El tornado Sarkozy
Apoyado en la ret¨®rica de la persuasi¨®n, Nicolas Sarkozy consigui¨® el lunes que los 12 pa¨ªses que est¨¢n en el euro, el Eurogrupo, acepten que la econom¨ªa francesa cumplir¨¢ el objetivo del equilibrio presupuestario el a?o 2012, en lugar de 2010, como establecieron los ministros de Econom¨ªa y Finanzas el pasado abril. Sarko arras¨® con dos frases contundentes: Francia pretende "una aplicaci¨®n inteligente del Pacto de Estabilidad" y su Gobierno promover¨¢ "un programa de reformas sin precedentes".
Por ahora, s¨®lo son palabras; la ¨²nica reforma sustancial que se aprecia en las propuestas del nuevo presidente de Francia tiene bastantes precedentes y consiste en rebajar la imposici¨®n directa francesa en el equivalente a 11.000 millones de euros. Pero el gesto es evidentemente pol¨ªtico. Hace valer el peso de su pa¨ªs en la UE y pretende enviar un mensaje de liderazgo en Europa, entre otras con su presencia inusual para un jefe de Gobierno en una reuni¨®n del Ecofin. Sarkozy arranc¨®, por otra parte, el apoyo de los europeos a la candidatura del socialista franc¨¦s Dominique Strauss-Kahn como director gerente del FMI en sustituci¨®n de Rodrigo Rato.
Si es una cuesti¨®n de demostrar iniciativa pol¨ªtica y ocupar parcelas de poder, pocos dudar¨¢n hoy de que Sarkozy lo est¨¢ haciendo muy bien. Maneja con firmeza los criterios pol¨ªticos -los intereses de la econom¨ªa francesa est¨¢n muy por encima de los objetivos comunitarios- y el europeo que debe sentarse en el sill¨®n del FMI tiene que ser franc¨¦s. Una ventaja de esta firmeza en los criterios pol¨ªticos b¨¢sicos es que quiz¨¢ Sarkozy no permitir¨ªa una dimisi¨®n con tintes tan personales como la de Rato. El precio obvio al despliegue de persuasivo nacionalismo franc¨¦s es que el Pacto de Estabilidad y la homogeneizaci¨®n econ¨®mica que significa resultan moment¨¢neamente da?ados.
Mientras Sarkozy avasallaba en Bruselas con su ret¨®rica, los responsables de la zona euro decid¨ªan institucionalizar las conversaciones previas a la reuni¨®n de los ministros de Econom¨ªa de la UE (Ecofin). Existe un argumento de peso en favor de tales encuentros, puesto que se supone que los pa¨ªses del euro tienen sus propios problemas que resolver y proyectos comunes que promover, al margen de los intereses de, por poner dos ejemplos significativos, Reino Unido o Polonia. ?ste puede ser el primer paso de la Europa a dos velocidades. En la primera, estar¨ªan los pa¨ªses del euro; en la segunda, los pa¨ªses que se empe?en en obstaculizar la uni¨®n pol¨ªtica y econ¨®mica.
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