieza muy aburrida en el mismo sentido que puede serlo una obra de Marcel Proust o la m¨²sica sinf¨®nica". Discrepo. De aburrida, nada. Sus cinco int¨¦rpretes llegan a cotas de hilaridad mucho m¨¢s cercanas a una Rue del Percebe en horizontal que, desde luego, a Proust. Todo son puntos de vista, pero el p¨²blico que asisti¨® a la funci¨®n de estreno en el Lliure se ri¨® con ganas y m¨¢s de uno, entre los que me cuento, acab¨® llorando de pura risa.
Long Life habla sobre la vejez, un colectivo impopular y discriminado que, en justa compensaci¨®n, cuenta con una mirada generalizada de extrema correcci¨®n pol¨ªtica. No cabe re¨ªrse de un anciano al que le cuesta levantarse de la cama porque se le ha agarrotado la pierna a causa de la artrosis, por ejemplo, por mucho que la escena en s¨ª pueda tener su gracia. Alvis Hermanis juega, y c¨®mo, con esta dualidad: por un lado, nos presenta a cinco jubilados (los int¨¦rpretes son j¨®venes pero est¨¢n caracterizados y hacen de viejos) desde el lado m¨¢s tierno y compasivo, pero al mismo tiempo, los caricaturiza y ah¨ª es cuando la contenci¨®n del espectador y el respeto por aquellos en quienes, en el mejor de los casos, acabaremos convirti¨¦ndonos todos, estallan en carcajada.
En algo m¨¢s de hora y media, sin pausas y sin palabras (m¨¢s all¨¢ de alg¨²n balbuceo), Long Life nos explica un d¨ªa entero en la vida de unos jubilados que viven en apartamentos comunitarios en la capital de Letonia. Junto con la recreaci¨®n pormenorizada de estas vidas por parte de unos int¨¦rpretes estupendos, destaca la ambientaci¨®n no menos detallista de las viviendas. Es un espect¨¢culo que da para re¨ªr y para pensar.
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