Un precio demasiado alto para Hezbol¨¢
Hezbol¨¢ se lame las heridas de lo que su l¨ªder, el jeque Hassan Nasral¨¢, calific¨® de "victoria divina sobre el enemigo sionista". Pese a que en su televisi¨®n, Al Manara, s¨®lo se escuchan odas a las "acciones heroicas" y se ven tanques destrozados, el grupo chi¨ª est¨¢ peor que antes del 12 de julio. Nasral¨¢ confes¨® hace unos meses: "De haber sabido la respuesta israel¨ª, no hubi¨¦ramos llevado a cabo la operaci¨®n". La primera secuela para ¨¦l y su jefe militar, Imad Mugniy¨¢, es que siguen en la clandestinidad, como si la guerra no hubiera acabado. El espionaje militar israel¨ª ha creado un departamento que tiene como ¨²nica misi¨®n seguir a Nasral¨¢ y a otros "enemigos de primer nivel" para, en el caso de que se decida, matarle en el acto.
Pese a haber resistido a la poderosa maquinaria b¨¦lica israel¨ª, Hezbol¨¢ puede adjudicarse tambi¨¦n nefastos resultados. Desde el punto de vista militar, han perdido a unos 600 milicianos (de la fuerza regular, con experiencia y dominio de las armas). El proceso de reclutamiento de nuevos efectivos le est¨¢ resultando m¨¢s dif¨ªcil de lo esperado. Para colmo, tras la tregua y la resoluci¨®n 1701, 15.000 soldados libaneses y 12.000 de la Fuerza Interina de Naciones Unidas (Finul) patrullan el sur del pa¨ªs, en la frontera con Israel. Hezbol¨¢ empieza a irritarse con la vigilancia de estos soldados, en particular de los espa?oles, que cumplen su misi¨®n con eficacia. Para los guerrilleros chi¨ªes, los m¨¢s "c¨®modos" son los contingentes indio e indonesio. Antes de la guerra, esa zona era "Hezboland" dentro de L¨ªbano. Ahora, la milicia islamista se abstiene de exhibir su poder¨ªo al sur del r¨ªo Litani y ya no puede vigilar desde las colinas los movimientos israel¨ªes al otro lado de la frontera.
El ataque de Hezbol¨¢ y la contraofensiva israel¨ª han disminuido el apoyo social a la milicia. Nasral¨¢ prometi¨® pagar 9.000 euros a cada familia que se qued¨® sin casa por los bombardeos israel¨ªes. Un a?o despu¨¦s, muchos contin¨²an esperando. Tras la guerra, Hezbol¨¢ se retir¨® del Gobierno del prooccidental Fuad Siniora y exigi¨® m¨¢s protagonismo para los chi¨ªes. En las ¨²ltimas semanas, intenta volver al Ejecutivo por la puerta de atr¨¢s.
Su arsenal, en cambio, se incrementa gracias al suministro de Siria e Ir¨¢n, como reconoci¨® el propio Nasral¨¢ cuando, el 8 de febrero, el Ej¨¦rcito liban¨¦s confisc¨® un cami¨®n lleno de Katiushas procedente de Damasco.
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