El p¨²blico
Milos Forman me dijo en una entrevista que entre la dictadura pol¨ªtica y la dictadura del p¨²blico prefer¨ªa la presi¨®n de ese monstruo de mil cabezas que es el espectador. Sab¨ªa lo que dec¨ªa, ¨¦l hab¨ªa vivido en un pa¨ªs en el que el cine gozaba de protecci¨®n siempre y cuando se realizara en sinton¨ªa con la ideolog¨ªa imperante. Lo sabemos, el p¨²blico es veleidoso, se deja llevar por las modas, en ocasiones elige lo m¨¢s hortera, no siempre se decanta por la excelencia. Pero, por desgracia, al p¨²blico no se le puede culpar de nada. Al fin y al cabo, todos, escritores, cineastas, m¨²sicos, etc¨¦tera, trabajamos en la industria del entretenimiento. As¨ª ha sido desde que el hombre, como consecuencia de una peculiaridad cerebral que le diferenciaba del resto de los animales, sinti¨® el gusto de contar historias y de escucharlas.
Leo y oigo reivindicaciones que provienen del mundo del cine, se habla de leyes, de la necesidad de tener presente a los actores, se piden cuotas femeninas en un sector en el que la mujer est¨¢ infrarrepresentada, se exigen cuotas de pantalla y se transmite el miedo a ser engullidos por el gran elefante americano. Todo eso es l¨®gico. En un arte tan costoso hay pa¨ªses como el nuestro que necesitan una protecci¨®n extra del Estado.
Pero entiendo que siempre se nos olvida (no me considero ajena a ese mundo) citar el factor fundamental, el que m¨¢s deber¨ªa interesarnos, el que deber¨ªa quitarnos el sue?o: la sinton¨ªa con el bendito p¨²blico. No se puede dar la sensaci¨®n al espectador de que s¨®lo se tiene boca para pedir. Al cine espa?ol se le dedica un tiempo precioso en los medios de comunicaci¨®n, en ocasiones sustituyendo al dinero que las productoras deber¨ªan gastarse en publicidad. Conocemos a los actores, los queremos, estamos al tanto de sus trabajos. Pero por alguna raz¨®n, luego, el espectador no se sienta en la butaca. Culparlo es arrogante, porque no siempre ese espectador es un ga?¨¢n, a veces es m¨¢s cultivado que el artista y simplemente est¨¢ pidiendo algo que merezca la pena ver. Lo que no funciona es la falta de humildad. Ese aferrarse a la vieja cantinela: "?Tambi¨¦n los americanos hacen pel¨ªculas mal¨ªsimas!". Bien, ?y?
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