Problema de credibilidad

Tengo curiosidad por ver c¨®mo pone fin Javier Arenas al culebr¨®n del recurso de inconstitucionalidad interpuesto por el Consejo de Gobierno de la Generalitat valenciana contra el Estatuto de Autonom¨ªa para Andaluc¨ªa.

Es verdad que no ha sido Francisco Camps el primer presidente de comunidad aut¨®noma que recurre ante el Tribunal Constitucional la reforma estatutaria andaluza, ya que, como es sabido, el Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura, a propuesta de su entonces presidente, Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra, se le adelant¨® hace unas semanas. Pero no lo es menos, que para Manuel Chaves el recurso interpuesto por su colega extreme?o no representa desde un punto de vista pol¨ªtico ning¨²n problema, mientras que para Javier Arenas el recurso interpuesto por su colega valenciano s¨ª lo es.

El PSOE tiene una trayectoria tan clara, tan inequ¨ªvoca, en lo que a la reforma de los Estatutos de Autonom¨ªa se refiere, que no necesita gastar ni un minuto para convencer a la opini¨®n p¨²blica de que el recurso promovido por Rodr¨ªguez Ibarra es una an¨¦cdota sin trascendencia. Es ciertamente una incoherencia, pero una incoherencia menor, que, adem¨¢s, viniendo de quien viene, ya no causa ni sorpresa. De cara a las pr¨®ximas elecciones auton¨®micas, el coste del recurso extreme?o es nulo para el PSOE.

Al PP le ocurre lo contrario. Su trayectoria en todo lo relativo a las reformas estatutarias no ha podido ser m¨¢s incoherente. En especial en lo que a la reforma andaluza se refiere, ya que, como es sabido, el PP se estuvo oponiendo hasta el final, tanto en el Parlamento de Andaluc¨ªa como en las Cortes Generales, a la tramitaci¨®n de la reforma andaluza y se incorpor¨®, porque no tuvo m¨¢s remedio, en el ¨²ltimo minuto. Incluso en la campa?a del refer¨¦ndum de ratificaci¨®n de la reforma pidi¨® el s¨ª con la boca peque?a, como no dejaron de observar los ciudadanos andaluces, de acuerdo con los estudios de opini¨®n que se hicieron p¨²blicos tras los pobres resultados del refer¨¦ndum.

Dicho en pocas palabras: el PSOE tiene una gran credibilidad entre los ciudadanos andaluces en lo que a la reforma del Estatuto se refiere, mientras que el PP tiene muy poca. En consecuencia, para el PSOE no es un problema ni pol¨ªtico ni electoral que haya recursos interpuestos contra la reforma ante el Tribunal Constitucional, mientras que para el PP s¨ª lo es.

Sobre todo porque pone en cuesti¨®n la existencia de un liderazgo aceptado a nivel nacional. Que Juan Carlos Rodr¨ªguez Ibarra, en el momento de su despedida, propicie la interposici¨®n de un recurso de inconstitucionalidad contra la reforma estatutaria andaluza, no pone en cuesti¨®n ni el liderazgo de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero en el socialismo espa?ol ni el de Manuel Chaves en el socialismo andaluz.

Que Francisco Camps, tras haber ganado unas elecciones por mayor¨ªa absoluta en una comunidad como la valenciana, mucho m¨¢s significativa desde todos los puntos de vista que la comunidad extreme?a, quiebre la l¨ªnea pol¨ªtica del PP en un tema tan espinoso para la derecha espa?ola y andaluza, como es la reforma estatutaria, con el recuerdo del 28-F que se reaviva inevitablemente, s¨ª plantea el problema de si hay alguien que realmente manda con autoridad en el PP. Y eso s¨ª puede tener un peso electoral no desde?able.

Por eso he empezado esta columna diciendo que tengo mucha curiosidad por ver c¨®mo sale Javier Arenas del l¨ªo en que le ha metido su colega valenciano. No creo que el presidente de la Junta de Andaluc¨ªa tenga que hacer ning¨²n tipo de gesti¨®n. Lo que se est¨¢ recurriendo por la Generalitat valenciana es una ley org¨¢nica aprobada por las Cortes Generales y refrendada por el pueblo andaluz. All¨¢ el presidente valenciano y su partido con su iniciativa. El presidente andaluz lo ¨²nico que puede y debe hacer es comunicarle a su hom¨®logo levantino que se ha equivocado y que cuanto m¨¢s pronto rectifique mejor, pero que si no lo hace, ser¨¢ su problema y el de sus colegas andaluces.