Kouchner, Blair y la carta de la discordia
El desconcierto, la confusi¨®n y el malestar que rodean la carta abierta dirigida por 10 ministros de Exteriores europeos a Tony Blair, inst¨¢ndole a romper con los par¨¢metros negociadores seguidos hasta ahora en el conflicto israelo-palestino, se vieron acrecentados ayer con informaciones aparentemente contradictorias sobre los signatarios de la misiva y la presunta ambici¨®n de Blair de asumir funciones negociadoras de m¨¢s calado que las otorgadas por el Cuarteto (EE UU, UE, Rusia y ONU)
La carta, publicada como tribuna de opini¨®n el martes por EL PA?S, sac¨® de sus casillas a Javier Solana, que busc¨® paralelismos con la que en 2003 suscribieron ocho l¨ªderes europeos a favor de la invasi¨®n de Irak, misiva que entonces ahond¨® la fractura de la UE ante aquella crisis. El coordinador de la pol¨ªtica exterior com¨²n reprocha a los signatarios, encabezados por el franc¨¦s Bernard Kouchner y por el espa?ol Miguel ?ngel Moratinos, que no hubieran aprendido la lecci¨®n y que, despreciando los canales regulares, recurrieran a la diplomacia del altavoz para presentar sus puntos de vista.
Ayer en Lisboa fuentes del Ministerio luso de Exteriores declararon a una emisora de radio que su ministro, Luis Amado, no hab¨ªa suscrito la carta mientras que ante el Parlamento Europeo en Estrasburgo, su secretario de Estado para Asuntos Europeos, Manuel Lobo Antunes, aseguraba que Amado la hab¨ªa firmado en su calidad de ministro, pero no como presidente de turno de la UE. La explicaci¨®n de la aparente contradicci¨®n estriba en que el documento no fue rubricado sino endosado verbalmente por los ministros, que aparec¨ªan como signatarios en los diarios.
Antunes se deshizo en la Euroc¨¢mara en elogios hacia Blair, en coherencia con la posici¨®n que mantienen otros de los signatarios. Entre ellos, y en nombre del hiperactivo Nicolas Sarkozy, un Kouchner que redact¨® la misiva presentada a los dem¨¢s en la reuni¨®n informal que los ministros mediterr¨¢neos mantuvieron la semana pasada en la costera Portoroz (Eslovenia). El italiano Massimo d'Alema la apoy¨® sin que lo supiera su jefe de Gobierno, Romano Prodi. Al hacer recomendaciones a Blair que trascienden con mucho el mandato que le otorg¨® el Cuarteto, los signatarios revelan su deseo de que el ex primer ministro asuma responsabilidades pol¨ªticas de calado en su misi¨®n, ambici¨®n que ¨¦l mismo ha hecho flotar indirectamente a trav¨¦s de fuentes diplom¨¢ticas. EE UU no acepta el envite y en Bruselas se considera que dar m¨¢s atribuciones a Blair antes de que haya empezado a trabajar equivale a comenzar la casa por el tejado.
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