Freire, el pianista tranquilo

Hay pianistas que parecen buscar la fama desesperadamente. Otros, sin embargo, llegan al ¨¦xito sin agobios ni servilismos. Simplemente, viven la m¨²sica con absoluta naturalidad, cualidad cada vez m¨¢s rara de ver en un mercado que fabrica estrellas de usar y tirar a velocidades de v¨¦rtigo.

La naturalidad define el estilo y la personalidad del pianista brasile?o Nelson Freire (Brasil, 1944), que llen¨® de felicidad al p¨²blico, m¨¢s bien escaso, que el pasado viernes no quiso perderse su recital en el Auditori en el marco del I Festival de Piano de Barcelona, que finalizar¨¢ el 15 de julio despu¨¦s de haber ofrecido siete conciertos.

Da gusto ver tocar tan bien el piano sin poses ni artificios. Hay tanto pianista hist¨¦rico, exc¨¦ntrico y hura?o suelto -algunos incluso re¨²nen las tres cualidades- que ver a Nelson Freire ante el teclado, con una sonrisa franca, dispuesto a compartir la felicidad de hacer m¨²sica, no tiene precio.

Da gusto ver tocar tan bien el piano, sin poses ni artificios, sino con una sonrisa franca

Abri¨® el programa con Dos corales de Bach / Busoni en los que, sin perder el rigor de la arquitectura sonora, exhibi¨® un sonido claro, de gran belleza y calidez. Sigui¨® el recital con una soberbia obra de Ludwig van Beethoven, la Sonata n¨²m 21, op. 53, Waldstein, fraseada con un gusto exquisito, con ¨ªmpetu y brillantez, pero sin el m¨¢s m¨ªnimo atropello.

No es un pianista obsesionado por la perfecci¨®n t¨¦cnica ni por el refinamiento de post¨ªn. Por eso, su toque resulta tan fresco, tan natural, tan comunicativo.

La segunda parte del recital estuvo integrada por el intenso Preludio, coral y fuga de C¨¦sar Franck, los jugosos Children's corner, de Claude Debussy, en los que jug¨® con los m¨¢s exquisitos colores y ritmos, y, como traca final, 'Evocaci¨®n' y 'Navarra', dos brillantes piezas de Iberia, la obra cumbre de Isaac Alb¨¦niz y una de las partituras m¨¢s dificiles y deslumbrantes del repertorio pian¨ªstico de todos los tiempos.

En estas dos piezas de Alb¨¦niz, Nelson Freire exhibi¨® colores exuberantes, din¨¢micas siempre bien calibradas y un fraseo con el punto justo de pasi¨®n y arrebato.

Ante los merecidos bravos y aplausos que se oyeron en el Auditori, el pianista brasile?o, siempre tranquilo y feliz, sin excesos, obsequi¨® al respetable con piezas de su compatriota Heitor Villa-Lobos y el catal¨¢n Frederic Mompou.

Sencillamente, un gran recital de un inmenso pianista que vive la m¨²sica sin perder nunca la calma.